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13 sept 2016

COP




THE FALL                "THE WONDERFUL AND FRIGHTENING WORLD OF THE FALL"
Ha ocurrido en un día de Agosto, a principios del mes, y he recordado cómo en 1984 cogí un autobús cerca de Earl´s Court Station y cruzando el puente de Putney llegué hasta Brixton. En el cercano parque de Brockwell se celebraba un concierto auspiciado por el Great London Council, un garito municipal laborista que después destruyó Maggie Thatcher.  Unos pocos días antes he estado cerca de Portobello Road y en la tienda de Rough Trade he comprado mi primer disco de The Fall, "Grotesque/After The Gramme" por 4,75 stp. Es el año 2016 y hace algunos pocos meses me he hecho con el "The Wonderful and Frightening World of The Fall". Me gustaría que la espiral que aparece en la cubierta del disco quedara reflejada como nuevo anagrama de los Convalecientes del Olvido Progresivo, una agrupación sin ánimo de lucro cesante y que pretende la recuperación de la memoria histórica más en minúsculas, aquella que nos ayudara en el día a día de los mayores, pero han pasado más de 30 años y las sensaciones son lamentablemente bastante distintas. Me explico, antes, en 1984, las cosas eran algo más sencillas que ahora, aunque visto en perspectiva no llegara a ser tan clara la diferencia. Eso si, seguía habiendo capacidad de estreno y George Orwell estaba en su año mágico.

En Inglaterra solo los mayores se acordaban de la victoria de 1966 pero la nación seguía siendo en 1984 (según León Felipe) la patria de los piratas (nunca dejará de serlo), y Londres todavía mantenía un punto de jardín exhuberante, no del todo absorbida la capital británica por la gentrificación urbanística posterior, estamos ahora en 2016. Quiero pensar que todavía existía una cierta educación literaria entre la juventud inglesa, incluso la roquera y urbanita, aquellos primeros squatters de la época, estamos en 1984, que tomaban su espejo en el Ladbroke Grove cenital, cuna del hippismo y la contra-cultura londinense. ¿Qué pasaba en Manchester en 1984..., y en 2016? Me resulta mucho más sencillo hablar del tiempo pasado porque este en el que vivo, estamos en 2016, es un periodo en el que la incertidumbre ya ha tomado carta de naturaleza, sin que aun se sepa a ciencia cierta si es más conveniente que esto se arregle o se hunda, y me he quedado plantado en la duda. Estamos en 1984, a principios de Agosto, y he dicho que llegaba a Bromwell Park.

Me he acercado sigilosamente a una inmensa pradera con césped que bordea el ala occidental del parque. Un gentío importante ya asiste al concierto que ha empezado algunas horas antes de que yo llegara, ignoro cuantas realmente. De hecho era la participación en el concierto de The Damned la que había servido de gancho inicialmente para atraerme al evento. Me he colocado con la timidez de un extranjero junto al tronco de un árbol y delante mío he contemplado a una nutrida pandilla de jóvenes que estaba sentada sobre la hierba. Repentinamente el mal rollo empezó a tomar posesión del ambiente. Una pareja se daba de hostias en el mismo corro que me antecedía, ella entre sollozos le atizó un buen bofetón primero a él, y él respondió a continuación con un contundente sopapo directo a su mejilla izquierda. Algo más lejos hacia mi derecha, un elemento disfrazado de punk, he imaginado en ese mismo momento que estaba pasado de vueltas, insultaba de viva voz a los asistentes más cercanos, he escuchado un nítido "fuck you!!" repetido varias veces. Un perrito vagabundo se meaba descaradamente en los bajos del pantalón de un vecino mío apoyado también en el tronco del árbol. Él no se ha dado cuenta. He tomado fotos que debo tener guardadas en un lugar sin que mi memoria tenga ahora mismo acceso directo a ellas, recuerdo claramente la de una chica justo frente a mí. Rubia con gafas de sol y un look parecido a Linda "Eastman Kodak" McCartney. Me sonreía mientras hacía con sus dedos un signo que me ha parecido ser el de la victoria de Churchill. 

Sigo estando en 2016 pero ignoro por qué lo he dicho porque a mi lo que me hubiera apetecido era hablar en 1984 de 2016, aunque he reconocido de inmediato que la tontería del mundo sigue siendo la misma en ambos años. Desconocía entonces la futura influencia del grupo de Manchester en mi vida adulta, como lo sigo desconociendo ahora, incluso entonces auguraba al grupo una carrera sin demasiado porvenir en mi colección privada. Después de repetidas escuchas del "Grotesque/After The Gramme" en aquella época me he dado cuenta de la dificultad de su música. De hecho sigo en 1984 escuchando a The Fall por primera vez, y también asistiendo ese Agosto sin saberlo en Brockwell Park al único concierto del grupo mancuniano al que he acudido, pero estoy convencido que eran The Damned a los únicos a los que quería realmente ver. Pero estamos en 2016 y recopilando información sobre la banda inglesa he topado con un cartel en el que aparecen The Fall en el mismo festival de la GLC, y yo me he dado cuenta ahora en 2016 que en 1984 lo ignoraba totalmente. He leído que durante su actuación recibieron sobre el escenario cientos de botes de cerveza lanzados por los espectadores, la concurrencia ansiaba ya la llegada de The Dammed y prefería, me he enterado por la prensa especializada, la actuación anterior de unos New Model Army que hablaban en sus canciones de bastardos que giraban como derviches sobre una sola pierna.

Estamos en 2016 y he pasado un verano de calor africano en Madrid, pero he estado expuesto al sol durante muchas horas y ahora me he mirado al espejo y parezco más árabe. Desde inicios de Agosto he intentado escribir algo sobre este disco de The Fall publicado en Octubre de ese año, una de sus mejores grabaciones, y he encontrado hace unos días una fotografía de 1984 en la que aparezco con mi hijo a la misma puerta de la tienda Rough Trade cerca de Portobello Road. Me ha parecido que disfrutábamos de muy buen tiempo, estábamos ambos en manga de camisa y mi mujer ha hecho la foto, yo casi nunca salgo en ellas y he recordado por mi imagen de entonces que era feliz. Estoy sosteniendo en mi mano izquierda la bolsa que contenía el disco de The Fall en 1984 y, súbitamente (y de qué manera más extraordinaria) he admirado el juego de la memoria ahora en 2016 cuando he recordado que dentro del disco había un panfletillo musical del sello discográfico Rough Trade de entonces, todo cicloestil en blanco y negro, que daba noticias de la banda y ya lo he perdido, o lo he guardado en algún sitio de imposible paradero actualmente en 2016.

No, no he asistido al concierto de The Fall en 1984 a pesar de que he estado allí, porque he aguantado en el parque apenas 40, 45 minutos, y después de que he sido testigo de tan mal ambiente me he ido de vuelta a casa, a Kenway Road, cerca de Earl´s Court Station, uno de los epicentros de la siempre juerguista comunidad aussie en la capital británica. No he tomado ni una cerveza durante toda la tarde. He ratificado mi parecer en 2016 que quizás fuera mejor así ya que la propietaria del piso en el que me alojaba era la típica dama inglesa post-victoriana, y a pesar de ello liberal, que adivinaba el cervecero aliento ajeno  a más de una yarda de distancia, y ha puesto cara mohína en mi imaginación de ahora. 

He hablado de The Fall desde el recuerdo de 1984 y me gustaría que hubiera sido aun mejor, si cuando menos quedara su cacofónico eco en el concierto de un Bromwell Park que descubrí entonces por primera vez. Estaba cerca de Dulwich y he estado recorriendo ese barrio tan campestre, tan inglés y tan civilizado con mi familia antes de entrar en casa de los Davis (1) para gozar de la comida y una inusual tertulia de sol veraniego en el jardín trasero de su mansión que tenía una gran biblioteca gris repleta de antiguos libros de pintura y pintores españoles. He estado pensando en aquel Londres de Bromwell Park, Dulwich, Earls Court, Candem Town (me he introducido sin permiso en un sótano donde una banda ensayaba alejada de la barbarie del  turismo), mi querido jardín japonés de Holland Park y Talbot Street (una de las tiendas de la Rough Trade) de 1984, 10 años exactos después de mi primer viaje a la sede imperial del Rules Britannia, y The Fall aparecen como protagonistas en este 2016, un año que sumando 9 coincide sin sorpresa con el mismo número de canciones que contiene el "The Wonderfull And Frightening World Of The Fall".

Durante estas últimas semanas he entrenado a mi ardilla cerebral para descerrajar todo lo que me pudiera impedir el acceso a The Fall. He sabido de la razón de su nombre después de leer a Albert Camus en su obra "Le Chute", los miembros iniciales del grupo daban a la literatura y a las drogas un gran protagonismo en su vida adolescente. He sabido de la existencia de John Anderton como Lord Chief Constabulary del Great Manchester de la época en la que nace The Fall en 1976. John Anderton ha sido el último cowboy policial (y el primer predicador televisivo) del Merseyside inglés en el pasado siglo y con Maggie Thatcher dieron razones más que suficientes para que el posicionamiento político de una parte de los jóvenes músicos ingleses se alineara con el Socialist Workers Party, tal fue el caso de Mark Edward Smith, fundador también mancuniano y verdadera alma mater del grupo. He sabido de los Moss Riots de Manchester en 1981 y he profundizado más en el conocimiento de la lucha que los mineros ingleses mantuvieron durante buena parte de la década de los 80. Para nada me ha extrañado ver cómo Robert Wyatt y algunos miembros de Henry Cow apoyaban en numerosas actuaciones y conciertos la lucha de los mineros, algunos de sus abuelos acompañaron en la Guerra Civil española a George Orwell.

He leído con atención en 2016 las declaraciones de Mark E Smith en el Mojo October Special Collectors´ Cover sobre su pretendida fama de tirano, borracho, acosador y otras lindezas de carácter canalla a él atribuidas. En septiembre de 2016 (32 años después [no olviden, estamos en 1984] su aura de tipo poco recomendable sigue pasándole factura) he comprendido sus razones de aguerrido entrenador de equipo de fútbol local. Cambio de alineaciones en el grupo (más de 50 desde su fundación), reforzamiento de la línea medular del combinado, el único jugador que tiene asegurada la renovación es el propio Mark y tu abuelita, como estrategia instituir un mal ambiente dentro del grupo para potenciar la competitividad y olvidar los laureles de una Premier League imposible para una banda siempre calificada como el parangón de lo anti-comercial. En este "The Wonderful And Frightening World Of The Fall" la formación incluye a su segunda esposa la americana Brix Smith, un explosivo combinado de glamour, diseño femenino y trigo apalachiano, Steve Hanley al bajo, el verdadero motor del sonido falliano, la doble percusión (algo que distingue muy positivamente a la banda) de Karl Burns y Paul Hanley, y la guitarra de Craig Scanlon. He deducido en 2016, en una tarde sin TV pero con güisqui y canela, que esta formación no es solamente la clásica, también es la mejor en la remota historia de la banda.

Creo estar seguro cómo en estos últimos días me ha parecido encomendarme a los augures de Shylock y Calibán (2), antiguos nigromantes gemelos de Anderton & Thatcher, para que el torbellino de la cubierta del disco de The Fall me envolviera en su redentor ciclón. Su "Lay, lay, lay..." párrafo inicial en "Lay Of The Land" ha funcionado explícitamente como un mantra, y me ha permitido adentrarme además en la comprensión de las razones ocultas que algunos ciudadanos comprometidos observaban sobre el desplome industrial, social y cultural de la ciudad de Manchester. "Hit a quick coach, take the town in Surrey / There´s no one here but crooks and death / Kerb-crawlers, of the worst order.../" Shaun Ryder de The Happy Mondays, también mancuiniano como Mark E Smith, dedicaba al superpolicía Anderton su "God´s Cop" en el recordado "Pills N Thrills AND Bellyaches" seis años después..."Hand me out fish, did some big tease / Oh Man did you fuck it / Baby Brother I took it..."

A la sombra de las primeras felices nubes grises de septiembre en 2016, advirtiendo que en el Londres de Cheyne Walk en el que he vivido en 1984 (he dejado a la izquierda el Battersea Power Station de Pink Floyd) también tuve tiempo en esa tarde de Agosto de Bromwell Park para pasear entre las hermosas líneas de las canciones de su anterior album "Grotesque / After The Gramme", y hoy, en 2016,  he sabido que no hay album de The Fall que no preexista al anterior, todos son como una lluvia repentina tan inglesa que hacen del te y las tostadas alimento espiritual pero incompleto..." Can´t get far in land of immovable frogs / Can´t get far in home of horrible hoax / And you don´t last long on a diet of tea and toast", ("Copped It"). También he escuchado hoy con atención las sirenas rasgadas de la guitarra de Brix en "SLANG King", quizás el tema más poderoso del album, ..."Whip wire / Whip wire / Hawk man / Slip down easy" y entonces en 1984 no tuve la opción de comprender el hermosísimo y terrible balance del verso, tampoco el eco terminal en que se convierte el "Swoop swoop" de la misma canción. 

¿Qué me dicen que haya pasado por mi imaginación en este año que termina en 9 (reconocido signo que premia el genio artístico y humanístico) que una canción tan sutilmente titulada como "2 x 4" extienda entre sus líneas tan perspicaces pullas contra el british stablishment?..."Ol´Nick [¿por qué no Lord Nicholas Windsor, primo de la reina Isabel II?] doesn´t go from digs to digs no more / Hit him on the head with a 2 by 4 / Nowadays he has a Georgian glazed porch". O la reivindicativa frase "...When will the good Scotch return...?" de su tema "Elves" (he pensado por un instante que esas letras mayúsculas podían referirse a Nessie, el monstruo del Lago, pero  me he dado cuenta al poco de la imposibilidad de mi tesis...) cuando he continuado leyendo "... / In all its scarred splendor / When will the price of Scotch come down", ¿acaso al escucharla no he sentido una necesidad inmensa de beber y olvidarme de la podrida realidad circulante?....


Nunca he pensado que en 2016 podría abrumar a alguien al hablarle de algo que casi siempre ha permanecido oculto en mi cortex cerebral, el más conspicuo modelo del muro de los hombres-nada. El "Bug Day", el mal bicho que ha asolado mi alma desde antes de 1984 (previamente he constatado que era "por mi culpa, por mi grandísima culpa"...). Su "...Facing up to the sea is a very hard thing" [lo manifiesta un mancuniano alejado de las costas inglesas, también lo ratifica trágicamente un castellano], continuamos..." / Anything is better than a bug day..." se ha enseñoreado de mi persona hasta este 2016, cuando los hálitos de la prohibida especie herbácea siguen acuchillando sin misericordia mis aun jóvenes arterias. ¿Y qué decirles de lo que ahora he deducido al escuchar una frase tan brillante como esta?..."It was no more a net of mesh / It was class / He did not blink a lid / He braced his self-imposed gorgeus adult net / And breeze /". ¿Es necesario parodiar ahora a Eton, al Trinity College de Cambridge, al Colegio del Pilar, a la Universidad de Deusto, a la Pontificia de Comillas?, Mark E Smith en "Stephen Song" lo hace.

No he comprendido en 1984 que la causticidad lírica de un Mark E Smith, hijo de un fontanero y obligado prófugo de la escuela desde los 19 años, gran lector como sus compañeros en la primera formación de The Fall, podría llegar a emocionarme. Sus querencias literarias hacia Arthur Machen y Thomas Pynchon por ejemplo (he vuelto la vista atrás, a aquellos años en los que la lectura del "Vinum Sabbati" y del "V" procuraban en mi piel un extraño sarpullido de serpientes y miel) han hecho que desempolvara algunos libros empapados ya de olvido. El maravilloso cuento de "La sombra sobre Innsmouth" de H. P. Lovecraft, el "Under The Greenwood Tree" de Thomas Hardy [con una portada que pueden reivindicar los mismos Fleet Foxes], con su mágica música de olde english, y el mejor Edgar Allan Poe en su "La narración de Arthur Gordon Pym" han traído a mi memoria felices momentos de paz azul, el color elegido de un Rubén Darío que compartía desde su tumba en 1984 la bohemia alcohólica con Mark E Smith. He sentido nostalgia de aquellos tiempos.

Ninguna añoranza de aquel vecino cuya imagen he ensoñado ahora bajo el telón sedoso de un harén árabe, ..."Neighbour downstairs with one eye / Co-habs with a mass of blonde curls / Ooo-ar / T´pau / (Mind moving fast is mad / Mind moving slow is sane)", ("Craigness"). Tampoco en 1984 me hubiera sido demasiado complicado rememorar a mi viejo amigo Yago (el que primero cayó del caballo), cuando le echaba a "Disney la culpa de todo", ..."And everything stopped / The nurses climbed up / Our face paled / And there was no doubt at all / No two ways about it / Was the Disney´s dream debased". ("Disney´s Dream Debased").

Me ha dado cuenta que he pasado por todo sin apenas tener consciencia del peligro, lo sigo haciendo en 1984.


(1) David Davis es uno de los más prestigiosos hispanistas ingleses, especialista en El Greco y gran amigo de la familia inglesa mi mujer.
(2) Atribulados personajes de "El mercader de Venecia" y "La tormenta" de William Shakespeare.







18 comentarios:

  1. Esplendoroso artículo, un verdadero viaje en el tiempo y el espacio. Y en cuanto al señor Smith, creo que es uno de los grandes orfebres locos de la Isla, aunque su "incontinencia discográfica" hace que (como Zappa, por ejemplo) sea realmente difícil seguirle el paso porque ha llegado a grabar tres discos en un año. Por lo tanto, más que de discos yo hablaría de épocas; y en mi caso, me gusta más su racha de los 80/90, más asentada, que sus primeros tiempos casi de cacofonía. Pero ya digo, esto es una simple opinión.

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    1. Me gusta Mark E Smith más que The Smiths, aunque sea a veces cacofónico, sobre todo en su primera etapa. Incluso su forma de cantar, su pronunciación, el sonido que crea cuando deja caer las sílabas finales en cada canción. Como bien dices, un auténtico orfebre aislado, ajeno a todo lo que sea exterior a su mundo (salvo literatura, alcohol y pibas) Tengo un capricho enorme con este tío.
      Gracias y saludos,
      JdG

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  2. Te aseguro Javier que es una alegría cada vez que la barra lateral del despacho de Addi ve que te has remangado, la próxima vez que estemos juntos creo que me vas a poner al día de muchas cosas, de 1984 y también de 2016, los sabios lo son siempre y sacan conclusión enriquecedora de cada época, la propia y la ajena.
    Un abrazo.

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    1. Joder Addi..., no me pongas en tal compromiso.

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    2. No es compromiso Javier, lo pasaremos bien.

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    3. Por cierto el fin de semana del 29 de octubre estoy en Madrid.

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    4. Cuenta conmigo, salvo el sábado por la mañana que hago DEPORTE.

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    5. Estaremos, el domingo hay bolo de Bantastic Fand en el Intruso, espero que lo veamos juntos.

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    6. Bueno, el sábado 29 tengo a los Cero en La Riviera y el domingo a la Bantastic Band. Fin de semana completo. Cuenta conmigo.
      Abrazos,
      JdG

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    7. coño el 29 estan los cero, me apunto también claro.

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    8. Ya tengo entradas para los cero, nos vemos allí también.

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  3. Javier ,
    Otra excelente entrada la tuya , menuda literatura la que escribes.
    Yo me compré el primer disco de The Fall en Londres a principios de los 80, en mi querida Record Tape & Exchange (creo que entonces se llamaba así no como ahora) de Notting Hill.
    El disco, Hex Enduction Hour, otro gran título de la discografía de Mark.E Smith. Este "THE WONDERFUL AND FRIGHTENING WORLD OF THE FALL", también lo tengo como practicamente todos hasta el 90. Grupo raro, difícil pero que deja huella, la deja este hombre llamado Mark.E Smith, un personaje como pocos dentro de la música anglosajona de los último 40 años.
    Estoy de acuerdo con Rick que comenta la "incontinencia discográfica", a mi me sucede lo mismo y desde hace años les sigo poco. Celebro la foto con tu hijo que has insertado, grandes recuerdos.
    Saludos,

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    1. Es curioso como The Fall pegaron más entre la peña al principio de su carrera, entre 1976 y 1986. Principios desbarrados, muy a lo punkarra, para continuar con la entrada de Brix hacia un nuevo pop electrónico, lo nunca oído hasta entonces. Se hicieron medio amos de lo más revulsivo y ácido de la escena alternativa, la que no iba disfrazada con imperdibles.
      Esos recuerdos del Londres de tiendas de discos serán siempre parte de la historia que contaremos a los nietos.
      Saludos,
      JdG

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  4. The Fall siempre ha sido un grupo muy respetado por mí aunque nunca llegué a comulgar totalmente con sus álbumes. Eso sí, siempre había donde rascar buenas canciones, sobre todo en los 80's y principios 90's. Mañana desempolvo algún viejo vinilo. Después de leerte me han entrado enormes ganas de volver a London. Abrazos.

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    1. La próxima vez que nos veamos prometo darte el coñazo más negrata con The Fall. Si fuera en Madrid pongo casa y garito con tan loable fin.
      Abrazos,
      JdG

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    2. Eso me ha pasado a mi, me he llevado algo de The Fall al curro y me han entrado unas ganas locas de volver a la city.
      Abrazos.

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  5. Qualsevol nit pot sortir The Fall amic...te espero aquí para lo que sea menester.
    Abrazos,
    JdG

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