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16 sept 2015

NUEVA PELÍCULA DE TARANTINO




E.L. DOCTOROW                                   "RAGTIME"
Es ahora mismo y no antes, y parece que el calor yunquero ha dejado aparentemente de tener un protagonismo exagerado en mi organismo, cuando me decido a retomar la escritura. Han sido meses pasados en un letargo de gamba cocida, expuesto inane a la única dictadura de un cuerpo que en exclusiva pedía quietud, mucho más de sombra y la hoguera para los mosquitos. También sujeto (cuerpo y mente del escritor) al único capricho de satisfacer mis pasiones más bajas, aquellas derivadas del solo deseo de no hacer nada, de no ser nadie, de diluirme en un cuarto oscuro, como si así manifestase de la forma más nítida posible mi ya antiguo y creciente odio al verano de Madrid. La incubadora de tamaña situación, así me gustaría pensarlo, ha sido también culpable de mi estado. Una hembra de cocodrilo de 400 kilos de peso (Cocodrylus niloticus) aplastando mi tronco mientras dormía narcotizada una siesta interminable. No podía moverme, tampoco pensar con un mínimo de sentido común.

He leído mucho durante esos meses de cautiverio inmerso en el vientre materno de líquido amniótico. He escuchado mucha música, he hecho el tonto y, salvo pasar páginas y cambiar discos en el plato, demasiado poco ejercicio. En cada primer guiño a la mañana ya estaba Lorenzo dando la brasa; empezaba a sudar recién salido de la ducha y por cada uno de los muchos sorbos de agua helada que tomaba el pantano seguía bajando al nivel de mínimos. Bajo ese espartano pedregal solamente el Tour y la Vuelta han logrado mantener mi espíritu alerta. Se iban acumulando las notas sacadas sobre libros, discos, algún viaje y ruta cortos cuando llegué a pensar que formarían un muro semejante a las maravillosas mezquitas de barro sudanesas. Así y todo siempre llega una primavera rara justo antes de terminar el verano y en ella me encuentro ahora. ¿Por qué no desempolvar entonces alguna de esas notas que pesan ya como costras muertas?

Y es así que llegó E.L.Doctorow con su "Ragtime" para aliviarme. En versión rústica publicada por Ediciones de Bolsillo de Muchnik Editores de Barcelona, una gran novela en formato de lectura grasienta en el metro (siempre me han apasionado las texturas de los libros, deslizar mis dedos por sus cubiertas y rozar apenas sus páginas, olerlos también). De esa manera en que me solazaba con la geografía material y literaria de la novela, llegué a pensar (y es una reflexión de la que me siento orgulloso) que Quentin Tarantino ha perdido una gran oportunidad de llevarla al cine, en su estilo inimitable. La lectura de "Ragtime" es como entrar a una sesión doble de cine en una tarde de lluvia y no querer salir de la sala, aun cuando la proyección hubiera terminado y fuera (los charcos en las aceras reflejando las nubes de gasa sucia), nos esperara un buen bocadillo de calamares calientes, un vaso de vino y un Marlboro.


Digo lo de Tarantino porque "Ragtime" es la típica novela de narrativa cinematográfica (de hecho en varias de sus secuencias de ficción se habla del nacimiento y desarrollo del séptimo arte en los EEUU) tanto a nivel de personajes como de paisajes, y allí seguro que el director americano hubiera sacado mucho partido al contenido de la novela. Una novela que a ritmo de "ragtime", ese estilo genuinamente norteamericano (desarrollado básicamente entre 1890 y 1910), nos presenta la apasionante historia de dos familias (una rica, otra pobre, ambas sin apellidos...) y un nexo de unión en la persona de un músico negro, Coalhouse Walker Jr. Historia y relato que se va conjuntando con la propia de los EEUU de la décadas finales del XIX y primeras del siglo XX. Aquellos tiempos inmediatamente posteriores a la Guerra de Secesión Americana y que Mark Twain bautizó como "The Gilded Age". Época en que la inicial gran expansión económica americana choca abruptamente con las reivindicaciones sociales de una gran masa de desheredados, inmigrantes y mujeres que comienzan su lucha por el reconocimiento de sus derechos más básicos.

Además de los personajes de ficción aparecen en la novela otros reales, figuras que hicieron en diversos campos (economía y finanzas, política, cine, arquitectura, mundo del espectáculo, prensa, pintura y música) historia relevante en el amplio espectro del desarrollo identitario de una gran nación en pleno proceso de expansión. La América de J.P. Morgan, de Henry Ford, de Houdini, de Scott Joplin, de Edison, y de Booker T. Washington y Winslow Homer, los ganadores en un país nuevo que entones Freud calificaba como "un error gigantesco". A su lado, los perdedores. Los anarquistas procedentes de la rama socialista europea, Alexander Berkman, Emma Goldman y Leon Gzolgosz, luchadores que plantearon en la tierra de las oportunidades la necesidad del comunismo libertario. Entre ellos, invitados de honor, protagonistas como el archiduque austriaco Francisco Fernando, el Capitán alemán Von Papen o los revolucionarios mexicanos Villa y Zapata, otorgan al paisaje un contenido que adquiere reflejo universal.

Seguramente Tarantino tendría que echar mano de su mejor arte cinematográfico para reflejar aquellos pasajes de la obra en que Doctorow alcanza las más altas cotas creativas, episodios estos que gozosamente para el lector se suceden con cierta promiscuidad. El escritor neoyorquino (muerto el 22 de Julio, justo cuando ya se estaba consolidando mi desmayo veraniego) otorga en la voz de uno de los protagonistas de ficción las líneas literarias de mayor enjundia poética. Un par de breves ejemplos: "Se sentía incorpóreo. Como persona, ya no era exacto. La sensación de que estaba separándose de sí mismo sin cesar le producía vértigo. Se sumía tan profundamente en este proceso que, pese a mantener la lucidez, era incapaz de salir de él". El otro: "Se sentaba en los vestíbulos de los hoteles, capturando con sus inquietos ojos el movimiento y el color antes de que éste se definiera".

Todo a ritmo de "ragtime", ese estilo que el protagonista Coalhouse Walker Jr. nos interpreta al piano en varias secuencias de la novela. Las piezas "Wall Street Rag" y  "The Maple Leaf" que el mismo Scott Joplin nos recomienda no tocar deprisa, contrarios a la propia idiosincracia del género, y que planeaban en los garitos de jazz de Nueva York, una nueva conmoción que enmarcaría para siempre la impresionante aportación musical de los afroamericanos al desarrollo del jazz futuro. Ese "tiempo rasgado" ("ragged-time") que se desliza por la novela como un trote nunca cansino, un baile de salón donde la estrella protagonista se cansa de brillar y, al final, es la invitada a la que nadie saca a la pista la que hace de su frustación lo más interesante de la narración.

Novela mucho más que recomendable, tanto en su versión literaria, como en su versión fílmica, aquella que solamente hará posible la imaginación del lector. Una nueva película de Quentin Tarantino que solo se estrenará en las catacumbas del verano, aprisionado el espectador por el calor más soporífero, aislado del mundo.








10 comentarios:

  1. Ya te echaba de menos, Javier. Como siempre, un texto muy interesante, anoto la recomendación. Quizá a alguien le parezca engañoso o forzado el título de la entrada, pero el texto lo justifica.

    Un abrazo.

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    1. Absolutamente recomendable el libro Gonzalo. Y el título, si, tiene su miga, que ya veo has pillado perfectamente.
      Abrazos y ya nos veremos.
      JdG

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  2. Bienvenido a la primavera pre-otoño, yo en cambio adoro el calor, ya sabes.
    Bueno pues me encanta que me recomiendes lecturas, empiezo enseguida mis vacaciones y este año voy a romper mi costumbre de lectura veraniega tras 30 años justos manteniéndola y no se si me voy a acostumbrar a lecturas "extrañas" en mi periodo vacacional, me ha seducido este libro.
    Un abrazo.

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    1. A disfrutar de Praga Addi, una ciudad maravillosa y que espero no esté petada de turistas, como la única vez que la visite un Agosto de hace ya algunos años. Y si ves el libro, hazte con él sin dudarlo un segundo.
      Abrazos,
      JdG

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  3. Pues sí, se te echaba de menos. Yo también me anoto la recomendación. Fuerte abrazo.

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    1. Ahí voy de nuevo Johnny, a mi aire como siempre. Por cierto, acabo de hacerme con el "Universal Themes" de Sun Kil Moon y, tras una primera escucha, me ha dejado "a la expectativa", seguro de que encontraré más motivos para hacer de él un favorito.
      Abrazos,
      JdG

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  4. Bienvenido again! A veces un descanso no viene nada mal para recargar las baterías. En pleno verano con el sol y playa es el momento perfecto.
    Anoto esa recomendación literario que tan buena pinta tiene.

    Saludos!

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    1. Más que descanso lo mío ha sido un aletargamiento consentido. El calor me deja sin energía, me aprisiona. El libro, muy recomendable.
      Saludos,
      JdG

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  5. Me extraña que Trarantino se enmarque en una revision del libro cuando si mal no recuerdo Milos Forman se sacó una insuperable peli del mismo de idñ´wnrico titulo. por cietrto la música de ese filme es preciosa a cargo de Randy Newman. Bien hallado Bien disfrutado de tu prosa

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    1. El título es pura ficción y la conexión con Tarantino es básicamente un deseo futuro que, ya lo sé, será insatisfecho. Conocía la película de Forman pero no que la banda sonora fuera del gran Randy. Gracias por la aclaración.
      Saludos,
      JdG

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