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13 jun 2025

TOWNES VAN ZANDT: "FLYIN´SHOES" (1978)

 


"La cabaña de Franklin era un lugar muy apacible, estábamos rodeados de árboles, con una colina rocosa que había sido el límite del condado. Entre nuestra casa y las otras cercanas teníamos una enorme plantación de tabaco. Las habitaciones daban ambas al porche de la entrada. Cuando marchaba a actuar, Cindy se quedaba sola, pero pronto hizo buenas migas con una mujer que tenía una granja con caballos. El dinero no entraba en casa, de manera que íbamos a cazar tortugas gigantes para hacer sopa. A menudo salíamos a cortar leña para venderla" (1)

 Abierta la ventana principal de la cabaña, Townes se muestra medio oculto, como sin ganas de salir, la mano derecha sobre el pollete lo denuncia. Teme quizás la aparición de Sussana Clark, la siguiente sombra en la escena, la trasera boca negra de la muerte sirve de fondo. Postrada voluntariamente en su cama durante quince años seguidos, ella, Sussana, su alma gemela, pretende honrar de esta manera la figura del músico fallecido el primer día del año 1997.

Enfrente mío estuvo la siguiente fotografía que les presento, la de Al Clayton. Townes Van Zandt parecía ensayar alguna canción junto a sus intimos amigos, la pareja formada por Guy y la misma Susanna Clark en ese otro porche de su casa del East Nashville, Tennessee. La imagen en blanco y negro de los músicos en el salvapantallas del ordenador se mantuvo allí cerca de un año, quizá algo más de tiempo, anclada en una suerte de perpetuidad pasajera. Les acompañaba en la fotografía Daniel Antopolsky, también músico por entonces, aquel amigo que salvara la vida a Townes con ocasión de una sobredosis, presente también en mejores momentos, cuando el artista tejano compuso una de sus canciones más emblemáticas, más legendarias, "Pancho And Lefty". 

La fecha de la fotografía de Clayton - 1972 - adquiere singular importancia en la historiografía y producción del autor. Desde sus inicios en 1968 abarca la etapa más prolífica de Townes, seis álbumes (publicados todos ellos en el sello Poppy) hasta la edición, ese mismo año de 1972, de dos obras más, "The Great Townes Van Zandt" y "High, Low And in Between", ambas consideradas entre las más significativas del autor de Fort Worth. Descontando el magnífico "Live At The Old Quarter, Houston, Texas" (Tomato Rcds, 1977), habrá que esperar seis años más hasta la publicación de este "Flyin´Shoes" en ese mismo nuevo sello.

Fue a esa cabaña de Franklin, zona boscosa al sur de Nashville (allí tuvo lugar una de las batallas más cruentas de la Guerra Civil norteamericana) donde Townes y su compañera Cindy se mudan en algún momento de 1976. John Lomax III, vástago de una ilustre familia de folkloristas, es el que convence a la pareja para hacer el traslado. Franklin se encuentra muy cerca de Nashville, tradicional capital del country, es sede además de importantes estudios y de una ya significativa comunidad de músicos que se establecen en ella, algunos procedentes del mismo delta (caso sintomático, el de Nueva Orleans), otros tantos contratados para ejercer sus labores como músicos de grabación, todos ellos, en definitiva, atraídos por una ciudad cuyo carisma y desarrollo económico la convierten en el centro neurálgico de un estilo que nunca parece perder fuelle.

John Lomax III busca algo más. Es testigo directo del talento compositivo de Townes, quiere sacarle del estrecho circuito de clubes de Austin y Houston, allí donde parece que el artista se ha quedado un tanto anclado, está convencido de merecer mucho mayor reconocimiento del que en esos años se le procesa (Jimmie Rodgers, Woody Guthrie, Hank Williams, Bob Dylan, poetas laureados por el pueblo llano, ¿por qué no Townes Van Zandt?) También busca un motivo que aleje al tejano de sus descontroladas adicciones; así, en un entorno natural, casi agreste, espera que encuentre una calma ya muy necesaria para nuestro artista. Para conseguir su propósito Lomax III pretende convertirse en el nuevo director artístico de Townes pero Kevin Eggers se lo impide.

Kevin Eggers, a la sazón mánager de Townes, ante la falta de nuevo material para la grabación, echa mano de varias de las canciones incluidas en el conocido como "Seven Come Eleven", un conjunto de temas compuestos en 1973 y que debían conformar el séptimo álbum de Townes. Las disputas entre el mismo Eggers y el anterior productor Jack Clement (dignas de ser emitidas en una bizarra serie de Netflix), abortarían esa iniciativa hasta su definitiva edición veinte años más tarde ("The Nashville Sessions", Tomato Rcds, 1993).

 Este "Flyin´Shoes" (Fat Possum Rcds, RE 2007) se graba en 1977 en los American Studios de Nashville, un estudio parejo al legendario homónimo de Memphis. Chips Moman, fundador y propietario de ambos, además de participar en la grabación como instrumentista (guitarras acústicas y eléctricas) y coros, se encarga, junto a Don Cartee, de las labores de Ingeniero de Sonido y Producción. En esos mismos American Studios, justo es reconocerlo ahora, se han gestado obras inolvidables de Wilson Pickett, Aretha Franklin, Dusty Springfield, Box Tops..., los "Suspicious Mind" e "In The Ghetto" de Elvis Presley se parieron también allí.

Y por si ese entorno privilegiado no fuera suficiente, el elenco de músicos participantes en este "Flyin´Shoes" es de primera categoría. El irlandés Phillip Donnelly, Billy Earl McClelland y Randy Scruggs a las guitarras acústica y eléctrica, Tommy Cogbill al bajo, Bobby Emons a los teclados, Eddy Anderson a la batería  y percusión, Jimmy Day, steel guitar, Randy repite a la mandolina, su hermano Gary a la harmónica y, para finalizar, el gran Spooner Oldham al piano. Reconocidos músicos todos ellos (algunos de los mencionados conforman el prestigioso The Memphis Boys...) que han participado en las grabaciones de luminarias como Hank Williams, Willie Nelson, Johnny Cash, B.J. Thomas, Tony Joe White, Donovan, Emmylou Harris, Wailong Jennings, Kris Kristofferson, Dolly Parton, Chuck Berry, Roy Orbison, Kenny Rogers, Don McLean, King Curtis...

Ante tal concurrencia astral Townes Van Zandt debería sentirse, por lo menos, un ser agraciado, pero el tejano no pasa entonces por un buen momento, nada inusual en un artista que lleva ya demasiado tiempo sometido a una salvaje conducta bipolar. Lola Scobey, supuesta autora de muchos de los comentarios de las obras de Townes editadas en las páginas de Allmusic (además de una biografía sobre Willie Nelson) se servía de una conocida frase de Nietzsche para afirmar por entonces: "Townes porta consigo toda la pena y el horror de quien ha mirado el abismo, y el abismo le ha mirado a él". Un epigrama que, para un converso como Townes en el "vivir a tope la esencia del blues" para poder así representar el genuino dolor humano, no deja de tener un indudable sentido.

"Flyin´Shoes" es un disco entrañable, reclama al oyente una pausa después de su primera escucha, de la segunda no deberías pasar sin alterar tu conducta ante el plato -éste le habla directamente-, así que mejor que contemples la cubierta y reflexiones seriamente por un momento. Existe una primera lectura de evidente riqueza instrumental, no en vano los chicos de American Studios interpretan los temas como si se jugaran un contrato en el mismo Ryman de Nashville (recuerden aquellos directos de Emmylou Harris and The Nash Ramblers o el más reciente acústico de Band of Horses), una sensación de brillantísima exaltación rítmica se apodera del oyente-espectador. Recuerda, no dejes de apreciar esa voz de Townes, precisamente tan sobria en esta grabación, también antecesora de otros no pocos momentos de oscuridad. Melancólicas, enternecedoras, las palabras de Townes resuenan más para el que sueña que para el que simplemente escucha. Su voz - los textos de las canciones la revalorizan- la vas a sentir perfectamente ajustada a la sensación de quietud, de soledad, de comunión con una naturaleza que exalta en sus estaciones los distintos colores anímicos.

Cualquiera de las composiciones propias de Townes en este "Flyin´Shoes" (aunque extendamos algo más la entrada, merece la pena reseñarlas): "Loretta", "No Place To Fall", "Flyin´Shoes", "When She Don´t Need Me"; "Dollar Bill Blues", "Rex´s Blues", "Pueblo Waltz" (aquí un emotivo recuerdo a Sussana y Guy Clark), "Brother Flower" y "Snake Song", junto a la única versión de "Who Do You Love" de Bo Diddley, funcionan autónomamente y -no es ninguna sorpresa- también lo hacen con soltura en el conjunto de la grabación.

Steve Earle & Townes Van Zandt

Riqueza instrumental y vocal, ambas resaltan unos textos apegados a la naturaleza exterior y a la interior de distintos personajes que se muestran desnudos, sin más equipaje que sus propios dilemas existenciales. Exuberancia de un disco que lo cataloga facilmente como una auténtica joya del mejor country alternativo de la época, aderezado con fuerte base blues (la influencia del gran Lightnin´Hopkins siempre presente) en su ritmo lírico y que, en definitiva, (de)muestra al oyente el verdadero talento de un compositor único, magistral en muchos aspectos.

Como era de preveer, nuestro mánager Eggers no se esfuerza mucho en promocionar el disco, una tirada de ejemplares más bien justita y una gira de promoción que el mismo Townes se encarga de romper antes de iniciarse. Al concluir las sesiones de grabación organiza una escapada alcohólica con un colega suyo que concluye con un accidente automovilístico, el resultado será el de un profundo corte en la mejilla además de un brazo y dos costillas rotas. 

Como continuación a esta experiencia, el "Townes" (New West Rcds, 2009) de Steve Earle espera impaciente en el plato. Artista este que se vanagloria de su amistad con Townes -su primer contacto ocurre en aquel verano de 1977- , también reconoce su legado e influencia musical, de hecho, su malogrado hijo, también músico de prestigio, Justin Townes Earle (además de llevar su mismo nombre) participa en varios cortes de esta obra de homenaje póstumo.

Es su turno.


 (1) "Townes Van Zandt. La Eternidad en una Canción" (Álvaro Alonso, Sílex 2021)











29 abr 2025

BRINSLEY SCHWARZ: "NERVOUS ON THE ROAD" (1972)

 


Han pasado ya casi siete años desde que publiqué una entrada sobre Ace, uno de los grupos ingleses más característicos de la escena pub-rock. Hablaba entonces sobre su álbum "Time For Another" (Anchor Rcds, 1976) como muestra de un estilo que intenté ir desentrañando durante el transcurso de la entrada. Desde el mismo significado de pub-rock, como antítesis genérica a los excesos de los anteriores glam y prog de la primera mitad de los 70, hasta la mención del ambiente en que se desarrolló tal estilo. Localizado en un entorno de pubs y pequeños clubs que, alrededor de un Londres todavía capital de la música moderna, cobijó a una serie de bandas británicas ignoradas entonces por los grandes sellos discográficos, su impronta fue bien significativa para revitalizar una escena demasiado autocomplaciente (además de servir de anticipo para el estallido de los  inminentes punk y new-wave)

De pasada hacía entonces mención a una formación, Brinsley Schwarz, que también encumbrada en una de las cimas del pub-rock, arrastraba todavía el sambenito del estrepitoso fracaso en su presentación norteamericana del Fillmore East en la primavera de 1970. Decepción que -comentaba a la sazón- les serviría para redireccionar su posterior estrategia y centrarse así en el ambiente más cercano y agradecido de las audiencias de los pubs y clubs londinenses.



Permítanme culminar la mención a la entrada de la banda Ace aludiendo a uno de los comentarios que un lector incluyó una vez publicado el texto. Hacía referencia en él a un libro escrito por Javier Abad y que llevaba por título "Música y Cerveza. Graham Parker, Nick Lowe, Elvis Costello, Ian Dury y otros malvividores del Pub-Rock" (Edit. Milenio, 2002). Recoge este libro una pormenorizada y amenísima descripción de un estilo que abarca desde el mismo estreno de la década de los 70 hasta su culminación en el año 1976. Sus orígenes, las bandas que lo conformaron, los mánagers que las dirigieron, citas de los más importantes pubs que las albergaron, discográficas que publicaron sus obras, los músicos más relevantes, además de sus correspondientes apéndices que incluyen, para finalizar la obra, una encomiable base de datos sobre todo tipo de bibliografía y contactos vía internet. Su lectura (insisto, muy entretenida) me convenció para comenzar una serie de entradas relativas a los grandes protagonistas de esta escena. 

El álbum que estrena esta serie, "Nervous On The Road" (United Artists Rcds, 1972), supuso un buen síntoma del cambio de estrategia de la banda que mencionaba anteriormente. Grabado en la primavera de 1972 en los estudios galeses de Rockfield (testigo de las obras de un David Edmunds, alma mater e impulsor de las excelencias del local, Robert Plant lo consideró como uno de sus estudios de grabación favoritos...), muestra a una banda ya definitivamente asentada después de la incorporación de Ian Gomm como segunda guitarra. El resto de sus miembros, el propio Brinsley Schwarz (guitarra, saxo alto y tenor, voces), Billy Rankin (batería), Bob Andrews (teclados, saxo alto, voces) y el gran Nick Lowe (bajo, guitarra acústica, voces y autor de la mayoría de los temas) modelan un elenco de músicos de sobrada experiencia y reconocida categoría. Ejerce de productor el irlandés David Robinson, mánager por entonces del grupo, visionario impulsor desde sus inicios de la escena pub-rock, además de futuro fundador (junto a Jake Riviera) del mítico sello Stiff Records, plataforma de muchas de las bandas que se ajustaron a este estilo y a la inmediata new-wave.

Comienza la Cara A con "It´s Been So Long", única aportación compositiva de Ian Gomm. La conjunción de teclados, sedosas capas de guitarras, trotona base rítmica y acordes vocales, otorga a esta pieza un tono delicioso, campero, reflejo de luz de graneros, anticipo de lo que sucederá a lo largo del álbum.  Y es que esta campestre mención anterior también ocurre en el inmediato "Happy Doing What We´re Doing", Los Brinsley han sabido recoger esa querencia americana por los improvisados bailes rurales y transforman su festivo ritmo en un tema cálido y acogedor. "Surrender To The Rhythm" parece una simbiosis de los parkerianos The Rumour en su primera época. Los teclados enriquecen la melodía hasta encumbrar su aportación, el ritmo del bajo lo ajusta a su contorno, saltón y alegre. "Don´t Loose Your Grip On Love" es un medio-tiempo convertido en melancólica balada, el piano suena a Leon Russell o a un Dr. John mudados a la puesta del sol californiana. El homónimo "Nervous On The Road" cierra la primera Cara. Retoman aquí Los Brinsleys su aspecto más de pantalón vaquero y camisa de cuadros. La instrumentación, inclusiva en toda su riqueza expresiva, arrastra al oyente urbano hacia el baile de salón campesino.


"Feel A Little Funky", título con el que comienza la Cara B, anticipa la pista necesaria pero no la  completa. Funky si, pero también boogie en esta canción, los teclados de Bob Andrews se asemejan al mejor Professor Longhair, circula un aire de club humeante y ruido de choque de vidrios, de comentarios y risas a media voz. Excelente. En "I Like Like That" continúa la lección anterior de pianistas norteamericanos, los teclados siguen aportando ese sabor gumbo característico del Bourbon Street de Nueva Orleans. "Brand New, Brand New Me", nueva balada, la voz de Nick suena a un Al Stewart en plena forma, otra vez el piano apuntala una melodía nostálgica, sus cambios de modulación otorgan a este tema una riqueza singular. "Home In My Hand", fantásticos los riffs de la guitarra del propio Brinsley, este tema se convierte en uno de los más retozones del álbum. Aquí se demuestra la verdadera sustancia de un estilo como este del pub-rock, cercano, alegre y bailable, especialmente diseñado para la felicidad instantánea de una audiencia ya entregada. Cierra el álbum "Why, Why, Why, Why, Why", Los Brinsleys se despiden con una canción en la que la pregunta del título se convierte en estribillo. Mientras esto ocurre, la melodía sigue sin esfuerzo el cauce de un álbum que brilla con luz propia.

Fue este "Nervous On The Road", cuarto Lp de la banda, el mejor recibido por la crítica británica, aunque, era de esperar, quedó como sus antecesores trabajos huérfano de éxito comercial. Meses después de su publicación, estamos ya en el otoño de ese mismo 1972, Los Brinsleys actúan como teloneros en el tour nacional de Ten Years After. El reconocimiento de la banda es patente a nivel de medios y un público algo ya más amplio empieza a aceptarles. Así las cosas, un Paul McCartney siempre atento al entorno musical del momento, les invita para abrir los conciertos de su banda Wings en la segunda parte de su tour de presentación del "Red Rose Speedway". Nos encontramos en la primera semana de Julio de 1973 y Los Brinsleys alcanzan en ese momento el punto álgido de su su carrera.

Desde su creación en 1969 hasta su despedida en el Marquee londinense en Marzo de 1975, Brinsley Schwarz fue probablemente la banda que mejor representó el espíritu del pub-rock, estilo ideal para la mayoría de pubrockers que, hastiados de la condescendencia del ambiente anterior, rechazan también en alguna medida el ideario anarquista y explosivo del punk-rock. Sea el reconocimiento y repaso de su obra de obligado cumplimiento para los aficionados más fieles a la voluta del humo y el amargo dulzor del lúpulo.
 



 
 

17 mar 2025

CHITLIN´CIRCUIT VII: "I´LL NEVER GET OUT OF THIS WORLD ALIVE". HANK WILLIAMS (1952)

 


Si, ya lo se, reconozco que la música country poco o nada tiene que ver con la escena chitlin´circuit, esta última basada en estilos como el blues, jazz y gospel (rhythm and blues), antesala del inmediatamente posterior rock´n´roll. Si traemos hoy al por muchos considerado como Rey del Country, Hank Williams, lo hacemos como continuación a la anterior entrada, la VI de esta serie titulada como CHITLIN´CIRCUIT.

En ella hablábamos del "Pledging My Love" (1954) de Johnny Ace. El caso es que el hecho de su trágica muerte jugando a la ruleta rusa ha dado pie a muchas conjeturas. Una de ellas, quizás la más extendida entre los autores más osados de la escena bibliográfica musical, es la que a continuación les relatamos.

Johnny Ace muere el día de Navidad de 1954 en Houston, Texas. Por entonces las cifras de ventas de sus composiciones estaban perdiendo fuerza, bajaban puestos con fuerza en los escalones de muchos de los charts de la época. Don Robey, su mánager, ha observado la estratosférica subida del "I´ll Never Get Out Of This World Alive" de Hank Williams una vez ocurre su muerte el primer día del año 1953. Don Robey deduce... "si algo parecido" le ocurriese a Johnny, seguramente las ventas de este su último single (junto a "No Money", Duke Rcds.) subiría a lo más alto de las listas..., la debilidad humana, de una manera u otra, siempre tiende a apoyar al afligido, al perdedor.

Don Robey sabe de la afición de Johnny Ace por la bebida y su querencia por las armas de fuego, interés macabro que le empuja a jugar con frecuencia a la ruleta rusa junto a su más cercano círculo de amistades. En una de esta sesiones, alguien (¿fue el mismo Don Robey?) introduce en el tambor del revólver una única bala. El final es conocido. Curiosamente, acontecida la muerte del intérprete, se extiende el rumor que pone en cuestión la supuesta conducta del mánager (un hombre conocido por su naturaleza violenta). Ninguna sospecha, fundada o no, hace mella sobre Robey, aunque su reputación quedaría para siempre mellada por esta tragedia.

La muerte de Johnny Ace alcanza de inmediato máxima exposición mediática entre la audiencia joven afroamericana, ocurre algo parecido entre la juventud blanca. La revista semanal Billboard publica el 15 de Enero de 1955 el siguiente texto: "La reciente muerte de Ace ha propiciado un gran impacto en lo que puede ser considerado como la mayor subida de ventas en las primeras semanas de este año. "Pledging My Love" - continuaba-  es ya tan popular entre los clientes del pop y los de r&b."

Este acontecimiento no le pilla por sorpresa a Don Robey. Ese mismo 15 de Enero acuerda compartir la mitad de las ganancias de la version original de Ace del "Pledging My Love" con Wemar Music (subsidiaria de BMI, una de las más poderosas compañías editoras musicales). Solo impone una condición, que ésta última convenza a su vez a una estrella pop blanca para lanzar una versión del tema. Teresa Brewer será la artista escogida. Su cover del "Pledging" (Coral Rcds, 1956) alcanza el número 17 en los listados pop, mientras el original de Johnny Ace permanece en el número 1 de las listas de R&B.

Antes de Motown, antes de Stax, Don Robey se convierte en el primer empresario afroamaericano en introducirse en el mercado joven blanco, aunque no son pocos los que piensan que lo hizo por la puerta trasera.

 




19 feb 2025

REN WATER: "BOTANICALS" (2024)

 


No pretendía esta noche conceder a las palabras más que el brillo de un destello, contemplarlas en el reflejo de un espejo lánguido, dejar que tan solo flotaran, ver cómo luchaban por inspirar un poema en ciernes. Hacerlas protagonistas, pero no del todo.

Imposible. Las palabras parten de la boca de Ren Water como mil hijas desbandadas, gritan con la intensidad de los versos rotundos, poseen ecos de ánforas. Pero son las imágenes que esas palabras evocan las verdaderas estrellas en esta noche. Ren Water reposa sobre sus hombros un felino colmado con algunas caricias ajenas, Ren Water abraza el tronco de un árbol aun caliente, en el interior, Ren Water agrieta sus largos cabellos morenos mientras una leve cortina de agua salpica su cara. 

Imágenes con múltiples significados porque la música que las acompaña las dilata, permite que presagien visiones encubiertas. Música que varía mayoritariamente entre un elaborado guiso de rock progresivo, aderezada con una suerte de psicodelia de pergamino anglo-helenístico, pop-art y una sabiduría también de celebración medieval y mediterránea, de fiesta y convite al lado de los parientes, amigos y deudos.

"Botanicals" es el disco de debut de Ren Water, voz solista de Echo Train, una de las bandas más señaladas en la escena psicodélica griega. Autora de los 8 temas incluidos en el álbum ("Hand Selected Botanicals", "Great Was The Fall", "My Man", "Unborn Child", en la cara A, "Spaceship", "Thais", "Narcissus & Echo" y "Spiral End", cerrando la cara B). A Ren la acompañan dos de los miembros de Echo Train, Greggy K (bajo, guitarras y teclados, además de ser considerado por la artista como el "alquimista" propulsor de la magia en sus composiciones) y Gregorio Perico (batería y percusión). Stratos Diamantis completa la sección instrumental (Hammond, Harpsichord) y Kostas Sidirokastritis les acompaña con su guitarra acústica en uno de los temas ("Unborn Child")

En la nota de prensa editada con motivo de la aparición del álbum se comenta: "Cada canción es como la combinación de hierbas que conducen al alma hacia dimensiones e historias que a veces la exaltan y otras la degeneran... Hay Luz, Oscuridad, Amor, Desesperación, Esperanza, Lujuria y Pasión, y todos estos elementos psíquicos coexisten armónicamente y crean emociones variadas"

Ya es mediodía y el sol recula entre visillos. Coloco de nuevo sobre el plato el primer tema del disco, "Hand Selected Botanicals", (..."Made from hand selected botanicals from the gardens of Eden"...) aquí se muestra la verdadera fuerza motriz de la grabación, la base rítmica poderosa, sin necesidad de avasallar, los teclados en modo Manzarek, las capas de guitarra modelan sútiles riffs psicodélicos, la voz de Ren me recuerda a Patti Smith, aúlla con inusitada elegancia. En "Great Was The Fall" continúa esa dinámica, ahora resaltada por una excelente ortopedia del bajo de Gregorio Perico. "My Man" transita en un espacio en el que la combinación de teclados y riffs de guitarra construye un muy conseguido medio tiempo. Cierra la cara A "Unborn Child", suerte de canción de cuna con aroma psicodélico, la banda se ha tomado una pequeña pausa, mantiene la narrativa esotérica (..."Attracts you with a silver string attached to every life"...) mientras anticipa otras nuevas tonalidades space-folkies.


Tonalidades space-folkies que ya aparecen en el primer tema de la cara B. "Spaceship" literalmente navega, la voz de Ren a los mandos, la instrumentación ya posee ese aroma medieval y mediterráneo del que hablábamos hace ya unos párrafos. En "Thais" aparecen esas imágenes conjuntadas de geografía añorada, del río Nilo hasta la ciudad de Alejandría, junto a sentimientos encontrados. Amor, Fe, Miedo, Demonios..., al final, otras imágenes, las de un celestial Ruiseñor y la de un Cisne moribundo, agrandan la lámina del tema. "Narcissus & Echo" mantiene la derrota por los mares del Egeo, llega hasta las Islas de las Tentaciones, allí Narcissus, Echo (o el mismo Ulises) deben sobreponerse al martirio de sus voces interiores. La parte cantada en griego por Ren otorga a este tema un mejor valor interpretativo, mayor credibilidad escénica. "Spiral End", el colofón de la obra, muestra a Ren Water en su papel de Suma Sacerdotisa, (..." You can´t resist my sight, thy soul shall be mine / I am the only God that can make you lie"...). A tono con el texto, la instrumentación se enrosca en un tornillo sin fin, gracias fundamentalmente a sus teclados, los ejes de la melodía refulgen incandescentes. Gran final.

No debo concluir esta entrada sin mencionar a Michalis Logopatis, artífice de Timemachine Productions (web: timemachine-productions.gr / timelordmichalis.blogspot.com), propietario del sello editor de este primer álbum de Ren Water y alma mater de una excelente serie de magazines musicales, "Timemazine" (The Psychedelic Fanzine About The 60s And Beyond´Em). Ya hablé de él en su día en este mismo blog ("Mundo civilizado", febrero de 2020) y reitero ahora mismo lo dicho entonces. Labor la suya algo más que encomiable, la de un orfebre que muestra al aficionado interesado su pasión por todo aquello relacionado con el estilo psicodélico. Gracias mil y larga vida a su excelente obra.








24 ene 2025

"CODROEPHENIA: A small portion of Fruits de Mer Records releases from 2024".

 


Para todos los buenos aficionados, amantes de la mejor música de los años 60 y 70, amigos y fieles seguidores de aquellos estilos calificados como psicodelia, rock progresivo, space rock, folk-rock, acid-folk, kraut et all, el sello inglés Fruits de Mer debería ser una referencia más que obligada. Ignoro si muchos o pocos de los lectores de este blog tenían ya conocimiento de la existencia de este sello; para los que estuvieran al tanto, el presentarlos hoy aquí como uno de los más originales dentro del escenario actual del rock contemporáneo no supondrá más que un merecidísimo reconocimiento de su labor; para los legos en la materia, mencionarlos en esta ocasión significará una oportunidad unica para conocer y divulgar su encomiable legado.

Fruits de Mer Records se forma en 2008 por Andy Bracken y Keith Jones, aunque la marcha del primero en 2012 ha convertido a Keith desde entonces en el alma mater de esta aventura. Inicialmente proyectada como plataforma discográfica para grabar covers de temas clásicos por bandas modernas, amplia su paleta a partir de 2013 para así dar salida a las grabaciones de bandas con estilos más experimentales y difíciles de etiquetar a priori. Grabaciones que, en función del soporte (mayormente vinilo, aunque no hacen ascos al CD y a la cassette), o de su género u origen de la misma grabación, quedan clasificados dentro de su extenso catálogo mediante distintas denominaciones.

Fruits de Mer organiza además desde 2013 en Inglaterra (y una vez en USA) una serie de Festivales (Summer Fruits de Mer All Dayer, The Fruits de Mer Records Festival of Psychedelia, The Dream of Dr. Sardonicus, A Festival of Psychedelia) en los que, al reclamo y destello de las mejores bandas de su catálogo y otras formaciones invitadas, convoca a multitud de fieles seguidores. Este año 2025 celebrarán su 21 edición en Cardigan, Gales.  Las grabaciones de estas actuaciones forman parte también del catálogo disponible del sello. 



Conocí este sello gracias a la ocasional adquisición de varios discos de una banda favorita, los galeses  Sendelica, campeones del mejor psych-space rock campestre. El contacto continuado con su página web (https://www.fruitsdemerrecords.com) además de aportar al interesado información de primera mano sobre su historia (rica en anécdotas de todo tipo) así como de su amplio contenido sobre bandas, grabaciones, eventos (los festivales anteriormente reseñados), merchandising y novedades de todo tipo, ha supuesto para este autor inagotables momentos de entretenido y provechoso ocio musical.

El CD que les presento ahora conforma una recopilación de parte de las grabaciones realizadas por el sello durante el año pasado ("a small portion of Fruits de Mer Records releases from 2024"). Bandas, la mayoría de ellas no por desconocidas desmerecedoras de suma atención, otras, ya controladas por el que suscribe (la anteriormente mencionada Sendelica, además de los germanos Vibravoid, a los que sigo desde hace muchos años). Difícil destacar entre el elenco de 16 cortes que compone este CD las más emocionantes, todas ellas dejan un espléndido poso de arqueología moderna, de brillante baba de caracol a seguir. Soft Hearted Scientists, Dave McLean, Anton Barbeau, nick nicely, Crystal Jacqueline, The Sand Peebles, Handford Flyover, McDowell & Westaway, Sidewalk Society, Astralasia/Mushroom, London Underground, Pinhdar, Paul Lake ( su cover del "Dear Mr. Fantasy" de Traffic, sublime). Los mencionados Vibravoid y Sendelica cierran las grabaciones con dos excelsos temas, el de los alemanes una magnífica cover del "Yeti" de Amon Duul II ("Eye-Shaking King"), los galeses con una admirable suite de  congregación lovecraftiana en 16 minutos ("Downfall").   

Agradecer sinceramente a Keith Jones el haberme facilitado este magnífico recopilatorio "Codroephenia" y hacer así partícipes a los lectores, no puedo responder de otra manera a su generosidad, de una idea que, no por menos manida, deja de ser bien cierta. La hago mía y la comparto en las palabras que Gideon Coe (BBC 6 Music) ha escrito en una de las páginas de la web de Fruits de Mer: "A label of love". Larga vida.




16 dic 2024

"POR FAVOR, MÁTAME, LA HISTORIA ORAL DEL PUNK" . MCNEIL & MCCAIN (2021)

 

Si, yo era de aquellos aficionados que pensaba que el punk era un invento genuinamente británico y que, como mayor representación a nivel de personaje y de bandas, tenía a Malcolm McLaren y los Sex Pistols como referencias más señeras e identificables. Craso error el mío. Después de leer este libro de título tan ameno (trasunto de la leyenda que Richard Hell mostraba en su camiseta durante buena parte de sus actuaciones con el grupo Television) creo firmemente que me ha sido revelada la luz de la verdadera versión histórica de este género musical y, para mayor consolidación de mi nueva fe, he de manifestarles que, a partir de ahora, no habrá propósito de enmienda ni necesidad de futura absolución. O eso creo.

Antes de entrar en detalles, permítanme dos o tres puntualizaciones sobre los autores y el libro en cuestión. Legs McNeil, escritor estadounidense, redactor y cofundador del fanzine musical "Punk" (publicación esta de la que deriva la etimología del homónimo estilo), participó también en la creación de las revistas "Spin" (todavía activa) y "Nerve". Gillian McCain es una poetisa y fotógrafa canadiense, además de miembro de varias asociaciones culturales relacionadas con el diseño artístico y publicaciones poéticas. "Por favor, mátame", considerado por gran parte de la crítica como el clásico libro de referencia sobre el punk, su publicó por primera vez en 1996. Alumbrado en nuestro país por la editorial vizcaína Libros Crudos, he de resaltar la traducción de Ricard Gil y Antón López, trabajo encomiable, sobre todo porque al ser este un libro de estilo "oral narrativo" (fruto de innumerables entrevistas efectuadas a los distintos protagonistas) respeta tanto la jerga inglesa como la puntuación y la integridad de los textos originales, recogiendo así fidedignamente la voz de los numerosos personajes que transitan por sus páginas.

Seguidores del dichoso prurito de intelectualizar lo convencional, los autores rastrean numerosos restos arqueológicos entre las escenas experimentales poéticas, teatrales y cinematográficas de los primeros años de la década de los 60 en la ciudad de Nueva York. En esos años emergieron una cantidad significativa de artistas radicales de todo tipo, cruciales para el establecimiento de una nueva cultura pop, minimalista y en la que el concepto de "performance" adquiere carta de naturaleza propia. Cineastas, músicos, bailarines, poetas, autores dramáticos, actores, pintores y escultores, todos ellos conformando una comunidad (más o menos estable según las circunstancias) se lanzan a filmar, versificar, cantar, bailar, representar, originando, en definitiva, un movimiento de crítica compulsiva hacia una sociedad urbana a la que pretenden sobrepasar con su actitud rompedora y subterránea.

Solo la generosidad de los lectores me habrá permitido esta extensa presentación realizada con el único motivo de recalcar una idea clave, la expresión "punk" (enunciado moderno de un anterior término "underground" que aparece por primera vez en 1975 al publicarse el referido magazine musical homónimo) no deja de ser un término genérico que amalgama una variedad de expresiones artísticas y que tiene en la ciudad de Nueva York su centro neurálgico. Lógicamente es la música la disciplina que más destaca en el libro y aquí inician los autores la primera referencia hablando de un artista como La Monte Young, reconocido como primer compositor minimalista. Le sigue The Velvet Underground y todo su entourage mediático de la Factory warholiana. Hay espacio para disertar sobre la más lejana escena de Detroit, con el ejemplo de sus bandas seminales MC5 y The Stooges, formaciones cuyo proto-punk se utiliza como antecedente. The New York Dolls y Ramones, Richard Hell & The Voidoids, Dictators y The Heartbreakers, Dead Boys, (salvo los últimos, grupos ya genuinamente neoyorquinos) son considerados abanderados de este estilo, los primeros en su variante más glitter y glam, el resto con mayor influencia del rock clásico de Presley, Berry & Richard y también del garaje y de ciertos grupos de la "British Invasion" (The Who)

Y es esta amplitud conceptual, el hecho de considerar el estilo punk no solo como una música provocadora, sencilla, gamberra, iconoclasta (hasta qué punto los aficionados estarían hartos de la deriva sinfónico-progresiva en la que parte del rock parecía desarrollarse sería un interesante tema de debate), sino como algo abierto a toda aquella experimentación que fuera capaz de romper los moldes entonces actuales, lo que permite que bandas aparentemente alejadas como Television, Patti Smith Group, Talking Heads o Blondie, se encuentren en el texto y sean todas ellas englobadas y aceptadas en tal estilo. 

Es ahora cuando toca hablar sobre Malcolm McLaren. Personaje inquieto, avispado y oportunista (¿recuerdan una de sus más famosas proclamas, "Cash in Chaos"?) se encuentra en Nueva York a mediados de 1974 ejerciendo como "agente libre" de unos New York Dolls que meses atrás habían grabado su segundo Lp "Too Much Too Soon" sin apenas éxito. McLaren les organiza una segunda gira estadounidense llena de conciertos cancelados (resaltar sin embargo las celebradas actuaciones junto a Kiss, una banda con recíproca influencia en sonido e imagen). En el verano de ese mismo 1974 Malcolm les incorpora a los carteles ingleses del Buxton Festival y del Olympia Rock Prom de Londres (únicos norteamericanos entre una caterva de estrellas británicas consagradas como Mott The Hoople, The Faces, Humble Pie, 10CC o Kevin Ayers...) El hecho de que los Dolls tampoco despunten en aquellas citas no desanima a un McLaren ya convencido de aprovechar una oportunidad única, la de exportar a Inglaterra el ambiente candente y el furor de la escena musical que ha vivido personalmente en su etapa neoyorquina. De esa acertadísima idea surgen Sex Pistols en 1975. El apoteósico concierto de Ramones en Julio del siguiente año en el londinense The Roundhouse ante 2.000 enloquecidos espectadores y la publicación del single "Anarchy In The U.K." en noviembre marcan la pauta del nacimiento del punk inglés.

Remitámonos de nuevo al libro, reconozcamos que en el texto abunda el gore, prostitución, droga, sexo chungo, traiciones, violencia (a veces extrema), celos, envidias, el "acusica barrabás" de una buena parte de los entrevistados forma parte del juego argumental. Debo reconocer que si en unos primeros momentos de la lectura fue esto lo que más llamaba mi atención, al final, con la perspectiva de unas cuantas jornadas ya pasadas, la reflexión sosegada me llevó hacia otras disquisiciones. Resumidas: en lo estrictamente musical, la escena neoyorquina de los muy últimos 60 y primeros años 70 (localizados en sus célebres clubs, Max´s Kansas City y CBGB) conforma la auténtica génesis del punk; la variante punk inglesa, a pesar de estar más reconocida a nivel internacional, no deja de ser un movimiento inmediatamente posterior al norteameriacano; si tuviera que destacar a un personaje (el que se encuentra en boca de todos sin ser apenas entrevistado) sería el gran Johnny Thunders el que se llevaría la palma (del martirio).



Dedicado a mi hijo, JaviPeck, prestamista del libro, gran aficionado al rock y bajista del grupo Brut Vermut y a mi hermano Crosby, roquero gran reserva, además de compañero infatigable de tantas tertulias musicales, un año más.


 



12 nov 2024

CHITLIN´CIRCUIT VI: "PLEDGING MY LOVE". JOHNNY ACE (1954)

 


En Diciembre de 1954 Johnny Ace graba "Pledging My Love" para el sello Duke. Tema compuesto por Ferdinand Washington y Don Robey (este último, uno de los primeros y más importantes empresarios negros de gran prestigio en la historia de la música popular del siglo pasado). El tema (acompañado en la cara B por "No Money") escala hasta el número 17 en las listas de Billboard para, poco después, alzarse al número 1 del listado R&B durante 10 semanas consecutivas. El single lleva la producción de Johnny Otis, otra figura seminal en el desarrollo del R&b y del rock´n´roll, padrino de grandes talentos como Etta James, Big Mama Thornton o Jackie Wilson.

Johnny Ace apareció por primera vez (Agosto de 1952) como cabeza de cartel en el The Hippodrome de Memphis, sala integrada en la escena de clubs de la misma ciudad (Ebony, Handy, Paradise, Tropicana...) y que consolidó en buena medida el desarrollo del "Chitlin´Circuit" de la época, ya saben, aquel marco geográfico (sur, sureste y del medio-oeste americano) que dio forma por primera vez a un circuito estable de actuaciones para músicos, comediantes y otros artistas afro-americanos antes del Movimiento de los Derechos Civiles. 

Johnny Ace murió accidentalmente poco después de la grabación de "Pledging My Love". Tenía tan solo 25 años. En una noche aciaga sus compañeros le invitaron a jugar a la ruleta rusa; el revolver, aparentemente descargado, guardaba una última bala para el bueno de Johnny. Un trágico final que me recuerda al de un fantástico Harvey Keitel en "Bad Lieutenant" (Abel Ferrara, 1992). De hecho, este gran tema forma parte de la banda sonora de la película.

12 oct 2024

"THE HAÇIENDA, CÓMO NO DIRIGIR UN CLUB".- PETER HOOK (2019)

 


Aparece este título incluido entre las últimas lecturas veraniegas y, debo confesarlo, se asomó así de repente, como de tapadillo. Buscaba algún motivo, un tema con que rellenar ese espacio en el ya prolongado vacío bloguero que me atenazaba desde hacía tiempo. Así que, por las bravas, ya está bien de vaguear, me encuentro sacando de la balda este ejemplar editado en 2019 por la magnífica editorial catalana Contra (especializada en la publicación de obras de ámbito musical)

 Al autor, Peter Hook, bajista de los extintos Joy Division y New Order, se le supone conocimiento suficiente entre los aficionados a la música. Ambos grupos, paradigma de grandes y míticas composiciones de los últimos 70 hasta la primera década del actual siglo, fueron fiel ejemplo de su buen hacer como instrumentista de contrastada técnica. Otra cosa es su calidad narrativa, pero de eso hablaremos más adelante.

Entre esos aficionados a los que me refería, será materia ya conocida la disolución de Joy Division una vez que el amigo Ian Curtis decidió apañarse por sí mismo. También la creación del sello Factory en 1978, un par de años antes en los que se publican sucesivamente sus más célebres álbumes "Unknown Pleasures" y "Closer". Las obras más conocidas y relevantes de New Order ("Movement", "Power, Corruption & Lies", "Low Life", "Brotherhood" y "Technique") serán igualmente publicadas por el sello creado por Tony Wilson en Manchester.

Y es Manchester, una ciudad en prolongada crisis post-industrial en aquellos últimos años 70, la que adquiere uno de los principales protagonismos en esta obra. Una Inglaterra que por entonces imanta desde Londres una gran mayoría de la actividad musical se ve, repentinamente, rivalizada por la urbe mancuniana. No solo es el sello Factory el que amplia su repertorio de bandas a otras de inmediato éxito, Happy Mondays, The Charlatans, Inspiral Carpets, James, The Durutti Column, OMD, A Certain Ratio. También, y tan importante como ese hecho, Tony Wilson, prestigioso empresario musical y presentador de programas de televisión, decide, de acuerdo con los miembros de New Order al completo (ellos aparecerán como socios solidarios), abrir un nuevo local, un club que sirva de palestra para dar a conocer a las bandas del sello. Ha nacido The Haçienda, así escrita con cedilla para coincidir con la numeración del "FAC 51", logotipo oficial del local.

The Haçienda intenta trasplantar en Manchester el ambiente de clubs del Nueva York de la época de los últimos 70. Locales como Danceteria, Club 57, Mudd Club, The Loft, Paradise Garage ejercen su influencia tanto arquitectónica y de diseño interior (espacios abiertos, amplios y con posibilidad de exponer varias actividades complementarias) como musical. Existe allí una curiosa mezcla entre rock y música disco, funk, soul y electrónica que encandilará a los visitantes ingleses durante sus sucesivos viajes a la ciudad norteamericana. De hecho, una banda como New Order, surgida de las cenizas de un post-punk heredado de Joy Division, toma buena nota y se convierte en abanderada del synth-pop y de esa nueva electrónica ecléctica que puntea y avista un techno-rock en ciernes. 

La obra de Hook refleja las dos etapas por las que pasa el club. La prtimera, desde 1982 hasta 1985 en la que `predominan los conciertos de bandas señeras, desde iconos como Iggy Pop y Gil Scott-Heron hasta los propios New Order, Stone Roses, Nick Cave, The Pogues, Sonic Youth, War, Húsker Dü, The Fall, Primal Scream, The Smiths, The Jesus And Mary Chain (célebre su primer concierto de Noviembre de 1985 presentando su caótico "Seventeen Minutes Feedback"), Happy Mondays, entre muchos otros. La segunda etapa, desde 1986 hasta el cierre del club en 1997, recoge un paulatino auge de los djs y sus jornadas nocturnas en las que seleccionan y pinchan la música del momento. Los djs más famosos de entonces, Graeme Park, Mike Pickering, Jon DaSilva, Dave Haslam o David Morales son capaces de crear un estilo propio "made in The Haçienda", en el que combinan un gran tipo de influencias, desde el northern-soul hasta la electrónica, el hard-funk y el techno, los teclados sintéticos del kraut y la música disco, el inmediato acid-house y el posterior rave. Curiosamente, si en la primera etapa el club pierde dinero a puertas llenas, en la segunda, sin que exista una recuperación íntegra de la inversión, si que logran recobrar la deuda en parte.

Y es que la pésima gestión económica de The Haçienda fue una de las más relevantes características en la historia del club de Manchester. Inversión desorbitada desde la compra del edificio hasta el carísimo diseño interior y equipamiento de luz, sonido y seguridad. El descontrol en la venta de entradas, abastecimiento, consumo y reposición de bebidas en la barra del bar, cocina y otros proveedores supuso el pan de cada día. Las peleas dentro y fuera del local hacen necesaria la contratación de una banda mafiosa de Manchester para hacerse cargo de la seguridad. El tráfico de drogas y las disputas entre varias bandas pandilleras para controlarlo enturbian aun más la situación. A tal punto llega el curso de los acontecimientos (sumado a la seria amenaza de la policía y las autoridades municipales para cancelar la licencia de actividad) que la dirección decide cerrar temporalmente el local. A su reapertura parece que las aguas se apaciguan pero no deja de ser un espejismo. La apertura de un nuevo bar y restaurante, el Dry, ubicado en el mismo edificio, suma y sigue con el círculo de pérdidas constantes. Números negativos que, en función de las cláusulas del contrato de constitución de la sociedad, se aprovisionan contra las millonarias ventas de los discos de Joy Division y New Order. Insuficiente en todo caso para salvar un negocio que, en prácticamente ningún momento, contó con una gestión adecuada.

La desaparición del sello Factory en 1992 anticipa el final de The Haçienda cinco años después. La grabación ese mismo año del último disco de Happy Mondays, "Yes Please!" (saludado por la crítica británica como ..."No Thanks!") supone la puntilla para el sello de Tony Wilson. La caótica experiencia de la banda durante la grabación en Barbados se encuentra animadamente descrita en el libro. Al igual que otras anécdotas narradas; las visitas a Nueva York, el caos producido por el uso del martillo neumático en el concierto de Einstürzende Neubaten, el anteriormente mencionado "Seventeen Minutes Feedback" de Jesus And Mary Chain, las experiencias con el éxtasis de Hook en Ibiza (allí se encuentra con una Nico en sus últimas horas de vida), los distintos avatares de personajes como Rob Gretton (mánager de Joy Division y New Order) o de Martin Hannett (productor de las obras más singulares de ambas bandas) concurren para hacer de su lectura un ejercicio de distracción recomendado.

Para concluir, unas breves palabras sobre el estilo y la estructura narrativa de este título. Escrito en un tono que pretende ser afín al habla coloquial del autor Peter Hook, muchas veces su discurso no deja de ser el de un gamberrete que pretende hacer cómplice al lector con sus dichos y giros callejeros, algunos de ellos muy representativos del lenguaje cockney de la época. El autor, en no pocas ocasiones, manifiesta más interés en dar cuenta de sus experiencias, atracones y desbarres festivos. Lo normal para una estrella del rock´n´roll. La inclusión en sus más de 400 páginas de los principales eventos anuales realizados por el mismo club, además de la relación de sus cuentas de explotación, ofrece al lector una mejor perspectiva del alcance de este maravillos disparate en que consistió la aventura vital de The Haçienda, seguramente uno de los clubes más prestigiosos en la historia de la música contemporánea.




8 ago 2024

MC5 EN CHICAGO, 1968.


En un par de semanas, entre el 19 y el 22 de Agosto, Chicago albergará la Convención Nacional Demócrata para nominar a su ticket (Harris-Walz) como candidatos a las próximas elecciones presidenciales de Noviembre de este año 2024. 56 años atrás, en la controvertida Convención de 1968, los delegados del partido eligieron a Hubert H. Humphrey como candidato a la presidencia, frente a un Eugene McCarthy que, enfrentado al aparato oficial del partido, proponía la salida inmediata de las tropas de EEUU en Vietnam.

MC5 actuaron en el Lincoln Park de Chicago el 25 de aquel Agosto de 1968, víspera de la inauguración de la Convención. Rob Tyner, entrevistado por Doug Sheppard en la revista Ugly Things (Winter/Spring 2008) aporta algunos titulares sobre aquel evento. "Llegamos allí sin ser contratados, gracias a los contactos que nuestro mánager John Sinclair tenía con los organizadores de la concentración anti Guerra de Viet-Nam", "Chicago parecía un enorme campamento armado, lleno de policías y soldados de la Guardia Nacional, los helicópteros nos sobrevolaban casi a ras de nuestras cabezas y un buen grupo de hombres vestidos de negro con gafas de sol caminaban a nuestro alrededor hablando por sus walkie-talkies", " Se mascaba una gran tensión en el ambiente, en cualquier momento podría ocurrir una catástrofe", "Durante una buena parte de tiempo estuvimos negociando con las autoridades el disponer de un camión para realizar nuestro set sobre su plataforma elevada, pero al final pusieron tantos problemas que no nos quedó más remedio que extender unas mantas y efectuar nuestra actuación sobre un césped muy húmedo", "Había tanta humedad que al coger el micrófono sentía toda la carga eléctrica sobre mi hombro y mi brazo, rígidos como un bate de béisbol, "Norman Mailer estaba por allí y describió el concierto como el climax electromagnético de la época".

La actuación se extendió durante una hora y veinte minutos y fue "Kick Out The Jams" la última interpretación de la banda. Cuando estaban recogiendo el equipo para transportarlo a su camioneta estalla la revuelta. Los policías cargan contra los asistentes, la mayoría huye alocadamente y tan solo unos pocos se enfrentan a las fuerzas de seguridad. Continúa hablando Rob Tyner: "Nos hubiera gustado ayudar a la gente y expresar así nuestra indignación pero teníamos un concierto en un par de fechas y no tuvimos más remedio que partir de allí". "No teníamos ni un centavo, nadie nos pagó nada, tan solo el depósito de la camioneta lleno para el viaje de vuelta, de hecho tuvimos que dormir la noche anterior en las butacas del Straight Theater". 

Durante la noche de ese 25 de Agosto de 1968 se producen los más violentos altercados en Michigan Avenue. El eco de las protestas llega hasta la misma Convención Nacional Demócrata y la convierte en un hervidero de críticas y descalificaciones entre las dos partes enfrentadas, la de Humphrey, seguidor de la política militarista del entonces presidente Johnson, y la del candidato McCarthy que, junto a muchos de sus partidarios, califica el evento como un auténtico robo.

Millones de espectadores pudieron contemplar por TV las imágenes de violencia en las calles de Chicago aquellos días, muchos de ellos las rechazaron, no fueron tantos como para dejar de ver un nuevo capítulo de "Bonanza", la serie de mayor éxito en la gran mayoría de los hogares americanos. Nosotros nos contentaremos con reproducir ese último "Kick Out The Jams" como homenaje a una banda y a una época fascinante.




Nota: si alguno de los que leyera esta entrada fuera capaz de incorporar en sus comentarios el vídeo original que reproduce, mínimamente eso si, la que parece ser única documentación cinematográfica de este concierto improvisado de MC5 en Chicago, le estaría muy agradecido. Yo no lo pude conseguir.  Se encuentra en el mismo archivo you-tube de Wayne Kramer y su título es: "Long Lost MC5 Footage! Democratic National Convention Riots - Chicago 1968" (4:26)


15 jul 2024

CHITLIN´CIRCUIT V: "ROCKET 88", THE KINGS OF RHYTHM.

 


¿Cúando acaba el "jump blues" y comienza el "rock´n´Roll?. Para algunos entendidos este hecho se produce en 1951 en los Sun Studios de Memphis. Allí graban este "Rocket 88" Ike Turner and The Kings of Rhythm, tema licenciado por Chess Records y que incorpora a su legendario catálogo Sun una figura capital de esa primera escena musical, Sam C. Phillips

Ike Turner, un joven de apenas 19 años, conduce su station wagon desde Clarksdale hasta Memphis por la Highway 61 (¿les suena...?). Le acompañan Jackie Brenston, Raymond Hill, Willie Sims y Willie Kizart. B.B. King se queda prendado de su poderío rítmico mientras les ve actuar días antes en el Sunbeam¨s cotton-town juke-house (puro "Chitlin´Circuit"...) de Clarksdale. Tanto que les recomienda viajar a Memphis para grabar con Sam Phillips. 

Durante el trayecto el coche choca contra un raíl de la autopista, en el encontronazo parte del equipo de los músicos se desprende del techo y cae desperdigado al arcén. Mientras intentan reparar los desperfectos algunos miembros de la banda aprovechan para extender su ropa mojada al sol. Cuenta la leyenda que Jackie Brenston se limitó a elevar la decaída moral de la banda interpretando con su saxo barítono este inmortal "Rocket 88"


El tema del vídeo incorpora, sobre la composición original de Jackie Brenston, una adaptación que Ike Turner realizó sobre el "Cadillac Boogie" que Jimmy Liggins grabó en Los Ángeles en 1947. Grabación exacta a la que aparece en el doble recopilatorio "The Sun Story Vol. 1" que el sello nacional Zafiro tuvo a bien darnos a conocer en 1991, aunque allí aparezca acreditada a Jackie Brenston & His Delta Cats.
 

14 jun 2024

"SPECIAL DELUXE, MI VIDA AL VOLANTE", NEIL YOUNG.

 


 
Comenzaré diciendo que soy de aquellos que albergan sentimientos encontrados con el artista canadiense, que he pasado de una adoración total hacia gran parte de su discografía a una situación actual en la que priva un tanto el hartazgo y el mosqueo. Parto de una realidad incuestionable, Mr. Young ha publicado un total de 14 discos desde inicios de 2022 hasta el presente mes de Junio (la gran mayoría provenientes de sus archivos, algunos de ellos absolutamente prescindibles) Este hecho me inclina a pensar que, falto de ideas e inspiración reciente, busca remover el tiempo pasado para hacer caja. Hace bien, conocedor de la inmensa multitud de seguidores que gastarán sus cuartos ante cualquier edición de su obra anterior, tira de stock y a vivir de las rentas.

Leí hace ya mucho tiempo la biografía de Neil Young ("Shakey" de Jimmy McDonough), una obra que no gustó al retratado y cuya versión final intentó torpedear a toda costa. A parte de la meticulosa (además de muy entretenida) descripción de su vida y brillante carrera profesional, recuerdo de aquella lectura, así a grandes rasgos, como McDonough conseguía transmitir una idea que, no por suficientemente conocida, venía a representar fielmente el carácter de nuestro protagonista. Un tipo difícil, de trato complejo, no pocas veces sujeto de reacciones erráticas, brutales y desconcertantes. 

En este "Special Deluxe, Mi Vida Al Volante" (Malpaso Ediciones, 2015), autobiografía del Mr. Young amante de antigua chatarra automovilística americana, tiene el autor la delicadeza de reconocer varias de esas conductas. Así, mientras va reproduciendo la adquisición de su inmenso garaje (y algún que otro perro) admite el hecho de que muchas de esas compras fueron compulsivas, antojos de un rock-star con pasta suficiente para permitirse casi todo tipo de caprichos. Lo más conmovedor del asunto reside en esa sensación de culpa que le persigue, una y otra vez, cuando relata las criminales emisiones de CO2 que ha expulsado a la atmósfera mientras circulaba con sus viejos vehículos. 


Lo más significativo del libro (a parte de sus simpáticos dibujos) radica en el desarrollo del concepto del viaje, desde su Canadá natal hasta esa California dorada de los años 60. Mr. Young recrea la imaginación del lector con las descripciones de sus primeros años en Toronto, el nada fácil entorno familiar, sus influencias musicales, los inicios en varios grupos locales, sus primeros y efímeros amores, la peregrinación definitiva a la Costa Oeste, Tierra Prometida de cualquier joven con inquietudes de progreso. Y ya en ese espacio, el lector se entretiene con la descripción geográfica de una California mítica, desde Los Ángeles, hasta Redwood, Malibú, Laurel Canyon, Santa Cruz, todos aquellos parajes por los que transita el músico poseen un protagonismo atractivo por lo pintoresco de su trazado.

El repaso que el autor hace de alguna de sus obras ha removido mi interés por varias de ellas. Las enumero: "High Flying" con The Ducks (aquí se encuentra Bob Mosley de Moby Grape), "Homegrown" (participan algunos músicos de Stray Gators), "Toast" con Crazy Horse, además de las grabaciones que componen "This Note´s For You" con The Bluenotes. No son estas obras demasiado conocidas, pertenecen ellas, salvo la última mencionada, a las ediciones posteriores del Neil Young Archives (NYA). Aprovecharé para darles una nueva escucha.

Concluyo calificando este libro autobiográfico de Mr. Young con un aprobado alto, sin llegar al notable. Reincido en que entretiene leer sus distintos avatares personales desde su originaria Canadá hasta el peregrinaje a California. También lo hace cuando explaya su memoria por las distintas poblaciones y asentamientos por los que se movió, más aun cuando evoca su carrera musical, rica en matices de todo tipo. Los aficionados a los coches clásicos (entre los que me encuentro) tendrán aquí cierto motivo de contento. Mr. Young se extiende a conciencia en la descripción de muchos de ellos. 

Destacar en el lado negativo la amplitud (casi 60 páginas al final del libro) que emplea el autor en describir su lucha contra la contaminación causada por las emisiones de CO2 en los vehículos a motor, un tostón que el autor intenta en ocasiones disfrazar con las anécdotas de un interminable viaje desde parte de la Ruta 66 hasta Nueva York. La crítica (fundada, eso si) contra las leyes dictadas por las grandes corporaciones petrolíferas norteamericanas muestra la cara más activista de Mr. Young.

En fin, Mr. Young es como es y, ya se sabe, todos los grandes artistas tienen su aquel. No seré yo quien vaya más lejos de esta apreciación objetiva y bienintencionada. De hecho, les confieso que tengo tanto apego al personaje canadiense que si le diera por publicar un disco de jotas con arreglos de sintetizadores lo compraría sin dudarlo un segundo.



 

22 may 2024

HOMENAJE A UNA BANDA LEGENDARIA.

 

"MANERAS DE VIVIR, LEÑO Y EL ORIGEN DEL ROCK URBANO"
Comienzo declarando no ser un seguidor del llamado "rock urbano", un estilo que apenas ocupó mi tiempo cuando su inicio y eclosión tuvieron efecto. Por aquellos años, finales de la década de los 70 hasta la mitad de la siguiente de los 80, mi interés estaba básicamente centrado en el tronco de la new wave y todas sus pobladas ramas. Bandas inglesas y americanas, The Jam, Ian Dury & The Blackheads, The Clash, Siouxie & The Banshees, Blondie, The Cars, The Motels, Green On Red (por citar solo unas pocas) ocupaban casi todas mis sesiones. En el lado nacional, Alaska y Los Pegamoides, Gabinete Caligari, Derribos Arias, Radio Futura, La Mode (vuelvo a citar tan solo a una escueta representación...) componían el listado de mis favoritas de aquella época. Burning, formación que se movía entre dos aguas, mantenía mi curiosidad.

Con el paso del tiempo he ido valorando la aportación de algunos grupos que entonces fueron considerados como abanderados de ese estilo. Leño, principalmente, Asfalto, Topo, Mermelada (estos últimos mejor alineados en un estilo menos rock duro y más rock y r&b). Otras bandas señeras del "rock urbano" como Barón Rojo u Obús, me producían (y lo siguen haciendo a día de hoy) auténtico repelús. De Ñu recuerdo un concierto al que asistí en mi colegio, entre 1977-78, y poco más. Coz tampoco me decían gran cosa.

Este "Maneras de Vivir, Leño y El Origen del Rock Urbano", obra de Kike Babás y Kike Turrón (publicado por BAO Bilbao Ediciones, segunda edición de 2018) consigue recuperar mi atención sobre una banda legendaria. Lo hace de forma inteligente, utilizando un equilibrio exquisito al otorgar y repartir el protagonismo de la narración entre todos los miembros de la banda, además de sellos discográficos, equipos técnicos, mánagers, productores, amigos músicos, familiares..., no todo iba a bascular alrededor de un personaje tan reverenciado como Rosendo Mercado, verdadero pilar y factotum de la formación madrileña. El libro, una biografía oral (así la califican sus autores), gana muchos enteros con esta apertura de miras y opiniones de todo tipo, a veces contradictorias.


El hilo narrativo del libro recoge, no podía ser de otra manera, la trayectoria vital de la formación, desde aquellos inicios con la salida de Rosendo de Ñu para formar Leño hasta la separación del grupo al finalizar la gira de "El Rock de Una Noche de Verano" junto a Miguel Ríos y Luz (Casal). Interesa al lector aficionado todo aquello relacionado con la grabación de la discografía de Leño, desde su primer Lp homónimo hasta el final "Vivo´83". profusas noticias y anécdotas sobre sus innumerables conciertos, desde los ocurridos en locales y entornos más cutres hasta los celebrados en grandes estadios deportivos, sus disciplinados y periódicos ensayos en los locales disponibles, las colaboraciones entre bandas. las ayudas familiares (especialmente las de sus respectivas mujeres y compañeras por entonces)

Algo que, según transcurre el texto, retiene el interés del lector es el reflejo de una época, aquella que sucede entre la inmediata muerte del dictador (1975) hasta la primera mitad de la década de los 80. Un país y una ciudad, Madrid, todavía sometidos al pesado lastre de una época nefasta y, frente a esta situación, la ilusión y el esfuerzo de una juventud que, acaso sin ser plenamente consciente de su papel, sentó las bases para conseguir mayores cuotas de libertad, no solo artísticas, también de costumbres. Esta faceta otorga al libro un plus indiscutible.

Resaltar, para finalizar, la excelente presentación del libro, no solo por su original maquetación (ejemplificada en forma de casette de la época), también por la rica aportación de documentación y multiples fotografías. Un trabajo muy digno para homenajear debidamente a una banda legendaria.


17 abr 2024

CHITLIN´CIRCUIT IV

 


En Enero de 1941 Champion Jack Dupree toma el Big Four Train desde Nueva York con dirección a Chicago. Sus actuaciones en el Cotton Club neoyorquino se han interrumpido hasta la primavera y el pianista de Nueva Orleans ha acordado previamente con el sello Okeh la grabación de varios temas en la Ciudad de los Vientos.

Uno de ellos es "Junker´s Blues", una composición propia en el que el protagonista reivindica su papel de junkie a ultranza.  "Some say I use a needle / And some say I sniff cocaine / That´s the best damn feeling / That I ever seen", Su texto no puede ser más explícito, aunque en esta versión que añado la crudeza de la lírica queda bastante mermada, moraleja incluida. Cuestión de guardar las apariencias.

Ocho años después Fats Domino, otro pianista y compositor de Nueva Orleans, grabaría una nueva versión de esta icónica canción con el sello Imperial, también con su texto original convenientemente depurado. Esta interpretación de "The Fat Man" sería considerada por algunos críticos como la primera grabación de rock´n´roll. No seré yo quien les contradiga.

Hay diferencias entre ellas, la de Champion contiene más empaque de blues clásico, la de Fats, más picante boogie. En cualquier caso, ambas me parecen excelentes.



23 feb 2024

REENCUENTRO CON SYD BARRETT.

 


Aunque manifiesto ser un devoto seguidor de la religión pinkfloydiana debo confesar no someterme a su práctica desde hace ya demasiado tiempo. Mi hermano mellizo (que conoce mis debilidades) se encargó de tocar a rebato regalándome este precioso ejemplar que responde al somero título de:"An Introduction To Syd Barrett" (RE Syd Barrett Music Ltd. 2022)

Antes de caer en la injusticia por obviarlo, he de declarar que para los amantes verdaderos del vinilo (no, aquí no están incluidos esos 50% de compradores USA- imagino que extendible a nuestro país-  que los adquieren sin tener tocadiscos en su casa, por simple postureo), digo que poseer este ejemplar es una auténtica delicia oriental. Sopesarlo, abrir el sleeve de su interior, posar la mirada entre las numerosas composiciones fotográficas que lo enmaquetan, leer sus textos enmarcados entre bellísimos motivos dispares, extraer el mismo vinilo mientras observamos sus reflejos a contraluz. Toda una parafernalia que queda resaltada cuando la aguja del equipo cae entre sus surcos para mostrarnos de que era capaz aquel insigne loco de Cambridge.

Este doble Lp lo componen nada menos que 18 temas, 6 de ellos corresponden  a la época conjunta de Syd y Pink Floyd, para mi la más interesante de su corta carrera. Incluyen temas editados como singles en su día y (salvo en recopilatorios tipo "Relics") no incluidos en Lps oficiales de la banda, "Arnold Layne", "See Emily Play" y "Apples And Oranges". De esa misma época conjunta tan solo aparecen otras tres canciones incorporadas en "The Piper At The Gates Of Dawn", "Mathilda Mother", "Chapter 24" y "Bike".

Las 12 restantes pertenecen ya propiamente a los dos álbumes grabados en solitario por Syd, "The Madcap Laughs" y "Barrett". Muchos de estos temas salen de las mismas grabaciones originales, otros provienen de mezclas y remezclas elaboradas cuando se editó originalmente esta recoplilación, en 2010. Así que el elenco de productores varía desde los legendarios Joe Boyd y Norman Smith hasta los compañeros de la banda, David Gilmour y Roger Waters.

Destacar un tema totalmente desconocido incluído en el doble Lp. "Bob Dylan Blues", una suerte de crítica guasona sobre el bardo de Duluth que añade más picante a la obra. "´Cos I´m a poet, dont ya know it / And the wind, you can blow it / ´Cos I´m Mr. Dylan, the king / And I´m free as a bird on the wing". Y ya en serio, les dejo con el "Apple And Oranges", el tercer single de la banda compuesto por Syd. Roger Waters razonaba su relativo fracaso comercial alegando que la producción de Norman Smith había destrozado una canción "jodidamente buena". Syd, más colgado que una percha, apenas se deja ver en la grabación.






8 ene 2024

ROCK BOTTOM MAGAZINE, AÑO 6.


Este pasado año 2023 ha sido pródigo en el descubrimiento de magazines musicales y eso es motivo de solaz y contento para un consumidor compulsivo de todo lo que tenga que ver con la música rock. En esta entrada les presento el número 6, ejemplar en papel recopilatorio de lo editado digitalmente por la publicación de cabecera.

En algo más de 200 páginas encontrarán Vds. un sinfín de referencias de bandas y artistas. Bandas y artistas consagrados como Screeming Trees, Clutch, Dream Syndicate, Doctor Explosion, Pájaro, Television, Bob Dylan, Deep Purple, Iron Maiden, Marah; otras menos conocidas, Black Toska, Space Surimi, The Neptune Power Federation, Alice & The Wonders, Cecilya & The Candy Kings, The Capaces, Hickeys, Love Gang, Lady Banana, Pristine, The Baboon Show, Zalomon Grass (mucha atención a este grupo vigués), Electric Alley, 1000 MODS, Preachers of Distortion. Artistas como Mark Lanegan, Nacho Para, Fernado Rubio, Mike Edison, Tom Verlaine, Bono (¡uff!) José Ignacio Lapido, José Antonio García (091), Micah P. Hinson, Myron Elkins, tienen su hueco.

También hay lugar para el aficionado al estilo soul (¿quién no...?), el apartado "Keep The Soul Alive" se encarga de ello y es de lo más interesante de la publicación. Al igual que la sección literaria, un recorrido-homenaje a Javier Marías, Servando Rocha ("Todo el odio que tenía dentro"), Juan Carlos León ("La noche de San Juan"), ambas obras muy recomendables, son de obligada lectura. Se completa el repertorio con algunas referencias a podcasts ya consagrados, el "Top Ten" de J.F.León ("R´N´R Animal"), Roberto Martínez con su "Bienvenido a los 90" y "La Pistolera" de Myriam Swanson (líder de Los Flamingo Tours) Conviene estar al loro en estas cuestiones ultimamente tan de moda.

Y para rematar la faena no podía faltar una entretenidísima aportación audiovisual, tanto en artículos sobre series de TV ("Los Soprano" se llevan muy merecidamente la palma) como en referencias al mismo Séptimo Arte cinematográfico..Directores consagrados como Martin Scorsese, Francis Ford Coppola (la trilogía de "El Padrino" conforma otro componente de muy sabrosa digestión, incluyendo referencias a la banda sonora de Nino Rota), legendarios creadores del Hollywood cenital (Louis B. Mayer y Harry Cohn) y sus relaciones con la Mafia de la época, actores como Clint Eastwood, el fenómeno Ray Liotta de "Uno de los nuestros"y Michael Douglas; menciones a temáticas ya trilladas (relación Charles Manson y el "Helter Skelter" beatle), pero que no por ello dejan de tener su gracia para el lector.

Rock Bottom Magazine es obra de un caballero que responde al nombre de Javistone. Cuenta con excelentes colaboradores y, si quieren conocer más detalles de este sustancioso proyecto, les conmino a que entren en su página web: www.rockbottom.es. Solo una cuestión crítica Javistone, contrata a un corrector final del texto porque en la edición de papel aparecen no pocas incorreciones y alguna que otra duplicidad del texto ("Serie Bootlegs")