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25 oct 2013

LA GRAN AVENTURA AMERICANA







WILLIE NILE              "AMERICAN RIDE"
Tic, tac, tic, tac, tic..., el último tac de la serie se pierde en el proceloso océano del tiempo. No tan lejos querido amigo, no hace falta llegar hasta las mismas cuevas de Cronos, se trata simplemente de medir la duración de un disco más y encontrar cierto sentido al número resultante. 60 minutos, ¿puede valer la cifra?..., quedémonos con ella entonces, aunque..., bien pensado, no llega ni de lejos a representar el valor temporal de este "American Ride", el último disco del trobador neoyorquino Willie Nile, su octavo trabajo en estudio, para mí el primero. Un descubrimiento en toda regla.

Pues eso, el tic tac del "American Ride" ni empieza cuando la aguja cae por primera vez en sus surcos, ni termina cuando el plato levanta su brazo automático al final de la cara B. Su principio se retrotrae a los primeros minutos de Elvis Presley, Everly Brothers, Buddy Holly o Fats Domino, aquellos que emocionaron a toda una generación de "boomers", y culminará "in illo tempore" con aquellos que nos sucedan para llegar a vivir el "gran estallido final", ese último hálito del espacio que arrastrará como un torbellino todo lo entonces presente. Es este el valor más patente de la grabación de Willie Nile. Ecos del pasado, el ahora mismo de este instante, el futuro que con certeza adivinamos. Su música tiene principio y fin, pero no se concentran en un espacio exclusivo de 60 minutos, ¿queda claro?

No es mio el pensamiento que asegura que mientras nosotros, los europeos, poseemos una fuerte cultura clásica, anclada en muchos siglos del devenir conjunto de sus pueblos, determinante de nuestro carácter y forma de entender el arte, la historia y el mundo, el pueblo norteamericano, mucho más joven, con apenas doscientos cuarenta años de existencia, encuentra en la cultura popular del siglo XX su forma de ser y actuar artísticamente. El jazz primero y el rock´n´roll después son sus señas de identidad más acusadas, no solo musicalmente hablando, también a efectos de comportamiento e imagen.

"American Ride" de alguna manera recoge ese legado puramente americano, lo adapta a estos nuestros días y lo sirve al oyente con toda la honradez de que es capaz Willie Nile, y es mucha ciertamente. "Es nuestro tiempo, es nuestro lugar, es nuestro momento" de "This Is Our Time", es la vida que pasa, aparentemente plácida y no exenta de sorpresas en el Village de "Life On Bleecker Street", la ruta americana que cuajó en su día Jack Kerouac, el gran viaje iniciático de costa a costa, aparece en "American Ride", la inhóspita ciudad y la añoranza de la luz en "If I Ever See The Light" se contraponen a un Nueva York luminoso y sonriente de "Sunrise In New York City", el feble fiel de la balanza entre la violencia y la libertad tantas veces reseñado (se trata del ácido despertar al "gran sueño americano") nos llega en "The Crossing".


También hay tiempo, no podía ser de otra manera, para relatar esos instantes en los que el amor nos abandona en tierra de nadie, pero lo aceptamos porque "She´s Got My Heart", críticas divinas y humanas al compás de líneas repletas de socarronería en "God Laughs" y "Holy War", con ese tan logrado coro final de "Holy Holy Holy Whore", tiempo para un deje final que, pareciendo irrelevante, puede resolver un mal (o mejorar un buen) momento en "Say Hey". El único tema no compuesto por Willie, Frankie Lee o E. Brazilian, atiende al título de "People Who Died" y fue su autor el malogrado Jim Carroll.

Todo ello, en su justa medida y proporción, acomodado al más puro estilo rock. Acordes clásicos, tiempos exultantes, medios o lentos que dan entrada a los instrumentos clásicos de toda banda del género que se precie. Guitarras eléctricas (¡qué alegría de sonido, incluso en sus momentos acústicos!), dobros, banjos, base rítmica potente y limpia, teclados que juegan su papel en los momentos adecuados (qué importante el piano cuando se sabe emplear bien), sección de cuerdas (violín y viola) o de viento (saxofón) ampliando la atmósfera a tonos de "music-hall", vodevil o "rockabilly" que enriquecen el conjunto musical de la obra. Y sí, se merecen aparecer en estas humildes notas los compañeros de Willie. Johnny Pisano (bajo y voces), Matt Hogan (guitarras) y Alex Alexander (percusión). Excelentes instrumentistas, pequeño y perfecto ejército al servicio de una causa dichosa y bienhechora.

Willie Nile, ya en la mitad de sus sesenta, acapara una trayectoria rica en vivencias, la mayor parte de su vida artística ha transitado por las aceras del Village neoyorquino, tocando en pequeños clubes o asistiendo a conciertos míticos en el CBGB de los 80, el mejor de la escena Ramones, Patti Smith, Television o Talking Heads. Mucho de ese ambiente húmedo y excitante se encuentra también en este "American Ride", reflejo en fin de una ciudad como Nueva York, de tan rico caudal musical. Telonero en su día de The Who, compañero de grabación en aventuras varias de Ringo, Tori Amos, Elvis Costello, Lucinda Williams o Ian Hunter, protagonista entonces de la historia del rock americano, de esa vivencia tan rica pero ajena totalmente a los fastos y luces de las grandes estrellas.

Y yo sin pillar a este abuelete hasta ahora. Pero, sirva de consuelo, me ha calado hondo y con honestidad, con una propuesta que recoge de una manera fidedigna la gran aventura americana. ¿Porqué estaré ahora mismo pensando en Genya Ravan?

5 comentarios:

  1. Es un gustazo leer tus post. Magnifica prosa. De Willie poco más que añadir he puesto el cd y he vulto a disfrutar de la lectura sin tic tac que marque el tiempo

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  2. Como dice Bernardo, un gusto leerte, Javier. Podemos decir sin temor a equivocarnos que en tu blog la música es casi tangencial, pues lo que importa son los textos que ella hace brotar de tu pluma, "al servicio" —también— "de una causa dichosa y bienhechora".

    Abrazos.

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  3. Estupenda reseña; ha sido uno de mis discos favoritos del verano, aunque no puedo evitar el gran apego que le tengo a esa obra maestra que te recomiendo, si no la conoces, que es "Streets Of New York" del 2006; de visita a la gran manzana. Un placer leerte, salud amigo.

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  4. Nunca es demasiado tarde si la dicha es buena, Javier. Ahora es cuestión de seguir el camino hacia atrás. Es difícil decidir cuál es el mejor pero el último es canela fina. Excelente post, en tu onda. Abrazo.

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  5. Muy buena entrada Javier y bienvenido al club de los seguidores de Willie Nile .
    Todavía no he escuchado este American Ride, pero lo haré en breve .
    Su discografía es corta por los años que lleva en el terreno .
    Cada año con unos amigos, que van rodando también por estos blogs , hacemos una lista con lo que más nos ha gustado del pop rock internacional y en 2009 mi disco favorito fue de Willie Nile , House of a Thousand Guitars.

    Saludos,


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