Han pasado ya casi siete años desde que publiqué una entrada sobre Ace, uno de los grupos ingleses más característicos de la escena pub-rock. Hablaba entonces sobre su álbum "Time For Another" (Anchor Rcds, 1976) como muestra de un estilo que intenté ir desentrañando durante el transcurso de la entrada. Desde el mismo significado de pub-rock, como antítesis genérica a los excesos de los anteriores glam y prog de la primera mitad de los 70, hasta la mención del ambiente en que se desarrolló tal estilo. Localizado en un entorno de pubs y pequeños clubs que, alrededor de un Londres todavía capital de la música moderna, cobijó a una serie de bandas británicas ignoradas entonces por los grandes sellos discográficos, su impronta fue bien significativa para revitalizar una escena demasiado autocomplaciente (además de servir de anticipo para el estallido de los inminentes punk y new-wave)
De pasada hacía entonces mención a una formación, Brinsley Schwarz, que también encumbrada en una de las cimas del pub-rock, arrastraba todavía el sambenito del estrepitoso fracaso en su presentación norteamericana del Fillmore East en la primavera de 1970. Decepción que -comentaba a la sazón- les serviría para redireccionar su posterior estrategia y centrarse así en el ambiente más cercano y agradecido de las audiencias de los pubs y clubs londinenses.

Permítanme culminar la mención a la entrada de la banda Ace aludiendo a uno de los comentarios que un lector incluyó una vez publicado el texto. Hacía referencia en él a un libro escrito por Javier Abad y que llevaba por título "Música y Cerveza. Graham Parker, Nick Lowe, Elvis Costello, Ian Dury y otros malvividores del Pub-Rock" (Edit. Milenio, 2002). Recoge este libro una pormenorizada y amenísima descripción de un estilo que abarca desde el mismo estreno de la década de los 70 hasta su culminación en el año 1976. Sus orígenes, las bandas que lo conformaron, los mánagers que las dirigieron, citas de los más importantes pubs que las albergaron, discográficas que publicaron sus obras, los músicos más relevantes, además de sus correspondientes apéndices que incluyen, para finalizar la obra, una encomiable base de datos sobre todo tipo de bibliografía y contactos vía internet. Su lectura (insisto, muy entretenida) me convenció para comenzar una serie de entradas relativas a los grandes protagonistas de esta escena.
El álbum que estrena esta serie, "Nervous On The Road" (United Artists Rcds, 1972), supuso un buen síntoma del cambio de estrategia de la banda que mencionaba anteriormente. Grabado en la primavera de 1972 en los estudios galeses de Rockfield (testigo de las obras de un David Edmunds, alma mater e impulsor de las excelencias del local, Robert Plant lo consideró como uno de sus estudios de grabación favoritos...), muestra a una banda ya definitivamente asentada después de la incorporación de Ian Gomm como segunda guitarra. El resto de sus miembros, el propio Brinsley Schwarz (guitarra, saxo alto y tenor, voces), Billy Rankin (batería), Bob Andrews (teclados, saxo alto, voces) y el gran Nick Lowe (bajo, guitarra acústica, voces y autor de la mayoría de los temas) modelan un elenco de músicos de sobrada experiencia y reconocida categoría. Ejerce de productor el irlandés David Robinson, mánager por entonces del grupo, visionario impulsor desde sus inicios de la escena pub-rock, además de futuro fundador (junto a Jake Riviera) del mítico sello Stiff Records, plataforma de muchas de las bandas que se ajustaron a este estilo y a la inmediata new-wave.
Comienza la Cara A con "It´s Been So Long", única aportación compositiva de Ian Gomm. La conjunción de teclados, sedosas capas de guitarras, trotona base rítmica y acordes vocales, otorga a esta pieza un tono delicioso, campero, reflejo de luz de graneros, anticipo de lo que sucederá a lo largo del álbum. Y es que esta campestre mención anterior también ocurre en el inmediato "Happy Doing What We´re Doing", Los Brinsley han sabido recoger esa querencia americana por los improvisados bailes rurales y transforman su festivo ritmo en un tema cálido y acogedor. "Surrender To The Rhythm" parece una simbiosis de los parkerianos The Rumour en su primera época. Los teclados enriquecen la melodía hasta encumbrar su aportación, el ritmo del bajo lo ajusta a su contorno, saltón y alegre. "Don´t Loose Your Grip On Love" es un medio-tiempo convertido en melancólica balada, el piano suena a Leon Russell o a un Dr. John mudados a la puesta del sol californiana. El homónimo "Nervous On The Road" cierra la primera Cara. Retoman aquí Los Brinsleys su aspecto más de pantalón vaquero y camisa de cuadros. La instrumentación, inclusiva en toda su riqueza expresiva, arrastra al oyente urbano hacia el baile de salón campesino.

"Feel A Little Funky", título con el que comienza la Cara B, anticipa la pista necesaria pero no la completa. Funky si, pero también boogie en esta canción, los teclados de Bob Andrews se asemejan al mejor Professor Longhair, circula un aire de club humeante y ruido de choque de vidrios, de comentarios y risas a media voz. Excelente. En "I Like Like That" continúa la lección anterior de pianistas norteamericanos, los teclados siguen aportando ese sabor gumbo característico del Bourbon Street de Nueva Orleans. "Brand New, Brand New Me", nueva balada, la voz de Nick suena a un Al Stewart en plena forma, otra vez el piano apuntala una melodía nostálgica, sus cambios de modulación otorgan a este tema una riqueza singular. "Home In My Hand", fantásticos los riffs de la guitarra del propio Brinsley, este tema se convierte en uno de los más retozones del álbum. Aquí se demuestra la verdadera sustancia de un estilo como este del pub-rock, cercano, alegre y bailable, especialmente diseñado para la felicidad instantánea de una audiencia ya entregada. Cierra el álbum "Why, Why, Why, Why, Why", Los Brinsleys se despiden con una canción en la que la pregunta del título se convierte en estribillo. Mientras esto ocurre, la melodía sigue sin esfuerzo el cauce de un álbum que brilla con luz propia.
Fue este "Nervous On The Road", cuarto Lp de la banda, el mejor recibido por la crítica británica, aunque, era de esperar, quedó como sus antecesores trabajos huérfano de éxito comercial. Meses después de su publicación, estamos ya en el otoño de ese mismo 1972, Los Brinsleys actúan como teloneros en el tour nacional de Ten Years After. El reconocimiento de la banda es patente a nivel de medios y un público algo ya más amplio empieza a aceptarles. Así las cosas, un Paul McCartney siempre atento al entorno musical del momento, les invita para abrir los conciertos de su banda Wings en la segunda parte de su tour de presentación del "Red Rose Speedway". Nos encontramos en la primera semana de Julio de 1973 y Los Brinsleys alcanzan en ese momento el punto álgido de su su carrera.
Desde su creación en 1969 hasta su despedida en el Marquee londinense en Marzo de 1975, Brinsley Schwarz fue probablemente la banda que mejor representó el espíritu del pub-rock, estilo ideal para la mayoría de pubrockers que, hastiados de la condescendencia del ambiente anterior, rechazan también en alguna medida el ideario anarquista y explosivo del punk-rock. Sea el reconocimiento y repaso de su obra de obligado cumplimiento para los aficionados más fieles a la voluta del humo y el amargo dulzor del lúpulo.