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31 oct 2016

RAREZAS XI: VERTIENTES





T. 2                                      "IT´LL ALL WORK OUT IN BOOMLAND"            
Tengo a la espera finalizar un poema que de momento contiene, en única y rigurosa exclusiva, la palabra vertientes. Me gustaría incluir alguna expresión que empleara palabras como césped, almidón o frases premonitorias como fuego en palacios a punto de ser derrumbados. No sería tampoco demasiado largo, justo el símil de un sonido de trompetas que no conduce a nadie a nada, es decir un acontecimiento casi imposible de relatar, un pensamiento que solo existiera en el vuelo rasante de un monarca enfermo. Cargo las culpas de esta imposibilidad contra el cúmulo de información política, basura que inunda sin piedad mis ratos libres, tal es el arsenal de palabras, imágenes, mensajes y publicidad encubierta que penetra en mi cerebro y que supera con creces la capacidad de aseo de mi mente torturada (por ello). Pienso que aun es pronto para recurrir a la ayuda que un guru como Amen Ra Mashariki pudiera prestarme, pero aun así no cejo en el empeño de liberarme día a día, aunque sea escribiendo en sueños.

El nombre de la banda londinense T.2 ( pronúnciese Tí Tú) no tiene nada que ver con ningún terminal aeroportuario. Su música, de hecho, la concepción de sus melodías, la forma como las  desarrollan, las impresiones que causan al oyente, si se asemejan sin embargo a un vuelo, pero es un viaje que no conduce a ninguna geografía reconocida por Google Map. No existen por lo tanto arcos detectores de pasta dentrífica caducada, ni policías disfrazados de servidores de la seguridad ciudadana, menos aun azafatas estupendas. Solo que al escuchar sus canciones uno decide quedarse en tierra, ¿para qué irse por las altitudes celestiales si desde el mismo suelo puede uno experimentar el suave naufragio al caer sobre nubes de algodón, recibir golpes metálicos que te derrotan suavemente?

T.2, una banda londinense, decíamos (ayer) que, como tantas y tantas, tuvo sus antecedentes en otras que utilizaron otras denominaciones de las que ya pocos se acuerdan, aunque, eso sí, dejaron su huella en la escena inglesa de los últimos años 60. Neon Pearl (maravilloso nombre), The Flies, The Odd Few, Please, Gun o Bulldog Breed (estos últimos, autores de un muy recomendable trabajo "Made In England", Deram´s Nova Rcds, 1969) y que, curiosamente tienen a fecha de hoy continuidad en otra formación abanderada del mejor revivalismo psicodélico (del bueno, del de hace 20 años) Sun Dial. Precedentes que bebieron (menudos son los anglosajones para ello) en la sagrada comunión de la lírica inglesa de Dickens y de Lewis Carroll, una elegía de la campiña y de la ciudad incendiada que se torna en melodía ensoñadora en los mejores momentos de inspiración (yo me entiendo). Lo comento de pasada porque T.2 es básicamente un grupo de blues-rock progresivo que ciertamente se encuentra en el lugar y en el momento preciso, finales de los 60, haciendo la música demandada por el mercado y por la industria de la época.

Consta además, en su breve historia, que participaron en Tercer Festival de la Isla de Wight, si, el de las vísperas de la muerte de Jimi Hendrix y el de la famosa bronca del respetable a Kris Kristoferson, el de 1970, y que igualmente su pase tuvo lugar en la madrugada del domingo 30 de Agosto, no se sabe a ciencia cierta si lo hicieron después de Jethro Tull, The Moody Blues o antes de Joan Baez, tal fue el "desconcierto" de muchos plumillas de los medios (Melody Maker y New Musical Express) que no fueron capaces de ponerse de acuerdo sobre el particular (De hecho, en ninguno de los carteles del Festival del año 1970 aparece T.2 como banda participante...) Una intervención más que merecida en la East Afton Farm (la sinónima de la isla británica a la famosa granja de Bethel, en el Woodstock americano de un año antes) que los mánagers de T.2 han compaginado meticulosamente con la contínua presencia de la banda en numerosos conciertos en el circuito de clubes londinenses, con residencia incluida en el prestigioso Marquee de Wardour Street (donde se cuenta que llegaron a actuar más que ningún otro grupo inglés de la época), además de girar por otras numerosas ciudades y colleges universitarios.

Su sello Decca (inmerso entonces, como muchas otras compañías, en la búsqueda y captura de cualquier pieza que tuviera un mínimo de interés para los gustos de un público que cambiaba rápidamente hacia otros pastos) les adelanta la  ingente cantidad de 10.000 libras esterlinas para la grabación de su primer Lp., "It´ll All Work Out In Boomland". El trabajo se realiza en uno de los mejores locales, el Morgan Studios, y en Julio de ese mismo 1970 el disco se encuentra en las estanterías de las más conocidas y prestigiosas  tiendas del ramo. (Cuentan también los plumillas que, durante las seis semanas que duró la grabación, un Rod Stewart, todavía embarcado en The Faces, y un Paul McCartney, siempre interesado en la cocina londinense, llegaron a compartir el mismo local, pasándose con cierta asiduidad para admirar y animar al grupo). El incremento de la aparición de la banda en los medios musicales hace que los promotores de conciertos les hagan ser compañeros de carteles en giras de alto nivel, gente como Black Sabbath, Deep Purple o Free. Su participación en el programa de TV Disco 2, en el mes de septiembre de ese 1970, ayuda a la cocción y presentación en sociedad de la nueva esperanza blanca.

Esa NEB, ese grupo del que muchos hablaban, algunos escuchaban y no tantos compraban este su comentado trabajo "It´ll All Work Out In Boomland" (horrible título, por cierto...) tenía una pepita, un tesoro escondido en lo más recóndito de sus entrañas y que los mánagers de Decca pretendían exprimir a toda costa. No, no se trataba de Peter Dunton (batería, voces y líder compositor de los cuatro temas del Lp), músico de una larga trayectoria (ya adelantada en las referencias reseñadas en el tercer párrafo), con una capacidad compositiva que queda magníficamente demostrada en este disco. Tampoco era Bernard Jinks, compadre de Dunton en varias de sus aventuras anteriores; un bajista, por otro lado, de acrecentada versatilidad, contundente en los momentos de golpe y de fragua, liberado de ataduras cuando es menester abrir el blues-rock hacia campos hard-progresivos más deletéreos. La niña de nuestros ojos es Keith Cross, un joven de apenas 17 años cumplidos que domina con un impresionante talento la guitarra eléctrica y, para mayor sustancia, no le hace ascos a los teclados, tampoco a las armonías vocales, tan decisivas en aquellas propuestas de rock progresivo (como es el caso) en que los puentes vocales entre instrumentos requieren mayor peso en muchas de las canciones.

Keith Cross es el que domina, en definitiva, los magníficos surcos de este "It´ll All Work Out In Boomland". Su guitarra, que fue comparada por los medios musicales en su día, como la digna sucesora de Eric Clapton (afirmación totalmente incomprensible según mí parecer), bulle en una marmita de fuzz y clasicismo. Me gusta compararle con el John Entwistle del mástil prodigioso, esta vez armado en sus seis cuerdas, deslizándose académicamente bajo un destello de dedos imposibles de seguir. Sus riffs se asemejan a las líneas del bajo de John, sus acordes se elevan hacia distorsiones tan bien medidas que causan un ohhhhhh (¡hostias!!!) de pasmo torero, sus bajadas (magníficamente conjugadas con sus aportaciones a los teclados) arañan la tierra y encuentran entre la arena del parque ese juguete que perdimos hace tantos años, cuando el rock era tan prodigioso, tan nuevo.

Cuatro canciones, cuatro temas sobrados, porque un disco raramente ha podido dar tanto con tan pocos números. "In Circles", "J.L.T." y "No More White Horses" en su cara A. En la B, una única pieza, "Morning" de 21:12 de minutaje, un número que pareciera cerrar en su capicúa el misterio del círculo mágico, y que también sirve de inspiración a Peter Thaine para la ilustración de la cubierta del disco. Todo, absolutamente TODO, lo que un disco que conjugue el mejor blues-rock con el estilo progresivo de los muy primeros 70, se encuentra en este trabajo de T.2. No les hablaré de sintonías con otros grupos de la época, para aquellos que no dispongan de ninguna referencia de la banda (bueno, si,... The Moody Blues en los momentos más dulces, de Free, en aquellas ocasiones en que prendo el cigarrillo y me atizo un nuevo whisky). Si les contaré, sin embargo, que nuestro primerizo héroe Keith Cross, atenazado por un exceso de trabajo y  fama que se le hacían difícil de digerir, decidió a finales de 1970 dejar la banda y centrarse en otras apuestas donde un estilo musical más relajado y la exposición mediática fueran menos estresantes. T.2 no solo perdieron en ese mismo momento su reclamo más importante, también abandonaron una nave que raramente se asoma por una bóveda celeste llena de tonterías de Halloween.



Entrada dedicada a Aitor Aróstegui, un chaval de ocho años (creo) que sube por los tejados de madera.





24 oct 2016

WABI-SABI




WABI-SABI
Me gustan los pies de las mujeres. La imagen de James Mason pintándole las uñas a una muñequita Sue Lyon me parece un ejercicio de belleza inútil cuando la comparo con la de mi mujer caminando descalza y medio desnuda. Un trago de whisky en el desayuno.


Nos situamos en una tarde de primeros de octubre en el autobús 651, una línea de transporte interurbano que une la capital con Majadahonda. Sigue desde hace meses la pertinaz sequía y será por eso que me siento en primera fila, justo detrás del separador de la salida central.


Dos mujeres latinas se sientan delante mío, sus cuerpos rotundos marcan una curva de espaldas, caderas y construcción bellísimamente eterna. Una contundente imagen de la que seguramente Rubens convenciera a un príncipe renacentista y felizmente aun no rey Felipe II, es decir, que ha llovido mucho desde entonces pero no lo suficiente como para no sentirse excitados ante un encuadre semejante. El 651 inicia su traqueteo por la N-VI y yo espero el momento oportuno para disparar la cámara.


[Suena el "Linda Paloma" de Jackson Browne en su "The Pretender" y sus intérpretes Luis F Damián ("vijuella") y Roberto Gutiérrez ("harp & background vocal"), además de ese maravilloso párrafo..."Millones de gracias a Van Dyke Parks", barruntan una derrota irremesible de Donald Trump]


La D3000 de Nikon se ha convertido repentinamente en un torbellino de fogonazos sin freno. Yo intento apaciguar sus motores inalámbricos y no me deja, cada toma fotográfica se anima una a otra y no permito que algo irremediable se vaya al traste. Permanece la fragilidad de las ventanillas sucias y de los  coches que pasan veloces por la autopista, pero los pies de las latinas..., el extintor aplaca un fuego interior que me sube, me sube, me sofoca, y toso cuando una de ellas se da la vuelta y me mira.


He de confesarles que tengo un primo hermano sabio que vive recluido en un pueblo de Córdoba y que se dedica a pintar, también hace fotografías de huertos, de plantas malas y de paisajes imposibles. Me hablaba hace pocos días en una exposición que hizo en Madrid ("Texturas", Galería WhiteLab, calle Gral. Martinez Campos, 11) del concepto del "wabi-sabi" japonés, la capacidad de ver la belleza en la imperfección, y pienso ahora, mientras ustedes contemplan esa su última fotografía, en esos pies femeninos de la ruta del autobús 651, en un viaje tan corto como deficiente, también tan prometedor.




13 oct 2016

EL CÓNDOR PASA






TUCKY BUZZARD                   "TUCKY BUZZARD"
Esta mañana he probado por primera vez una piel de patata para conocer a qué sabe el hambre. Antes he estado leyendo el Classic & Sports Car del mes de octubre y terminando el capítulo dedicado a Rafael Berrio en el libro de Luis Boullosa, "Santos y francotiradores". De la revista inglesa me ha interesado la mención sobre Xenia, una misteriosa dama de Birmingham ligada sentimentalmente al Bergermeister austríaco Hans Stuck, ganador de la célebre subida a la cima de Shelsley Walsh en 1930 con su maravilloso Austro-Daimler azul pálido y blanco. Del capítulo dedicado a Berrio merece la pena detenerse en la comparación que el autor hace sobre Pío Baroja y Louis-Ferdinand Celine, a los que alude como supuestos punks de la literatura, me imagino que a nadie importará que hable más extensamente de ello en otra ocasión. He caminado bajo la primera lluvia en cinco meses para comprar media barra de pan y el periódico y al pasar por el obrador no me he encontrado con la chica de ayer. De vuelta a casa estoy empapado. He cocido unos guisantes con patatas y les he hecho varias fotos mientras hervían entre una finísima espuma de punto de cruz. Desde la ventana del salón rojo se escuchaban los aviones en rasante sobre un cielo plomizo. Se celebraba el desfile del Día de la Hispanidad y en mi paseo por Majadahonda apenas he visto 4 ó 5 banderas españolas desplegadas en los balcones.


De esa conmemoración ha surgido la conexión que necesitaba para comenzar esta entrada. Grupos ingleses de los últimos años 60 que hicieron de nuestro país tierra de acogida y (cosa actualmente increíble) de trabajo. En esta semana he recibido desde Holanda cuatro Lps de la banda Tucky Buzzard y esta circunstancia me permitió, además de inundarme en su magnífica propuesta musical, profundizar en el conocimiento del grupo británico, en su rica y prolífica historia española en definitiva. Tuve que desdeñar una entrada anteriormente planeada sobre Rein Sanction, banda americana de los 90 muy ligada al sonido Dinosaur jr de entonces. La contraportada de su "Mariposa" (SubPop, 1992), en la que aparecen unas calaveras indias pintadas con signos que imagino chamánicos, me retrotrajo de nuevo hacia la imagen del Ingeniero Luis Barranco, y a tiempo me convencí de abandonar esa idea, igual se presentaba el personaje de marras para echarme en cara el lado oculto de la Conquista de América. (Comprueben, si así lo desean, los antecedentes en una de mis recientes entradas,  "RESERVA INDIA")

[Archivista con código 35B172A, autorizado por la presente signatura a disponer de los siguientes ejemplares del fondo: "Introspection", The End, modulo D4 [default, entre "At The Ryman", Emmylou Harris and The Nash Ramblers y "La Vida Mata", Los Enemigos]. "Tucky Buzzard", del grupo homónimo, módulo N11 [default, entre "The Tubes", grupo homónimo y "Warm Slash" de los mencionados T.B.]. Le queda también autorizado el determinar qué otros fondos le puedan servir de apoyo, siempre con requerimiento de hacer mención de los mismos en la entrada a que de lugar].

Antes de acostarme he estado sin fumar fumando el tiempo que dura un cigarrillo encendido, mientras contemplaba caer la lluvia dulcemente.

[D4 Abro]

La banda inglesa The End, formada en 1965 de las cenizas de otra que respondía al nombre de The Innocents, es suficientemente conocida, además de por su excelente Lp de finales de 1969 "Introspection", por haber sido protectorado de Bill Wyman, bajista original de The Rolling Stones. Desde ese año 65 y gran parte del siguiente giran como teloneros de los de Bradford en numerosos conciertos que, para mayor honra de su corta historia, también comparten con bandas estelares como la Spencer Davis Group. Un contrato bien pagado (y la posibilidad de pasar una buena temporada al caloret del sol español) les sitúa a finales de 1966 por nuestras tierras. Se dan a conocer en los escenarios de un muy incipiente circuito de clubes de Madrid (en el que destacaban los legendarios Kings Club de la calle Mesonero Romanos y el Stone´s de la calle Pedro Muñoz Seca, casi esquina con la de Alcalá) mientras sus contactos anglo-hispanos les consiguen su participación en la banda sonora de la película "Un, dos, tres, al escondite inglés" de Iván Zulueta. Ante la perspectiva de volver a una competitiva Inglaterra o quedarse en un país que, en el secano tan propio del franquismo, les recibe como gran novedad (y les asegura consolidarse como los nuevos reyes del mambo inglés, algo muy de moda entonces en un ambiente adorador de la magia de Carnaby Street), deciden apostar por esta última opción.

Pasa el año 1967 y gran parte de la primera mitad del 68 y aparece en escena The Mode, otra banda inglesa con contrato por tres meses para girar por España, coincidiendo en Madrid con Bill Wyman y el afamado productor e ingeniero Glyn Johns. La ya famosa pareja se encuentra en la ciudad asesorando al hispano-argentino Waldo de los Ríos en su apuesta por encontrar nuevas vías de conexión entre el pop y la música clásica. Esa es además la excusa perfecta para que un Wyman & Johns Ltd encuentren lo que realmente buscan, ligarse a cuantas jovencitas españolas se pusieran a tiro. (Miguel Ríos, presente en todos los fregados de la época, testificó años después un clamoroso fracaso en dicho intento). Terry Taylor es el guitarra de The Mode y entabla rápidamente amistad con un Wyman que, también, ha aprovechado para (re)encontrarse con sus protegidos de The End que, todavía subidos en una nube de tortilla de pesetas y algo de kiff de las cigarreras de la plaza de Callao, prosiguen en su andadura madrileña (Han grabado además, con el nombre de Polos Opuestos, un single que es actualmente objeto codiciado de coleccionistas). Wyman, gratamente impresionado por el virtuosismo y la contundencia instrumental de Taylor, le propone volver a Londres para grabar, a finales de ese 1968, el que sería el único y magistral album "Introspection" de The End, del que sería productor el propio Wyman.


Los problemas contractuales de Allen Klein con The Rolling Stones retrasan la edición de un "Introspection" que está ya listo en la navidad del 68. Su publicación definitiva se dilata hasta finales de 1969 y el estilo musical de The End, profundamente inmerso en el ambiente "Their Satanic Majesties Request" de un año antes ("Introspection" se grabó en el sello Decca y en el mismo Olimpic Studios en el que lo hicieran para ese album Jagger, Richards y compañia), no encuentra eco en una escena que ya apuesta claramente por el hard-rock y la naciente variante progresiva. Lástima porque este primer y único trabajo de la banda (que además de incorporar al mencionado Terry Taylor lo hace con figuras de la talla del también Taylor, Mick, Nicky Hopkins a los teclados y Charlie Watts en la tabla) es un ejemplo fulgurante del mejor pop psicodélico inglés de los últimos años 60 (a la altura de un "Odessey And Oracle" de The Zombies con toques cockney del "Ogdens ´ Nut Gone" de Small Faces). The End giran con The Rolling Stones en Inglaterra y Estados Unidos en los conciertos mundiales que presentan el "Their Satanic Majesties Request" a lo largo de todo el año 1969  e inicios de 1970 pero, escamados ante la situación del retraso en la publicación del disco por Decca (y de la posterior poca repercusión y escasas ventas del mismo) deciden disolver el grupo, crear uno nuevo al que bautizan con el más contemporáneo nombre de Tucky Buzzard y, la opción más sabia (!),... volver a España.

De nuevo en Madrid Tucky Buzzard reinician sus antiguos contactos en la capital del imperio (recuerden..., donde nunca se ponía el sol). Fruto de ello son las grabaciones de varios singles en los sellos Moviplay e Hispavox que hoy día se cotizan cercanos a los 180,-€ y, lo que es más importante para la banda, logran un acuerdo con el último sello para grabar su Lp "español" en 1971, el "Coming On Again" que no se publicaría en Inglaterra hasta el año 2002 y en CD (Sería delito el comentarles el precio que se pide por una copia original de este album, les produciría seguramente un insano malestar). Participa en el mismo un Waldo de los Ríos, dirigiendo la Orquesta Filarmónica de Madrid, y la producción corre a cargo de Rafael Trabucchelli, siendo el ambiente del disco mucho más progresivo que en sus grabaciones posteriores, donde predomina sobre todo el estilo hard-rock de la época. Los entonces miembros de la formación (recordemos en su gran parte provenientes de The End), David Brown (bajo), Paul Francis (batería), Nick Graham (teclados), Jimmy Henderson (voz) y nuestro ya presentado Terry Taylor (guitarra) siempre compartieron sus buenas impresiones sobre este "Coming On Again" que, alejado de la influencia dominante por entonces en las Islas Británicas, les permitió desplegar sus alas hacia composiciones más alineadas con lo etéreo y lo barroco. Su estancia española en ese año 1971 les facilita su participación en el Festival de Música Progresiva de Granollers acompañando, como cabeza de cartel, a grupos como Family, Fussion, Sisa y Smash.

Un año antes, en 1970, el padrino Bill Wyman les facilita un contrato con el sello Capitol que les permite grabar su primer Lp inglés, el homónimo "Tucky Buzzard" que nos ocupa hoy. De los miembros originales se ha despedido un Paul Francis que ha recalado en una no menos interesante banda de entonces, Fuzzy Duck. Su labor a la batería queda ahora en manos de Chris Johnston, un musculoso golpeador que Bill Wyman había conocido durante su estancia en España. Jimmy Henderson sigue voceando con un estilo que muchas veces más parece americano que inglés, Terry Taylor se distingue de inmediato con una expléndida guitarra que mezcla riffs de fuzz anguloso y limpios fraseos pop, mientras que Nicky Graham en los teclados armoniza con sus bucles en una onda que alcanza en algunos momentos ese espíritu jugetón y psicodélico del anteriormente comentado "Introspection". Dave Brown, con su bajo, apostilla ese esqueleto hard-rock que la banda pretendía consolidar, y que no queda definitivamente afianzado hasta su siguiente grabación "Warm Slash" (Capitol, 1971). Bill Wyman como productor y Glyn Johns como Ingeniero de Sonido apuntalan un sonido fuerte y rico en matices, una combinación del mejor hard-rock junto a los últimos jadeos de una psicodelia todavía presente en el espíritu de todos los miembros de la grabación. Bobby Keys y Jim Price, acólitos entonces de la gran familia stoniana, le dan además al album un último y excepcional empuje de vientos metálicos, un lujo con el que muy pocas bandas de entonces podían contar.

Todos los temas de este "Tucky Buzzard" (los mencionamos a continuación para resaltar la categoría de unas composiciones que se siguen escuchando, a día de hoy, como clásicas del mejor rock inglés de los primeros años 70), son propias de los miembros del grupo. "Time Will Be Your Doctor" (canción que Paul Francis llevaría consigo al único Lp homónimo de Fuzzy Duck) y que posee un lejano olor a los urinarios del Ronnie Scot´s Club de Londres,  "Stainless Steel Lady", con sus melodías vocales y un órgano que me recuerda al mejor Ken Hensley de Uriah Heep, "Sally Shotgun", toque lisérgico y una prodigiosa slide de Terry Taylor, "Gu Gu Gu", de nuevo distinguiéndose Taylor con un fuzz extremado que se resuelve al final en unos arreglos barrocos, "My Friend", en un tono inicial de gospel (cuya melodía recuerda a algunas de las composiciones de The Association) además de contar con la participación de Mick Taylor, "She´s Meat", magnífica cabalgada boogie, "Ace The Face", base blues que anticiparía los posteriores trabajos de la banda, "Whiskey Eyes", aquí Terry Taylor emulando a la guitarra el sonido característico de Stephen Stills  y "Rolling Cloud", con Keys & Price a los vientos, sensacionales. "Pisces Apple Lady", compuesta por Leon Russell, es el único tema del que Tucky Buzzard hace una versión en este Lp y lo elevan a la categoría de un honky-tonk del que el músico americano se podría sentir orgulloso.

Tucky Buzzard fue un grupo que tuvo durante su corta vida más éxito en Estados Unidos que en Inglaterra. En su segunda y última etapa (""Allright On The Night" de 1973 y "Buzzard!", también del 73) se movieron más cercanos a la onda de Deep Purple (no tanto en estilo como en el hecho de grabar estos sus dos últimos Lps en el mismo sello Purple) y acompañar a la super-banda en numerosos conciertos en Norteamérica. Su disolución en 1974 dejó tan solo algunas rescoldos que el mismo Terry Taylor se encargó de mantener vivos al incorporarse a los Rhythm Kings de Bill Wyman. Aquí, en España, tan solo les recordarán unos pocos aficionados. Pena.


[N11 a D4:
-Parece que este pelmazo Archivista 35B172A ha terminado por hoy.
- Si, ya iba siendo hora.
-Por cierto, ¿te has enterado de lo de Bob Dylan?..., ¿lo del Premio Nobel de Literatura?
- Si N11, ¡qué gran noticia!
-Ya lo creo. Esta noche nos haremos una sesión homenajeando al de Duluth.
- Vale. Entonces..., ni Corto ni Cierro...
- Ni se te ocurra D4]