THE FEELIES "ONLY LIFE"
Primera terapia en el psicólogo, he liberado un buen puñado de palabras prisioneras pero desconozco cuantos gramos de grasa he perdido. Una hora después salgo al calor de la calle y las cigarras me aplauden, el vaho infernal de un autobús huye cobárdemente de los cánones de belleza más elementales.
De vuelta a casa, abro las ventanas de la buhardilla y pongo el equipo al 5. Sigue el ambiente de bochorno y dudo que me inspire para nada. Suena "Only Life" de The Feelies y elevo el volumen al 6,5. Sencillez lírica, simplicidad instrumental, base rítmica contundente, guitarras con riffs hipnóticos, una atmósfera de vado atlántico y césped recién segado se apoderan de la habitación.
Dentro de la funda del disco guardo un artículo de Ladis Montes, publicado en la revista musical "Boogie" en algún mes de 1989. Ladis pregunta: "¿Qué música te interesa?, Bill Million responde: "Me encanta el nuevo disco de Yo La Tengo; creo que se están convirtiendo en algo grande. Meat Puppets, Love Tractor, Big Dipper, Neil Young, Jefferson Airplane y, por supuesto, sigo con MC5 y los Stooges. Les vi muchas ocasiones en directo y fueron mi primera influencia. Ellos y la forma de tocar la guitarra de Lou Reed y Sterling Morrison en Velvet Underground, ese sonido tan sencillo pero tan elaborado" Ah, creo que hemos dado en el clavo.
Se suceden a lo largo de "Only Life" momentos de grata hipnosis, como si muchas de las canciones incluidas pudieran extenderse minutos y minutos y nunca existiera la necesidad de llegar al final de las mismas. En los riffs de "It´s Only Life", "Deep Fascination", "Higher Ground", "Too Far Gone" o "Away" convergen horizontes, perfiles de crestas sinuosas, pozas de superficies cristalinas, precipicios que invitan a la caída leve. Guitarras con acordes y armonías superpuestas, melodías escalonadas de una elegancia exquisita.
Aún siendo las brillantísimas guitarras de Bill Million y Glenn Mercer las grandes protagonistas del disco, la base rítmica de Stanley Demeski, Dave Weckerman y Brenda Sauter apuntalan con precisión de termitas el ambiente y la atmósfera general de la grabación. Funciona la percusión doble como un estribillo de avanzado manual académico en "Too Much", o como un ejercicio selvático en "The Undertow", manteniendo una tensión y un "crescendo" final sin fisuras en "For A While", abriéndose a tonos de ténue rock-a-billy en "The Final Word". El tema final, versión del clásico velvetiano "What Goes On", presenta esa alocada velocidad, ese golpe instantáneo de luz blanca que ciega el mundo por unos segundos.
The Feelies, oriundos de Haledon en el estado de New Jersey, hogar de otros muchos grandes grupos y artistas, nos regalaron en 1988 esta joya. Final de una década que para muchos (?) queda denostada artísticamente, comparada con la brillantez de los 60 y 70. Sea fementido quien así piense. La escucha de "Only Life" es fiel ejemplo de lo contrario.
Ya han pasado unas horas y, al terminar el disco, escucho un runrún de olas en los muelles de Hoboken, al otro lado del Hudson. Los últimos ferries de Battery Park han descargado a los pasajeros. Monto en un taxi y pido que me lleve hasta el Maxwell Club. Antes hago una llamada: "I´ll be down to get you in a taxi honey. Better be ready by half past eight. Now, honey don´t be late. I want to be there when THE FEELIES starts playing..."