THE SHEEPDOGS "THE SHEEPDOGS"
En estos días en los que parece asomarse el verano, no por el propio devenir del calendario si no más bien por esas altas temperaturas que empezamos a padecer, cuando las espigas que coronan la hierba del campo empiezan a amarillearse, y algo lejana queda ya esa imagen de inicio de primavera con ese verdor fresco y primitivo, no estaría de más recordar la grabación original de un grupo que destacó no hace muchos meses y que, desde su puesta en marcha oficial, parece consolidarse como una de las bandas más prometedoras en el panorama actual, The Sheepdogs. Sirva esta entrada, pues, como prefacio de aquellas emociones temporales que nos esperan dentro de muy poco y que, a falta de un ensayo literario más profundo, podrían reducirse a palabras como sudor, polvo y calor.
The Sheepdogs, canadienses originarios de Saskatoon (ciudad localizada en la provincia central de Saskatchewan, frontera con los estados norteamericanos de Montana y North Dakota), pertenecen a un lugar por donde seguramente no pasaré nunca, además de no representar, por ella misma y por su entorno más cercano, un escenario propicio para la profusión de moscas, grillos chillones, carrizos voladores y plantaciones de secano, tampoco para fauna tipo serpientes, alacranes o saltamontes. Mas al contrario, su flora característica conforma el típico paisaje ensamblado entre el bosque boreal y la pradera, álamos, abetos y arbustos densos frente a los pastizales cubiertos, según la zona climática de una zona tan extensa, por alces, venados, osos, coyotes, ardillas, castores o lobos grises. ¿Por qué entonces hablar de esas sensaciones tan meridionales en un decorado tan antitético? La respuesta es bien sencilla. The Sheepdogs representan la revitalización del mejor rock sureño americano, y ahí si que pueden entrar en nuestro abecedario las palabras con las que finalizábamos el primer párrafo de esta entrada.
La historia, breve pero intensa, de esta primera "grabación oficial" de la banda canadiense tiene un sabor a academia añeja, unos antecedentes y desarrollo que marcan un recorrido de corrección musical a ultranza, reflejo de unos pasos dados con la precisión adecuada de aquellos que buscan afanosamente un objetivo. Primeras reproducciones en los años 2007, 2008 y 2010, "Trying To Grow", "Big Stand" y "Learn & Burn", solamente accesibles en su momento a través de descargas digitales, posteriormente editados en CDs. Ese era su bagaje musical, en el que se incluyen un buen número de giras desde 2006 en adelante (con gente como Kings of Leon o John Fogerty) y participaciones en numerosos festivales hasta que, y aquí entra en juego el "Manual-del-perfecto-boy-scout-roquero", ganan un concurso promovido por la conocida revista musical Rolling Stone en Agosto de 2011. Dicho certamen, bautizado como "Choose To Cover", y la consecuente victoria (auspiciada por los votos de más de un millón y medio de participantes) supone la aparición de la banda en la portada de la publicación americana (primer grupo que lo hace en la historia de la revista sin tener un disco publicado anteriormente) y, lo más importante, un contrato para una primera grabación con el prestigioso sello Atlantic. Perfecto compendio de cómo se deben hacer las cosas, además de contar con el factor suerte como aliado.
Patrick Carney (cómo no, "el otro" de The Black Keys...) entra en escena a continuación y en el mismo verano de 2011, después de una brillante actuación del grupo en el festival neoyorquino de "Petty Fest ", les propone producir ese primer disco. Le ayudarán Austin Scaggs, entonces editor de Rolling Stone, y Roger Moutenot, ingeniero de sonido de los Haptown Studios. El Lp, editado en el verano de 2012 con el mismo nombre del grupo, además de vender 40.000 copias en pocos meses (y alcanzar el status de "disco de oro"), es elegido como "Disco Rock del Año", la banda como "El Nuevo Grupo del Año" y uno de sus temas, "Feeling Good", también como "Single del Año" en Canadá. Las puertas quedan más que abiertas para su consolidación y el salto internacional del grupo.
Mucha de la crítica especializada que, con mejor o menor acertado criterio, ha hablado sobre The Sheepdogs en estos últimos meses coincide en calificarles como revivalistas del mejor rock sureño americano, aquel que bebe de las fuentes de Lynyrd Skynyrd o de Allman Brothers Band, recalando en el peaje obligatorio de The Black Crowes. Un rock sureño que coge vuelo también con toques de "boogie", blues de carretera y algo de ondas psicodélicas, también con la inmediatez de un garaje cortante y preciso. No seré yo quien lleve la contraria, toda vez que estoy muy de acuerdo con esas indicaciones. Armonías vocales a tres, sonidos de guitarras perfectamente superpuestos, órganos Hammond y pianos Rhodes que otorgan a su música un sabor a remozado "barrel-house", líneas de bajos que refuerzan un ritmo trotón muchas veces, melancólico en sus baladas, extensivos en sus dibujos finales. Hay que decirlo. El trabajo en la producción de Patrick Carney es excelente y, después de varias escuchas del disco, siempre gozosas, queda un halo de sonido "blackkeysiano" que redondea y beneficia enormemente a esta grabación.
Algunos de los posibles lectores de esta entrada conocerán sin duda a The Sheepdogs. Otros, con más suerte, habrán sido testigos de los conciertos que dieron en nuestro país el año pasado. El que suscribe, tonto de él, desmotivado por la pereza del solitario, ya con la entrada en la mano para asistir a su presentación en Madrid delegó tal privilegio en la persona de su querido hijo y heredero. Una obra de caridad que espero se sepa tener en cuenta el día del juicio final. ("Lo siento Javi, pero no lo volveré a hacer, por lo menos con The Sheepdogs"...). Lo que si me digo es que la próxima llegada de la canícula, esa que de seguro propiciará sudor, polvo y calor, no me pillará desarmado. ¡Qué pasen calor ellos!... Este su compadre les disfrutará a la sombra saboreando un botellín de "Mahou Cinco Estrellas".
Uno de estos discos que tengo en reserva pero la cantidad de cosas que se me acumulan y apilan han ocultado. Tengo que ponerlos al principio del lote
ResponderEliminarHarás bien Bernardo, hazme caso aunque sea una sola vez en tu vida...
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Tengo que escucharlos, no para de recomendármelos. Me tengo que poner manos a la obra. ¡Un abrazo!
ResponderEliminarPues que esta recomendación sea ya la definitiva. Manos a la obra y a gozar.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Algo he escuchado de ellos y me gustan. Tu texto me induce a profundizar más. Abrazo.
ResponderEliminarQuerido Johnny, son un grupazo, y su Lp no tiene desperdicio. Te gustarán seguro.
EliminarAbrazos y gracias,
Javier.
Grupazo, sin duda. Los sigo con devoción, en ellos se aglutina todo lo que me gusta de la música. Saludos
ResponderEliminarLos descubrí a finales del año pasado y pienso ya en hacerme con sus trabajos anteriores. Ya he entrado en la devoción que comentas.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Joder como es que no tenia yo registrado este blog, bueno ya he llegado, gran post de un muy buen disco, quedo en mi lista de los mejores de hace dos años y les vi en el Azkena Rock y fueron uno de los pelotazos de la edición, escribi en su día un post sobre este disco y la verdad es que estoy esperando el siguiente como agua de mayo.
ResponderEliminarTe enlazo en mi blog con tu permiso.
Me verás por aqui.
Saludos.
Permiso concedido Addison. Un honor tenerte como lector y participante. Me han hablado muchas cosas y muy buenas de tí. Espero tener la oportunidad de conocerte ya que organizo rutas históricas por tu tierra.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Estaré encantado, y charlamos de esas novelas de mi favorito del 98 que es Don Benito...y que veo que a ti también te gusta.
EliminarSalud.
Me los apunto, aplaudo tu texto y me alegro de que el gran Addison de Witt se sume a tus seguidores. Un bellísima persona de gusto excelente que mejora cualquier blog que se precie.
ResponderEliminarUn abrazo, querido maestro.
Y es que la amistad nos hace grandes y generosos, gracias amigo mio.
EliminarGracias Master. Gran placer compartir contigo ayer el concierto de Dream Syndicate. Estos Sheepdogs no estarían muy a la zaga de Wynn y compañía, aunque todavía les queda un poco.
EliminarAbrazos,
Javier.
¡Vaya! Me entero por casualidad que tienes un blog y encima ya tiene dos años de vigencia. Encima veo que está mucho chulo y con mogollón de temas y discos que me interesan. a la voz de ya te enlazo y aquí me tendrás como fiel lector.
ResponderEliminarA los Sheepdogs los escuché pero sin llegar a profundizar. Los tengo que repasar más a fondo. Lo poco que escuché me gusto.
Saludos.
Pues bienvenido a esta tu casa Rockland. Yo soy fan y seguidor tuyo desde hace ya algún tiempo. Muy recomendables los Sheepdogs, de verdad de la buena.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Eternamente agradecido de tu decisión de dejarte vencer por la pereza y regalarme un descubrimiento y una gran noche de rock sudoroso en la Sala El Sol...esas ocasiones hay que pillarlas al vuelo!
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