CAN "THE LOST TAPES"
En mi taquilla del cuartel donde hize gran parte de la mili ("Servicio Militar" para los que lean esta nota y no sean de aquí...) tenía una foto de Irmin Schmidt recortada de la revista musical "Disco Express". Corría el año 1977 y estaba muy influenciado por el "Ege Bamyasi Okraschoten" y el "Soon Over Babaluma", y el recorte del líder de la banda alemana, junto a un pequeño buda verde, venían a suponer dos amuletos que inspiraron gran parte del tiempo que perdí sirviendo a la patria.
Escuchando ahora "The Lost Tapes", último trabajo de la banda, tengo la sensación de haber cerrado un ciclo, culminado un largo recorrido que partió de aquellos momentos en que mi educación musical se explayaba, fuera ya de los límites propios de las bandas inglesas y americanas más conocidas de los 60 y 70, entrando en otros límites musicales mucho más abiertos y experimentales, entre los que la banda Can fue precursora y fuerte influencia a la vez.
Los 5 vinilos, y el cuaderno con los imprescindibles y explicativos textos de Irmin Schmitd e Ian Harrison, suponen una muy encomiable labor de recuperación de muchas grabaciones de la banda que quedaron olvidadas entre sus archivos. Un total de 50 horas de grabaciones dispersas que han quedado reducidas, evidentemente por razones de espacio y oportunidad comercial, a algo más de 3 horas y 13 minutos en 30 temas definitivamente seleccionados.
Los temas escogidos varían desde aquellos que dieron forma a muchos de las canciones que desarrollaron en sus múltiples trabajos (desde 1968 hasta 1978), otros editados como bandas sonoras sobre películas y series de TV de la época, grabaciones en vivo, construcciones sonoras ex-profeso recogiendo improvisaciones en los estudios, desde formatos convencionales de lo que viene a suponer un tema musical hasta conversaciones en vertiente "spoken word" y actos orgánicos con inclusión de elementos mecánicos de ayuda (es decir, la grabación de una meada y empleo de la cadena del retrete correspondiente). Todo cabe en estos 30 temas y hay una lectura final de seriedad, profesionalidad y trabajo expresamente realizado para dar a conocer una recopilación de innegable valor que, en definitiva, resalta el importantísimo significado que la labor de la banda alemana tuvo y sigue teniendo actualmente.
Aparecen, además de los 4 miembros originales de la banda (Schmidt, Karoli, Czukay y Leibezeit) los vocalistas que participaron en los distintos discos publicados durante sus diez años de vida. Malcolm Mooney, Damo Suzuki, David Johnson y Rosco Gee, siendo de interés reseñar que la aparición de Mooney en 8 temas supera en mucho las que hiciera en el único disco en que participó ("Monster Movie").
"The Lost Tapes" no supone exclusivamente un añadido más para el coleccionista de la música de Can. Viene a significar, además, la seguridad de hallarse ante un disco que completa la trayectoria artística de la banda y que, por su importancia y extensión, debe ser considerado como uno de sus trabajos más celebrados.
Escuchando ahora "The Lost Tapes", último trabajo de la banda, tengo la sensación de haber cerrado un ciclo, culminado un largo recorrido que partió de aquellos momentos en que mi educación musical se explayaba, fuera ya de los límites propios de las bandas inglesas y americanas más conocidas de los 60 y 70, entrando en otros límites musicales mucho más abiertos y experimentales, entre los que la banda Can fue precursora y fuerte influencia a la vez.
Los 5 vinilos, y el cuaderno con los imprescindibles y explicativos textos de Irmin Schmitd e Ian Harrison, suponen una muy encomiable labor de recuperación de muchas grabaciones de la banda que quedaron olvidadas entre sus archivos. Un total de 50 horas de grabaciones dispersas que han quedado reducidas, evidentemente por razones de espacio y oportunidad comercial, a algo más de 3 horas y 13 minutos en 30 temas definitivamente seleccionados.
Los temas escogidos varían desde aquellos que dieron forma a muchos de las canciones que desarrollaron en sus múltiples trabajos (desde 1968 hasta 1978), otros editados como bandas sonoras sobre películas y series de TV de la época, grabaciones en vivo, construcciones sonoras ex-profeso recogiendo improvisaciones en los estudios, desde formatos convencionales de lo que viene a suponer un tema musical hasta conversaciones en vertiente "spoken word" y actos orgánicos con inclusión de elementos mecánicos de ayuda (es decir, la grabación de una meada y empleo de la cadena del retrete correspondiente). Todo cabe en estos 30 temas y hay una lectura final de seriedad, profesionalidad y trabajo expresamente realizado para dar a conocer una recopilación de innegable valor que, en definitiva, resalta el importantísimo significado que la labor de la banda alemana tuvo y sigue teniendo actualmente.
Aparecen, además de los 4 miembros originales de la banda (Schmidt, Karoli, Czukay y Leibezeit) los vocalistas que participaron en los distintos discos publicados durante sus diez años de vida. Malcolm Mooney, Damo Suzuki, David Johnson y Rosco Gee, siendo de interés reseñar que la aparición de Mooney en 8 temas supera en mucho las que hiciera en el único disco en que participó ("Monster Movie").
"The Lost Tapes" no supone exclusivamente un añadido más para el coleccionista de la música de Can. Viene a significar, además, la seguridad de hallarse ante un disco que completa la trayectoria artística de la banda y que, por su importancia y extensión, debe ser considerado como uno de sus trabajos más celebrados.
Can