HOME                     LINKS                       CONTACT                      

5 abr 2017

RAREZAS XII: DOS HOMBRES Y UN DESTINO






SLAPP HAPPY                "ACNALBASAC NOOM"
En 1965 Lenore y Erik Blegvad embarcan desde Nueva York con destino a Londres. Poco importa que no esté acreditada con exactitud la fecha, aeropuerto, compañía aérea y número de vuelo, tampoco la duración del trayecto ni el clima que acogió a los viajeros a su llegada. Lo que si conviene subrayar es que Lenore y Erik han decidido auto-exiliarse a Europa inquietos por la situación de un país que, desde el asesinato del presidente Kennedy, va rápidamente perdiendo sus referencias y valores morales (Erik llega a pensar que alguna vez los tuvo y, con esa convicción, emigró en su día a Estados Unidos desde su Dinamarca natal). La posibilidad de que, una cada vez más extendida guerra de Viet-Nam, exija el alistamiento obligatorio de sus hijos Peter y Kristoffer, otorga a la pareja nuevas y poderosas razones para calibrar lo acertado de su decisión. Tanto Erik como Lenore se han ido ganando, con sus respectivos trabajos como ilustrador y autora de cuentos infantiles en New Haven (Connecticut), una firme reputación de familia culta e intelectual, acorde con el ambiente social de una pujante clase media de postgraduados que, a menudo asentadas alrededor de las Universidades de la costa Este americana, comparten una visión del mundo tolerante y liberal.

Ya instalados en Inglaterra Peter y Kristoffer Blegvad se matriculan en la St. Christopher School de Letchworth, entonces una pequeña ciudad-jardín situada a poco menos de 60 kilómetros al norte de Londres. Allí los hermanos reciben, junto a una mayoría de estudiantes procedentes de países distintos al propio Reino Unido, las doctrinas e idearios de la Sociedad Teosófica. Entre estos alumnos se encuentran sus futuros amigos Anthony Moore y Neil Murray; el primero, en sus ratos libres, destacado seguidor y practicante de música poco convencional, acorde con un espíritu experimentalista y abierto a todo tipo de influencias (secundado por la propia filosofía impartida en la escuela). Desde el free-jazz hasta los folklores eslavos e hindúes, Anthony Moore se servirá de esas referencias para crear una música que le aupará hacia un puesto privilegiado dentro de la escena vanguardista inglesa. Colaborador, además, en bandas como Henry Cow, de la que llega a ser miembro, o con Pink Floyd  en sus obras "A Momentary Lapse Of Reason" (1987) y "Division Bell" (1994), también en las obras en solitario de su teclista Richard Wright ("Broken China" de 1996), igualmente con Kevin Ayers y Julian Lennon ; el segundo, Neil Murray,  más acostumbrado a la vieja escuela del blues y a las ondas que Radio London emitía en esa época, formará parte de grupos tan legendarios como Whitesnake, Black Sabbath o Colosseum II.

[En este momento, antes de que Peter Blegvad siga a su ya amigo Anthony Moore a Hamburgo, ciudad a la que el primero se ha trasladado después de graduarse, aparecen en escena Willy Fog y Hercules Poirot. Willy, trasunto de la serie infantil del Phileas Fogg que Julio Verne popularizó en "La vuelta al mundo en ochenta días", apuesta una cantidad importante de su fortuna personal, comprometiéndose a circunvalar en tal plazo de tiempo la totalidad del globo terrestre, es el HOMBRE VIAJE. Hercules, dotado con la energía cerebral que le otorgan sus famosas "células grises", es EL HOMBRE INTERIOR, aquel que busca, en la mayor complejidad del caso a resolver, el reconocimiento que demuestre su innato talento investigador. Ambos personajes, protagonistas tan inmersos en sus propios papeles de ficción, serán los mejores intérpretes del disco que comentamos hoy, "Acnalbasac Noom" de Slapp Happy]

La ciudad alemana de Hamburgo es, a comienzos de la década de los 70, un escenario más que propicio para la experimentación artística. En el barrio de Sankt Pauli se encuentra la calle de Reeperbahn, centro, entre otras actividades que exigirían mayor discreción, de los clubes de música en directo más famosos de la época. En 1962, The Beatles se curtían como banda fija en el Star-Club, lugar en el que, mientras duró la fiebre del rock´n´roll (aproximadamente hasta finales de 1969), actúan los grandes intérpretes del género musical, Chuck Berry, Jerry Lee Lewis, Little Richard, Bill Haley, Fats Domino. En el comienzo de la nueva década, la corriente hippie parece que se ha asentado en la parte más inquieta de la juventud alemana que, también impulsada por un empeño de romper social y políticamente con la generación anterior de la guerra, intenta hacer de la vida libertaria en comunidad una alternativa a la gris realidad del milagro económico. Artistas de todo tipo y condición confluyen y conviven en la más conocida ciudad de la antigua Liga Hanseática. Pintores, creadores de performance callejeros, malabaristas de la escultura industrial, curtidos bohemios del puerto, poetas simbolistas y semióticos, directores de cine de vanguardia y actores de teatro-cabaret, escuela post-Weimar. Se rompe con la tradición de los Goethe, Schiller, Wagner, Friedrich y Hölderlin, amaestrados por un credo protestante que Nietzsche calificó, tan solo 70 años antes,  como acero inútil del alma, también con sus imágenes de acantilados, geografías imposibles, reinos helados y visiones demoníacas. Triunfa, aunque con reconocimiento tardío, lo que los nazis llamaron arte degenerado, mientras toma forma y se consolida, en todas sus variantes sociales y políticas, la representación de lo anti-burgués como genuina expresión artística.

En ese ambiente se mueve un Anthony Moore que enseña y practica, a pie de calle y en los tinglados abandonados del puerto de Hamburgo, las lecciones que sobre música clásica hindú le impartiera, unos años antes en Inglaterra, Viram Jasani. Por ese mismo tiempo y entorno, estamos ya a finales de 1970, se deja también ver Dagmar Krause, oriunda de la misma ciudad y cantante de los entonces ya extintos The City Preachers, banda en la onda folk reivindicativa, que hacía de la interpretación de textos de Bertold Brecht, Kurt Weill y Hanns Eisler (éste último, instalado en EEUU huyendo de la persecución nazi,  tiene el gran honor de ser declarado por el Comité de Actividades Anti-Americanas de Joe McCarthy como el "Karl Marx de la música" [1]) su carta de presentación en los sectores vanguardistas de la ciudad. Anthony y Dagmar, en el momento en que se conocen ella colabora con Inga Rumpf (2) en su proyecto conjunto "I.D.Company", deciden desde entonces compartir su vida y profesión y, aprovechando el conocimiento y la admiración mutua que ambos profesan por Uwe Nettlebeck, productor entonces mimado por la dirección de Polydor en Alemania, deciden mudarse al famoso estudio que este sello tiene en Wümme, a las afueras de Hamburgo (3). Desde allí Anthony reclama la presencia de su antiguo compañero y amigo Peter Blegvad [...no teman los más pequeños, profusa banda mayoritariamente seguidora del blog, tampoco los numerosos aficionados a las novelas de Agatha Christie, Willy Fog y Hercules Poirot aparecerán en breve...], todavía residente en Londres, y en el inicio de 1971, ya reunidos los tres, nos encontramos a punto de caramelo para asistir a la génesis y nacimiento de nuestra banda preferida, Slapp Happy.


Si Anthony y Dagmar destacan por sus labores como compositor y voz, Peter aportara su talento como narrador lírico. Sus textos, ampliamente acreditados en las dos únicas obras de la banda ("Sort Of" de 1972 es la primera), otorgan a Slapp Happy un aura de novedad y originalidad. El influjo de la poesía simbolista y semiótica enfrenta al oyente a lugares y situaciones donde los objetos y eventos presentes son sustituidos por otros objetos y eventos ausentes, agraciando el resultado final con una atmósfera de misterio e intimidad soñadora. La voz de Dagmar, un vibrato alto con cadencia angelical, se ajusta perfectamente al estilo de la banda, un pop de ingenuidad aparente pero de altísima riqueza melódica. No ha desaparecido totalmente el acento alemán en sus canciones, todas ellas cantadas en inglés, con algunas salpicaduras de un francés que nos retrotrae al gusto por la chanson de Dagmar, pero es esta una entonación espiritual, alejada de la crudeza teutona de Odin y más cercana a la escuela de una Jane Birkin con más carácter. Mejor así, ya que en las colaboraciones futuras de la cantante alemana con Henry Cow (banda muy ligada a Slapp Happy) predomina un tono más acorde con la cercana angustia del fin del mundo (el llamado estilo Armaggedon para los verdaderamente interesados)

La rareza de este "Acnalbasac Noom" radica en su propia historia. Originariamente grabado como "Casablanca Moon" en los estudios Wümme de Hamburgo en 1973 (y contando con varios miembros de Faust como banda de acompañamiento) es rechazado por Polydor Alemania aduciendo una posible falta de gancho comercial. Inexplicable error que obliga a la formación a romper su contrato y trasladarse a Londres donde firman uno nuevo con el sello Virgin. Richard Branson ya ha reclutado a Faust y a Henry Cow y convence al trío para regrabar el disco y editarlo en 1974. Este nuevo trabajo, empleando como título el mismo nombre de Slapp Happy, aunque contiene los mismos temas que el original alemán, nada tiene que ver con el "Casablanca Moon" grabado un año antes en Hamburgo. Los músicos contratados son los del propio estudio Manor de Oxfordshire y los arreglos incluyen cuartetos de cuerda e instrumentos de viento. Su resultado final crea entonces un ambiente de sobre-producción, más propio del Royal Albert Hall, que se aleja años luz de la atmósfera más intimista y simple conseguida en los estudios de Wümme. Es en 1980 cuando el sello Recommended Records de Chris Cutler, miembro a la sazón de Henry Cow, recupera la grabación original y lo edita bajo el nombre invertido de "Acnalbasac Noom".

Y llegados a este punto, permítanme les haga partícipes del juego que causa furor este inicio de temporada primaveral. Se trata simplemente de elegir, según el texto de cada canción, el protagonista más idóneo de la misma, el HOMBRE VIAJE, Mr. Willy Fog, o el HOMBRE INTERIOR, Monsieur Hercules Poirot. Recuerden, como guía de elección, las características más acusadas de ambos intérpretes, para lo que les remito de nuevo al tercer párrafo de esta entrada. Marquen con las iniciales WF o HP el personaje que crean Vds mejor se adapte al texto seleccionado y, al final, sumen cada inicial como un punto. ¡Vamos a ello!

Cara A. 1.- "Casablanca Moon"...."Fue trasladado a Oriente como doble agente infiltrado..."
             2.- "Me & Pavarati"..."Ella dejó caer una lágrima por el ciervo congelado en los bosques norteños de Tailandia..."
             3.- "Mr. Rainbow"..."Casquette/de noire  /  Quéguette/d´ivoire / Toliette/tres noire..."
             4.- "Michelangelo"..."El Papa está al teléfono, llamando a Buonarroti..."
          5.- "The Drum"..."Escucha ahora el sonido del tambor y no olvides que no somos más que agua..."
             6.- "A Little Something"..."Desde el extremo de Alaska hasta las orillas de España..."
Cara B. 1.- "The Secret"..."Te diría lo que él dijo, pero juré mantener el secreto..."
             2.- "Dawn"..."Donde los cuchillos de luz han dejado a la oscura noche harapienta y desgarrada..."
             3.- "Half-Way There"..."Prefiero tenderme en soledad frente a las casas al lado del río..."
             4.- "Charlie ´n Charlie"..."Nunca podrás decir dónde comienza y dónde termina Charlie...
           5.- "Slow Moon Rose"..."Ahora cuando el océano está congelado y moviéndose, llega la mañana de nieve..."

¿Qué tal, uh?



Como colofón a esta entrada, no me resisto a finalizar sin descubrirles este "Acnalbasac Noom" de Slapp Happy como uno de los mejores secretos guardados en la historia del pop. Una auténtica joya que brilla intensamente por su propia ingenuidad e inocencia, un trabajo sobresaliente que mezcla felizmente una instrumentación básica (elevada en no pocos momentos a cimas de excepcionalidad) con una lírica atrevida y sugerente, sin perder nunca la frescura de un juego infantil. Resulta, cuanto menos, sorprendente que los miembros de Slapp Happy, curtidos y expertos en la lidia de la experimentación y de la música de vanguardia, además de contar con la ayuda mencionada de varios miembros de Faust y de su equipo de ingenieros en esta grabación (gracias, una vez más, al gran Kurt Graupner), salgan al escenario con un trabajo que eleva la música pop a niveles de auténtica obra de arte. Una felizz bofetada, señores.





(1) El "Mermaid Avenue" (Elektra, 1998) de Billy Bragg & Wilco contiene una magnífica versión del "Eisler On The Go" que Woody Guthrie compuso en homenaje al músico austriaco.
(2) Agradezco al muy recomendable blog musical "Rockliquias" el conocimiento inicial de la obra de Inga Rumpf.
(3) La entrada "Elogio de la mano herida", en este mismo blog (22/02/2017), habla con mayor profusión de los estudios Wümme y de su incomparable ambiente.














4 comentarios:

  1. Sí señor, esta vez coincidimos plenamente: con Slapp Happy es muy fácil. Fue una pena que surgiesen tan pronto, yo creo que hubiesen tenido mucha más resonancia si su discografía comenzase a finales de los años70 o principios de los 80, en una época más acorde con lo que ellos hacían. Por desgracia, la etiqueta de “pop avant garde” no les hizo ningún favor en aquel momento, con tanto rockero ceñudo y tanto progresivo concienciado. Y sin embargo, su formación es vastísima; en su primer disco hay rastros desde la Velvet hasta las Mothers; el segundo podría ser una buena influencia para bandas posteriores como Belle and Sebastian, y así sucesivamente…

    Ya no tengo muy claro si prefiero el "Casablanca moon" del 74 o la "revisitación" Acnalbasac, quizá porque cuando tienes un disco ya incrustado en la cabeza con un tono determinado luego resulta difícil comparar; de hecho, prefiero verlo como un disco completamente distinto, olvidando que la mayor parte de las canciones ya las conocía. De ese modo, tal vez se pueda valorar mejor... No lo sé. En cualquier caso, me gusta los dos. Tengo que reconocer que el "Desperate straights" era el que menos me atraía, quizá porque es más un disco de Henry Cow que de ellos; pero en cualquier caso, es otra preciosidad.

    Y como siempre, el entorno histórico-literario con el que revistes la entrada es magnífico. Me he perdido un poco con el asunto de los puntos y las iniciales, pero eso es lo de menos: que alguien a estas alturas recupere a Slapp Happy es para nota, tal y como van las cosas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Rick. De acuerdo en tu visión temporal del fenómeno Slapp Happy. Su época no fue la más acorde para desarrollar su propuesta. Y no dejo, tampoco, de compartir lo de la más profunda huella que dejan aquellos trabajos que, coincidiendo en su temática, se escuchan por primera vez.
      Creo, en definitiva, que aquí tenemos una banda (una multi-banda, cabría mejor decir) en la que merece mucho la pena ahondar.
      Saludos,
      Javier.

      Eliminar
  2. Vaya...una referencia a la gran Dagmar. Uno de mis mejores recuerdos es su disco Babble con el maravilloso Kevin Coyne. Todavia me emociono cuando escucho el "Are you deceiving me" Enhorabuena Frankie

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Cuchulainn. Ese disco de "Babble", aunque solo sea por la referencia de Kevin Coyne, ya merecería estar en la cabecera de los buenos aficionados.
      Saludos,
      Javier.

      Eliminar