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8 jul 2020

SESIÓN NOCTURNA 4



Buenas noches damas y caballeros, señoras y señores, niñas y niños, ¡eh Albert!, aquí no hay ninguna niña, ¡pervertido!, ¡cállate Peret y sigue tragándo tu butifarra!, abuelas y abuelos, invitados, prensa. Aquí me pasa nuestra amable secretaria Nuria, ¡un aplauso para la bella Nuria!, una notita con el listado de obras que van a formar parte de la cuarta sesión de nuestro programa favorito, ¡¡SESIÓN... NOCTURNAAA..!!. Patufet y sus Ferrers de L´Ritme redoblan la percusión de la banda, la audiencia clama. Bien, bien, calma amable público..., los elegidos entonces han sido los siguientes: Jonathan Wilson y su "Dixie Blur" (Bella Union Rcds, 2020), frialdad general, Other Lives con "For Their Love" (PIAS Rcds, 2020), sigue el tono anterior, Bardo Pond con su aclamado "Volume 8" (Fire Rcds, 2018), murmullos de desaprobación in crescendo, Damien Jurado con su última obra, "What´s New, Tomboy?" (Loose Music, 2020), primeros abucheos, el grandísimo Prince, con la reedición de su maravilloso "1999" (Warner Rcds, RE 2019), tímidos aplausos, y para finalizar, el sin par Tito Ramírez, con su "The Kink Of Mambo" (Antifaz Rcds, 2019), atronadores aplausos de aprobación.

El reencuentro con Jonathan Wilson se ha hecho esperar, desde su poderoso "Fanfare" (Bella Union Rcds, 2013) no quise (o no pude) tener noticias suyas. Este "Dixie Blur", además de su bellísima presentación en formato de álbum doble, me retrotrae a un artista que hizo de la revitalización de la música de Pink Floyd (vertiente Laurel Canyon) su mejor alabanza. Siguen habiendo aquí retazos de ese folk progresivo con aromas pop, también ondas del más elegante country moderno (de hecho el disco se grabó en los Sound Emporium Studios de Nashville), su alma se extiende hasta los aromas fronterizos del más celebrado Doug Sahm. Un disco esencial. Lo mismo ocurre con el último trabajo de Other Lives, "For Their Love", descubierto gracias al numen de mi sobrino Isidro. Esta obra representa la vuelta a la Arcadia feliz, es un disco pastoril donde los personajes de la mitología clásica se dan la mano con los miembros de la banda liderada por Jesse Tabish. Su potencia melódica es impecable, corrosivamente dichosa, un pop épico, coral, corre a lo largo de sus surcos. Los textos, "Ah, the grass was greener, man, you seemed like you were someone new", poseen la inocencia del descubrimiento, también hacen poesía de la imposibilidad, "Dead language, dead language, tied up in strings"

Antes de bajar definitivamente del escenario Albert se acerca de nuevo al micrófono, saben aquel chiste que dice..., ¿en que se diferencian las gallinas de las mujeres?..., en que las primeras ponen y las segundas quitan. Erupciona un sordo murmullo gutural cuando el gordo Peret se vuelve a levantar de su mesa y exclama, ¡aquí viene El Patilles!, mientras le lanza los restos de un muslo de pollo. El Patilles entra al local acompañado de dos damas muy emperifolladas, una es trasgo de hiena, al abrir la boca muestra una dentadura de sonrisa de sierra, la otra aparece indeterminada, la fuerza expresiva de la primera la condena al ostracismo. El club "Costa de Medes" está situado en Pals, a unos cinco o seis kilómetros de la playa del mismo nombre, en pleno corazón costero de la Costa Brava catalana. Su actual dueño, Joan Escuraplats trabajó algunos años en la vendimia francesa hasta que desertó por motivos inciertos. Su carácter reservado y poco sociable no nos servirá de ayuda cuando queramos pergeñar una mínima biografía sobre tal personaje. Solo se sabe que de su estancia en París le vino la afición por el jazz, la cocina de autor y los caracoles.


Soy converso de la religión de Bardo Pond desde que la banda de Filadelfia inició su andadura en los primeros años de la década de los 90. Su música, desarrollada por multitud de capas de guitarras envueltas en una expansiva placenta sónica, supone un mantra espiritual para el oyente. Este "Volume 8" corrobora una vez más la necesidad del camino de perfección que proponen. Suenan lentos, suenan a ecos lejanos, desde una pequeña comunidad de iniciados se expande la buena nueva de la necesidad de la introspección mental. Esa calma, ese sosiego, propicia que la percusión alcance su mejor tono jazzístico, me recuerda mucho al Ginger Baker Trio de Bill Frisell y Charlie Haden de "Falling Off The Roof" (Atlantic Rcds, 1996). Es quizás el nuevo álbum de Damien Jurado "What´s New, Tomboy?", el que me tiene más ocupado, aparentemente no consigo desleerlo del todo. Su sencillez, solo Josh Gordon le acompaña como multi-instrumentalista, constituye sin ninguna duda su mejor carta de presentación. Esa simplicidad debería llevar al oyente hacia zonas de calma y ensimismamiento, pero a mi sin embargo tiende a distraerme. Necesito que su música no suene tanto a Nick Drake y que suene más a Damien Jurado. Quizá solo se trate de eso.

En los camerinos del "Costa de Medes" Enric, solista contratado para el pase nocturno, habla con el que parece ser empleado del local. Ocurrió en la noche de San Juan, estábamos en la playa grande, agazapados entre las dunas, pasada ya la marisma que protege los pequeños campos de arroz circundantes. Había un montón de gente alrededor de la hogueras, un bullicio tremendo de voces, risas y gritos. ¿Había luna llena? Si, enorme, y era un problema porque así quedábamos más expuestos a la vigilancia de la Guardia Civil. Los fardos fueron llegando uno tras otro, parecían gigantescas tortugas desplazándose lentamente por la orilla del mar. Mientras Marc y yo corríamos hacia ellos para transportarlos hasta el refugio de las dunas, Toni, ¿el de Can Vila?, si, el mismo, el hermano de la Mercé, subió a las ruinas de la casa Baldovina para vigilar el acceso desde la carretera. ¿Fue entonces cuando sonaron los disparos? Si, un par de golpes secos, pac, pac, como cuando atizas el matamoscas contra la mesa. ¿Y el Toni? No volvimos a verle. Después de dejar los fardos sumergidos con piedras en la marisma, yo mismo subí hasta las ruinas y vi las manchas de sangre, pero nada más, no había rastro de su cuerpo.

Prince es la continuación del "Black Music Matters". Desde el blues de Robert Johnson, pasando por los grandes intérpretes del jazz, soul, funk, rock e hip-hop negros (extraño que no le haya mencionado Dylan en sus últimas elucubraciones), pocos artistas han habido que representen tanto y de manera tan contundente el genio contemporáneo afro-americano. Esta magnífica reedición de su clásico "1999" muestra al compositor de Minneapolis en mágico estado de forma. En toda su extensión, el doble álbum fluye con unicidad absoluta. Cada una de sus 11 composiciones, ensambladas por un mismo patrón rítmico (soul, pop, funk-disco-electrónico), alcanzan (y es más fácil verlo ahora, con el paso del tiempo) el nivel del corpus académico. Sus arreglos, geniales; cuesta pensar en una mente tan preparada como la de Prince para expresar toda su riqueza musical. Tito Ramírez y su "The Kink of Mambo" es el gran preferido del club. Elegido "Mejor Disco 2019" por la revista Enlace Funk, esta obra arrasa en estos momentos entre los hipsters y dj´s de Malasaña. Bugalú de barrio, hortera elegante con un toque drácula ye-yé, personaje enigmático (suele aparecer con antifaz en sus actuaciones, del cuello le cuelga una imagen de la virgen de Guadalupe), su música bebe de todo tipo de influencias latinas, mambo, popcorn, soul, salsa, rock de Elvis, Little Richard, Palito Ortega, Pérez Prado, Xavier Cugat. Entre sus colaboraciones destacan las realizadas con Guadalupe Plata, Pelo Mono, Limboos o The Swingin´ Neckbreakers. Un genuino valor en alza. No se pierdan esta tembladera.


Enric, te dije que no quería verte actuar sin pajarita, lo se señor Joanet, pero con el sueldo de miseria que me paga no me llega. Ya te arreglaré yo a ti las cuentas y sube al escenario de una vez. Patufet i Els Ferrers de L´Ritme ya están preparados cuando Enric presenta al público el primer tema de la velada, "La Balada de la Trompeta" de Rudy Ventura. La sala entonces es un maremagnum de despieces de matadero. Peret hociquea el escote del trasgo de la hiena dejando en su piel los surcos de los caracoles a la llauna, esta intenta meter la mano en la billetera de Peret mientras su boca adquiere la mueca de Robert De Niro cuando quiere hablar y no dice nada. El que parece ser empleado del local ejerce de camarero y resbala en el suelo grasiento. Vierte una exquisita crema de rovellons con arándanos sobre el recién estrenado traje beige de un buen cliente sentado en primera fila. La gente ríe y grita desaforadamente mientras Enric anuncia la segunda canción. Esa misma noche, ya de madrugada, encontraron el cuerpo de Toni en una torrentera, cerca de la entrada de Cala d´Aiguafreda. Cuando recogieron el cadáver presentaba dos orificios de bala en el pecho y portaba una especie de collar de plástico rosado anudado al cuello. En él aparecía un mensaje que aun podía leerse con cierta nitidez. "Qui La Fa La Paga". El sargento Corrochano, adscrito al Departamento de Homicidios de la Comandancia de la Guardia Civil de Girona, lleva el caso.


6 comentarios:

  1. Toma nota de tu sesión mientras pido monumento a Prince ¡ya!

    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. En esta sesión (que poco tuvo de nocturna, voto a tal) escogí discos de muy última hornada y, entre ellos, destacó sin duda alguna este "1999" de Prince. Cuanto más pasa el tiempo sobre él mejora su patina.
      Abrazos,
      Javier.

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  2. Yo también tomo nota, especialmente lo de Tito Ramirez. Abrazo.

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  3. El amigo Tito Ramírez es fruto de la escena revival latin-rock que desde hace ya algún tiempo inunda las noches de Malasaña. Merece la pena darle un puntito, siquiera sea por la novedad de su propuesta.
    Gracias y abrazos,
    Javier.

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  4. Me he ido quedando con algunas notas (demasiados datos para mi mala memoria). Por ejemplo, soy fan de Ginger Baker (el músico, no la persona). Pero cuando lo oigo con Bill Frisell y Charlie Haden, me parece que no está a la altura de estos. Cosas mías. A Bardo Pond hay que pillarlos en un estado de ánimo semicomatoso, para estar a su altura. Prince merece este homenaje, sí señor. Tito Ramirez es un crack; gracias por el descubrimeinto. Solo te ha faltado citar a Willie Colón con su “Lo Mato (Si No Compra Este LP)”, aunque sea del otro lado del océano.
    Un placer leer tus relatos, aunque hay que tener todos los sentidos alertas para captar todos los matices; y en algunas ocasiones no es posible.
    Saludosssssssssssssss

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  5. Las comparaciones en mis entradas, aunque intento que tengan relación fundada, suelen ser a vuela pluma, así que puede que al lector le encajen más o menos. El ambiente que crea Baker en el disco comentado es parecido al de la percusión de Bardo Pond, salvando las distancias de virtuosismo entre ambos instrumentistas. Tomo nota de la cita de Willie Colón.
    En cuanto a los matices, soy consciente de que a veces el texto se hace enrevesado, demasiado prolijo, dificultando la lectura. Tengo la sensación de que las palabras tienen alcance limitado y, en consecuencia, recurro a imágenes para intentar expresarme mejor.
    Gracias como siempre, y saludos,
    Javier.

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