HOME                     LINKS                       CONTACT                      

19 abr 2017

HALL OF FAME V: JULIAN COPE




JULIAN COPE                 "PEGGY SUICIDE"

William Blake: 'Create your own system or become enslaved by another man's'.

 En el suplemento del 22 de Julio de 1995 del diario londinense The Independent, Paul Du Noyer entrevistaba a Julian Cope. (Recuerdo que era Domingo cuando lo leí por primera vez., el día séptimo, número sagrado del que hablan los seguidores de Gioacchino da Fiore) Relataba entonces Cope las visiones que desde hacía unos años atrás (desde el 22 de Diciembre de 1989 concretamente) venía experimentando con cierta y feliz asiduidad. Comentaba entonces que la imagen que mejor concordaba con esa primera visión le llevó a rememorar la impactante cubierta del "Fireball" de Deep Purple; la Diosa Madre Luna había decapitado a los miembros de la banda de Hertford y ofrenda su sacrificio en forma de creciente espermatozoide cósmico. En su mente, "el gameto se ha convertido en un diamante rotatorio que penetra incontrolado por los huecos abiertos de su cerebro". Sigue la visión con la figura de un dependiente de estación de servicio que rellena con una manguera de luz esas cavidades, mientras otras voces en off aclaran el camino que, a partir de ahora, debe seguir el mismo artista. "Para penetrar en el diamante, la glándula pituitaria tiene que rasgarse en su mismo eje y quedar de ese modo liberada". Desde entonces, la carrera artística de Julian Cope queda marcada por el seguimiento y desarrollo de tan misterioso precepto. El que sus seguidores coincidan, o no lo hagan, con la afortunada consecución de la misión encomendada, puede que sea cuestión de dejarse llevar por territorios que trataremos de transitar conjuntamente.


Hay quienes afirman que antes de "Peggy Suicide" (Island, 1990) Julian Cope exploró, él lo sabría más adelante, muchos otros ámbitos mentales. Puede que cuando la existencia de Un Dios Único y Excluyente comenzara a estar en entredicho, el Archi-Druida Cope, el Chamán (tal como posteriormente le gustaba llamarse), aconsejara a William Blake el ritmo de los primeros versos de "El Libro de Thel", la Reina del Rebaño (aquellos que nos preguntan si "cabe el saber en un cetro de plata, o el amor en un cáliz de oro"...). Aun en su época más primitiva, se dice que Cope lamía el viento frío entre las Piedras de Callanish, discutiendo con los arqueólogos más eminentes de la época si el sentido final del monumento megalítico era sacrificial o meramente astronómico. También hay quien le vio inspirar a Thomas Hardy, en esa fascinante escena de su "Tess, la de los d´Uberville", cuando la protagonista escapa con Angel Clare, buscando refugio en  Stonehenge. Tampoco cabe duda, y parece que este dato queda debidamente confirmado después de cotejar los archivos del British Museum, que Julian Cope y Robert Graves fueron los primeros en coincidir en que la diáspora mediterránea de "El Pueblo del Mar" trajo por primera vez a las costas de Inglaterra e Irlanda la figura de la Diosa Blanca. Donde no hay lugar para vacilación mental alguna es en el hecho de que, durante una de las conocidas épocas de reclusión del artista (1985-1987), la lectura, ávida y profunda, de Blake, Hardy y Graves, la de Joseph Campbell y Aubrey Burl en el campo de los estudios mitológicos y prehistóricos, otorgaron a Cope elementos intelectuales de suficiente calado para preparar su obra inminente, la que compone, junto a "Peggy Suicide", la conocida como "Pollution Trilogy" ("Jehovahkill", Island,1992 y "Autogeddon", Echo,1994)

Son estas influencias, más espirituales, además de las más prosaicas (estas últimas inexorablemente unidas a la propia experiencia vital de Cope), las que hacen posible la creación de una ideología intrínsicamente copeyana (permítanme el epíteto). Una doctrina de superviviente moldeada por un carácter donde la rebeldía toma a edad temprana carta de naturaleza. Desde su Gales natal, donde contempla atónito, en su entonces residencia de Bargoed , el vecino desastre minero de Aberfan en 1966; los primeros conciertos del grupo alemán Faust en 1973 en Birmingham y Sheffield, hasta la llegada al City of Liverpool College of Higher Education en 1977. Allí, en la capital del Merseyside, en un ambiente donde la aparición del punk causa sensación y estragos de todo tipo, además de haber cuestionado necesariamente los modelos musicales anteriores, decide utilizar el rock como forma de vida alternativa, el cauce más idóneo para apuntalar la sublevación que ya venía pergeñando en su interior. Contra el patriarcado como eje familiar, contra la religión  y todas sus estructuras de poder organizado, contra un sistema que apoya sin tapujos una política medioambiental nociva y excluyente de otras variables. Contra una clase política que, ya en los primeros años 80 bajo el gobierno Margaret Thatcher (y en conjunción con el ideario socio-económico importado desde los EEUU de Ronald Reagan), hace del Neoliberalismo la plataforma perfecta contra la clase trabajadora y el ya consolidado Estado del Bienestar (guerra contra los mineros, privatizaciones a mansalva, acusada pérdida de influencia de los Trade Unions) además de la desaparición de las autonomías de poder municipales (extinción del Greater London Council).

Es cierto que este Cope de los primeros años 80, cuando entra en la escena de Liverpool con su más conocida formación The Teardrop Explodes, está aun bien lejos de las visiones posteriores, aunque sigue cultivando su faceta más iconoclasta, más inconformista. La ingesta continuada y desmesurada de LSD, durante buena parte de la primera mitad de la década, le lleva a ser protagonista de comportamientos bizarros, tanto en su exposición pública como privada. Conciertos en los que se autolesiona clavándose las aristas de un micrófono roto en su estómago, entrevistas en medios del sector en las que su elevada intoxicación provocan situaciones hilarantes y fuera de control, o prolongadas reclusiones periódicas, alejado totalmente del mundo circundante, y dedicando gran parte de su tiempo a engrosar su ya por entonces larga colección de juguetes mecánicos (observen con detenimiento la portada de su Lp "Fried", Mercury, 1984) no dejan de ser botones de muestra de una conducta que parece asemejarse a la de un Syd Barrett cruzado con el Iggy Pop más desbarrado. En su biografía "Head-On", publicada en 1994, relata los años prolíficos y salvajes pasados al frente de The Teardrop Explodes, el ambiente en los clubs underground de Liverpool (mención especial para el inmundo Eric´s, contrapunto de The Cavern), su primera amistad y colaboración con el Ian McCulloch de los futuros Echo & The Bunnymen, el éxito casi inmediato en la escena musical de la época, las constantes giras en una Inglaterra que les recibe como los nuevos abanderados del post-punk, su hartazgo de la fama, de la industria musical, las peleas con los miembros de la banda y la posterior disolución definitiva 

Es cuando, ya prácticamente finalizada la década de los 80, aparecen estas primeras visiones cósmicas de las que hemos hablado anteriormente (y de las que el mismo autor da breve pero cumplida cuenta en la contra portada del "Peggy Suicide"), el momento en el que Julian Cope encuentra una veta comercial para su nueva personalidad. Una identidad singular que, sirviéndose de la experiencia musical y vital acumulada, utiliza las recientes percepciones cósmicas para crear un originalísimo campo de juego, momentáneamente adaptado a su necesidades musicales, no mucho más tarde a las económicas. Nace entonces la Julian Cope Marketing Corporation, un profuso conglomerado donde tiene cabida el compositor de música, el prolífico escritor, el arqueólogo revitalizador de la historia antigua, el activista político, el ecologista comprometido, el defensor del feminismo, el animalista, el radical ensalzador de la campiña inglesa frente a la ciudad, el conferenciante provocador, el redescubridor de figuras en declive (los grandes Roky Erickson y Scott Walker le deberán algún que otro favor), el hostigador inveterado contra la religión organizada. Todo ello condicionado a un fin último y utilitario, la creación de un nuevo mito, la de un Julian Cope cuya imagen trascienda a la del propio personaje y se convierta en la de un guía, un flamante chamán o druida. Un nuevo Jim Morrison, un trasunto de Sun-Ra, que, basándose en la historia antigua (y en su más que posible conexión extraterrestre) muestre a sus coetáneos un camino, aquel que consiga hacer de sus vidas algo más coherente, más acorde con una filosofía donde el carpe diem tuviera un significado más totalizador y absorbente, más lúdico también.

Y "Peggy Suicide" es el primer eslabón en esa cadena, quizás el paso más arriesgado en su momento, el de mayor éxito también como músico en solitario. Publicado por Island Records en 1991, después de superar una etapa de confrontación con el sello, nos presenta a la Diosa Madre en su portada, un diseño de Darren Woolford que pretende ser el fiel reflejo de la primera visión contemplada por el artista el 22 de Diciembre de 1989. En la primera contra portada, Julian saluda a Sqwubbsy, imitación caricaturesca de la Diosa Madre, con una cabeza gigante y deformada que recuerda un tanto a la imagen del protagonista de "El Hombre Elefante" de David Lynch. En la segunda, el artista nos describe las motivaciones que le sirvieron de inspiración para componer cada uno de los 19 temas que forman el disco. En los dos sobres protectores de los vinilos, distintas fotografías y pies de página nos adentran en un mundo de encantamiento, proclamas e interesantes documentos gráficos. (La instantánea en sepia de la banda, acompañada por Sqwubbsy, cruzando el puente de Lambeth con motivo de la "Anti-Polltax March" de Abril de 1990, se encuentra ya en el imaginario de mi Londres preferido). La muy atractiva presentación de este "Peggy Suicide" viene a ser, entonces, más que un disco de vinilo al uso; una representación fidedigna del rock como producto capaz de generar un objeto de arte, y además con vocación reivindicativa. 

La música contenida en esta obra alcanza, no puedo ser parcial en mi calificación, cotas de extraordinaria belleza. En ello ayudan los músicos fijos de la banda que acompañan a Cope.Un Donald Ross Skinner al bajo y los teclados, ocasionalmente a la guitarra, antiguo y fiel compañero de Julian desde su última época en Liverpool. Rooster Cosby y J.D. Hassinger en la percusión acústica y eléctrica, congas y batería. El propio artista en la guitarra acompañado de Michael Moon-Eye, un músico de excepcional calidad que se asociaría después al mejor Spiritualized en directo del "Royal Albert Hall October 10, 1997" (BMG, 1998). Mike Joyce en la batería de algunos cortes, y los coros de Lulu Chivers, Camilla Mayer y Edwina Vernon, en un único tema. El sonido alcanzado lo hace mezclando una serie de estilos que van desde el space-art-kraut, psych-punk-house, calypso, marimba pastoral, samples obtenidos de Lenny Bruce en su album "The Berkeley Concert" (1965); tomas en vivo de manifestaciones callejeras contra la Guerra del Golfo y de la propia Anti-Polltax March, instrumentación neo-folk acústica y capas superpuestas en las guitarras, líneas de bajos y percusiones de la escuela Detroit-High-Energy, los teclados incluyendo muchas veces un toque de gospel ácido. Todo ello mezclado con una profusión de efectos y arreglos, loops electrónicos y sintetizadores brillantemente atractivos que hacen de la producción final del propio Donald Ross Skinner (y las mezclas finales de Hugoth Nicolson) una auténtica obra de arte musical. Las 19 canciones pueden ser contempladas en su totalidad, como un ente orgánico multiforme y variado, o en su propia unicidad, no perdiendo por ello su valor como piezas aisladas. De hecho, los singles publicados, "Beautiful Love / East Easy Rider" y "Soldier Blue / The Disposable Heroes of Hiphoprisy´s Michael Franti" (este último tema no incluido en en Lp original) funcionan con perfecta autonomía creativa.

Resultaría un delito de lesa humanidad no referirse, si quiera telegráficamente, a cada una de las 19 canciones que componen este sublime trabajo de Julian Cope. Dispuesto en cuatro fases, dos por cada cara, comienza la primera con "Pristine", un aviso para lo que espera al oyente durante toda la grabación. Parte de su texto..., "Pristine, Pristine / Porque fueron tus mentiras tu primer error / Tu confianza en mí fue tu mayor error...", presenta una lírica, compleja y elíptica, que será marca narrativa durante toda la grabación. "Double Vegetation", se escurre entre los dedos para luego aparecer en felicísimos pastos cerebrales. "East Easy Rider", se estructura a golpe de trote psicodélico, con efecto altamente fluorescente. "Promised Land", una balada de contenido político que torna su minimalismo instrumental en un puente de cuerda gaseoso. "Hanging Out & Hung Up On The Line", cierra la cara A y recuerda, en sus guitarras extremas, también en el tono de las voces, la visión apocalíptica de La Batalla de Armagedón. La cara B se estrena con "Safesurfer", la mejor canción del disco. Un mantra space-rock de algo más de 8 minutos. Una Torre de Babel cósmica, barroca e incendiaria. Las capas de guitarra, alucinadas por su propia grandeza, los teclados desbocados, acompañan sin misericordia el pater noster de un Cope que recita su visión sobre el SIDA, la pandemia de la época. "If You Loved Me At All", calma las aguas. Un simple  y continuado punteo de bajo abre, al poco, un bucle instrumental que, como un muelle, otorga al tema un deje de marea. "Drive, She Said", cierra la cara B y esta segunda fase. Aparece aquí en el texto por primera vez la misma deidad Peggy Suicide que, en una idea que sería posteriormente desarrollada en su "Autogeddon" de 1994, eleva el paisaje rítmico al gusto de un corro de cangrejos.

Las Fases 3 y 4 contienen, en buena proporción, estilos más drum ´n beat, acordes con una época en la que coetáneos como The Happy Mondays también causaban cierto furor con ese típico galope percusivo. (Es curiosa la semejanza, en muchos momentos de las 10 canciones restantes, del sonido de este "Peggy Suicide" con el "Pills N Thrills And Bellyaches", publicado también en 1990 por la banda de Manchester). "Soldier Blue" es un claro ejemplo de ello. "You..." destaca con un saxo, que araña algo del free-jazz, a cargo de Ronnie Ross. "Not Raving But Drowning", basado en un poema de Stevie Smith, mezcla líneas constantes de bajo y guitarra con un puente donde el calypso sorprende. "Head", asombra gratamente. Un ritmo fingido en su aparente inconsistencia encierra, según va progresando, una atmósfera pre-ambient de muy amable escucha. "Leperskin", también rememora el stick bumping (no encuentro palabras concordes en castellano) de The Happy Mondays para cerrar la cara C. La siguiente fase, 4ª, y última cara, D, se abre con "Beautiful Love" y un comienzo que recuerda el estilo de la anterior. Su tono más pop-hit, acentuada por las líneas de viento de la trompeta de Aaf Verkade, le otorgan la atmósfera perfecta para editarla como uno de los singles del doble Lp. "Uptight", y su primer ámbito de Cuentos de Canterbury, se va enriqueciendo con coros en segunda línea y silbidos en el puente. "Western Front 1992 C.E....", recoge el ambiente de las consignas políticas que Cope graba en París en una manifestación contra la Guerra del Golfo. Su acento es monoaural y, por ello, restringido, pero no por ello deja de ser interesante. "Hung Up & Hanging Out To Dry", igual que la predecesora, acoge los coros femeninos grabados por el artista bajo un puente de la ciudad de Londres para, después de un pequeño corte de cacofonía vocal, crear una dulce tensión rítmica. "The American Lite", sirve como perfecto compendio de los estilos contenidos en las anteriores canciones para, finalizando el disco con "Las Vegas Basement", ver a Julian entonar una suerte de nana minimalista, tanto en el matiz de su voz como en la parca instrumentación que alimenta el puente.

No sería justo terminar este merecido homenaje a Julian Cope sin destacar algo que anteriormente apuntábamos, su faceta de escritor (del gusto, imagino, de los aficionados bibliógrafos de este blog). A su mencionada autobiografía "Head-On. Memories of the Liverpool Rock Scene and The Story of The Teardrop Scene" le sigue "Repossessed. Shamantic Depressions in Tamsworth & London", publicada en 1999, y que da a conocer su época más oscura (1983-1989), preludio de la más brillante posterior. Su interés por el kraut alemán y la música underground japonesa, le lleva a editar "Krautrocksampler, One´s Head Guide To The Great Kosmiche Musik" en 1995 y, en 2007 "Japrocksampler, How The Post War Japanese Blew Their Minds On Rock And Roll", obras, ambas, de obligada lectura para los amantes de tales escenas y sonidos. Para los aficionados a la Prehistoria, la Astronomía y los monumentos megalíticos, "The Modern Antiquarian. A Pre-Millenial Odyssey Through Megalithic Britain" de 1997, y "The Megalithic European" de 2004, les servirán de guía para, desde una visión original (no podía ser menos partiendo de tal personaje) y ampliamente documentada, informarse con detalle de tan apasionantes temas. "Copendium: An Expedition into the Rock´n´Roll Underworld", publicado en 2014, contiene una detallada revisión de numerosas rarezas editadas por bandas o autores no menos singulares. Faceta que seguía la iniciativa originalmente aparecida en su web Head-Heritage (altamente recomendable), donde, en su apartado "Unsung", llegó a revisar mensualmente, durante más de 10 años (lamentablemenete, esta labor ha cesado desde Mayo de 2010) una cantidad ingente de álbumes poco conocidos, o menos divulgados. "One Three One. A Time-Shifting Gnostic Hooligan Road Novel", publicada en 2014, supone la primera incursión de nuestro prolífico autor en el mundo de la novela de ficción.


10 comentarios:

  1. sensacional como siempre tus post. fan aferrimo de Cope que soy pese a reconocer que anda un bastante perdido en estos tiempos. Eso si la decada 1985-1995 es de quitarse el sombrero tanto por el pop e Saint Julian, el pop psicodelico de Fried , el Jehovatill para mi gusto a la altura de este Peggy o ese Abbey road de 20 mothers. Grande cope

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La entrada en un principio estaba pensada para el "Jehovahkill" pero al final me decidí por el "Peggy", un trabajo más redondo del artista inglés, creo. En todo caso, esa década que comentas fue muy positiva en su carrera musical, para mí la mejor.
      Saludos,
      Javier

      Eliminar
  2. Tremendo artículo, como siempre. Cope es uno de esos personajes admirables que, como Robyn Hitchcock, han sabido dar una enorme proyección a la psicodelia clásica mezclándola con el rock y el pop de un modo admirable. Es evidente que ambos son claros herederos de Syd Barrett, pero también parece claro que sus cerebros han soportado mejor el exceso de ácidos que el pobre Syd.

    A mí me gusta casi toda la obra de Cope salvo quizá su primera época con los Teardrop Explodes, demasiado oscuros para mi gusto. Es evidente que no todos sus discos están a la misma altura -su discografía se me hace excesiva- pero es de esos músicos que corres a escuchar en cuanto sacan uno nuevo; será mejor o peor, pero hay que escucharlo. Y su labor divulgativa, tanto en su blog como en los libros, es la mejor demostración de que estamos ante un verdadero friki, de los buenos, de los que se toman las cosas en serio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un artista multi-disciplinar, como músico, escritor, anticuario y agitador social y cultural y, todo ello, como bien apuntas, dentro de una perspectiva friki, punto que le da una imagen más original. Es una pena que, salvo los canales más conocidos, no sea fácil desde hace tiempo conseguir las novedades que Cope va sacando al mercado.
      Saludos,
      Javier.

      Eliminar
  3. Como decía Sofía Mazagatos de ese gran escritor y majadero al mismo tiempo llamado Vargas Llosa, yo a Julian Cope le he seguido mucho pero no he escuchado ninguno de sus discos. No tengo ninguna razón, pues es claramente uno de los míos (nuestros), y su querencia kraut le hace íntimo, así que empezaré por este "Peggy Suicide" que ha dado pie a tu magnífica entrada.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A esa Sofía Cazaperros no la tengo en gran estima pero reconozco que tu comentario no deja de tener gracia. Cope recoge la antorcha del kraut más auténtico y radical y se sirve de él para da mayor riqueza a su propuesta musical. Este "Peggy Suicide" es un disco imprescindible para los buenos seguidores del género, como tú.
      Abrazos,
      Javier.

      Eliminar
  4. Primero , felicitarte por la entrada que le has hecho al "Peggy Suicide", un fantástico disco.
    He sido siempre seguidor del amigo Julian desde sus inicios con The Teardrop explodes, pero es cierto que le he perdido un poco la pista desde inicios del 2000.
    Con el paso de los años los Teardrop me suenan bastante más "ligeros" que la música que ha grabado en solitario, sobretodo desde 1990.
    Este hombre sabe llevar perfectamente sus influencias musicales que yo las situaría entre Barrett/Bowie/Wyatt/Ayers.
    Un excéntrico de oro que siempre se ha de tener en cuenta.
    Saludos,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Jordi. A los Teardrop no les llegué a seguir en su momento, lo confieso, apenas cayó en mi mano una recopilación de primeros de los 90, y poco más. No me disgustan, de todas formas. Julian ya son otras palabras, además de las referencias que utilizas, se adentra en la vorágine del "otro lado", el brillo y la oscuridad que la libertad del kraut le ofrece y da a luz obras magistrales.
      Saludos,
      Javier.

      Eliminar
  5. Aunque nunca llegó a calarme del todo un álbum de esta eminencia del pop-rock tenía canciones que me encantaban. Este disco me trae muy buenos recuerdos. Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues aunque solo sea por esos buenos recuerdos, no tan díficil sacarlos a la luz por las buenas canciones que encierra este maravilloso "Peggy Suicide", bien merece la pena que ahondes más en el artista. Palabra de alguien que bien te quiere.
      Abrazos,
      Javier.

      Eliminar