THE IMMORTAL LEE COUNTY KILLERS.
Recogo la propuesta del bloguero y amigo Gonzalo Aróstegui, elegante y psicodélica a la vez (por los colores de la bandera), invitación a participar en la manifestación del viernes 6 de diciembre (a la que no he podido asistir) a favor de la III República (y en contra de una "constitución-cinturón-de-castidad", escudo obligado de una denigrante clase política), y me convierto en un santiamén en barrendero de la muy castigada y degradada ciudad de Madrid. Noble trabajador el barrendero, ya lejano el "status" de empleado municipal (ahora carnaza del capitalismo más salvaje, como tantos otros), insigne empujador de la basura hacia espacios controlados por algún Tony Soprano del PP. Honrado personaje (no..., Tony no, el barrendero), con su mirada siempre a ras de un suelo sin alfombras rojas, espacio que acoge a toda esta maraña nuestra de seres conformistas, humilde en su silencio, de vez en cuando un descanso, un pitillo, un comentario sobre lo bien que va el Atleti este año...
Donde hay blues no hay dinero (quitemos de sopetón los luminosos garitos para turistas de B.B.King en las ciudades de Nueva York y Nueva Orleans). Donde hay punk no hay porvenir. Donde hay blues y punk no hay sino dolor y rabia y, si además hablamos de un marco de actuación donde el tufo del "trash" empapa ambos estilos musicales, entonces haremos entrar nuevamente a ese barrendero al que hacía mención inicialmente y aparecerá el "trash-blues-punk", detritus que ambos estilos elevan a la categoría de arte escénico. ¿Y quién es és personaje que va con él de la mano?, nada menos que Chetley "Cheetah" Weise, el "alma mater" del grupo del que hoy hablamos, The Inmortal Lee County Killers.
Chet Weise, originario de Auburn, condado de Lee, en la profundidad de Alabama, es profesor de Economía en la Universidad del Estado y, desde hace ya algún tiempo, uno de los grandes y reconocidos animadores de la escena "trash" sureña de los Estados Unidos. Sus grupos anteriores, The Quadrajets y Sphamm, que se remontan a los años inmediatamente anteriores al final del siglo pasado, siempre se han movido por esos territorios pantanosos de la reivindicación distorsionada de las raíces locales, esto es, el punk al servicio del blues. Déjemos que hable él mismo: "El punk y el blues se mezclan fácilmente porque los dos estilos son similares. Son ambos reacciones honestas frente a la crudeza de la vida, solo que interpretamos el blues, nuestro blues de siempre, de una forma un poco más rápida y alocada". The Immortal Lee County Killers conforma, pues, el proyecto musical que de una forma más precisa se ha asemejado a las ideas contaminadoras de Chet "Cheetah" Weise.
El grupo de Alabama tiene publicados dos discos en el sello Estrus que son, en definitiva, los que nos sirven de comentario en la entrada de hoy. "The Essential Fucked Up Blues!" (2000) y "...Love Is A Charm Of Powerful Trouble" (2001), también conocido simplemente con la denominación numérica, "The Immortal Lee County Killers II". Manteniendo siempre la estructura de un duo ("a punk delta duo of Opelika, Alabama", como les reconocían los medios de la época), Chet varió sus colaboradores en ambas grabaciones. En el primero fue Doug "The Boss" Sherrard el que se hizo cargo de la batería, mientras que en el segundo J.R.R. Token se ocupa de esas mismas baquetas, reservándose Chet la instrumentación en las guitarras y el harpa, además de participar con una voz acelerada, muchas veces desgarrada, en el límite de la tolerancia melódica.
Si el "...Fucked Up Blues!" se dirige hacia territorios más punk, la distorsión instrumental de éste genero propicia más y mejor los mensajes de frustación y recoge más fielmente la falta de salidas personales, el segundo "...Love Is A Charm..." se recrea principalmente en un blues de perspectivas más clásicas, no por ello convencionales, ya que sigue habiendo un poso importante de ruptura estilística, los famosos doce acordes de siempre tensados hasta límites insospechados. De hecho, mientras que en el "....Fucked Up Blues!" predominan composiciones propias de Chet, y títulos de canciones muy acordes con el imaginario punkarra ("Let´s Got Killed", "Go To Hell On Judgement Day", "Sometimes The Devil Sneaks Inside My Head"), en el "...Love Is A Charm" se reparten temas propios y versiones de Willie Dixon, Roosevelt Jamison y Charles Tindley (además de algunas canciones tradicionales).
La pasarela "trash" en el blues contemporáneo ha tenido, desde hace ya algún tiempo, a The Jon Spencer Blues Explosion como sus abanderados más significados. Chet Weise lo reconoce y comenta al efecto lo siguiente: "Mentiría si dijera que TJSBE no nos han influenciado, pero hay una clara diferencia no obstante. Ellos son de Nueva York y nosotros de Alabama. No pienso que el factor geográfico lo explique todo, sin embargo las raíces sureñas pueden influir especialmente a una persona, haciendo que la necesidad de escapar (de un ambiente muy provinciano) sea mucha más necesaria y difícil. Es esta una parte de la razón por la que el blues se originó en el sur, y también otra parte de la razón por la que la rama punk-blues de los Killers tiene una raíz más primitiva que la de los Spencers". No hacen falta mayores explicaciones.
Para todos aquellos aficionados a éste género musical mencionar, además de TJSBE y los Killers (también conocidos como ILCK, ILCK II y III, según las distintas composiciones de sus miembros desde 1999 hasta 2007 en que se disolvió el grupo) una serie de artistas y bandas que se significaron como influencias de los mismos. Robert Johnson, John Lee Hooker, Pussy Galore, MC5, Skip James, Bad Brains o The Gun Club (próxima entrada en este blog). Y para cerrar el círculo, aquellos otros grupos que siguieron por los mismos, o parecidos, derroteros: Soledad Brothers, Mr. Airplane Band. Pearline, The Dexateens, Bible Of The Devil y, entre nosotros, Guadalupe Plata. No olvidemos los grupos que, una vez disueltos los Killers, formaron sus miembros: Silver Lions 20/20 por parte del propio Chet Weise y Black Diamonds Heavies en el caso de J.R.R. Token.
Ya pasa por la calle limpia aquél famoso camión cisterna, los mayores lo recordarán con mayor gracia y esmero, en el que Ava Gardner regresaba en su cabina a su hotel en Madrid después de una noche de farra, ya muy entrada la madrugada, mitad de los años 50. Nuestro barrendero, no por ello ajeno al resplandor de las luminarias del cinematógrafo, observa su paso con una mirada de perro triste. El chorro a presión de agua fría salpica los bordes de las aceras, y un último borracho cercano, separándose del farol que le sirve de apoyo, se acerca para refrescarse. Termina la noche. El blues sigue sin siendo una historia desagradable, un cúmulo de emociones que no pueden ser explicados más que de una sola manera. Nuestro más internacional director cinematográfico, un tal Almodovar, recoge esa secuencia en una de sus películas. La Maura se empapa de cuerpo entero, sus curvas tan sugerentes quedan resaltadas de forma nítida, y aúlla una especie de reivindicación somnolienta, un grito a deshoras que clama una venganza lejana.
Buena propuesta de sucio modern blues. Ummm voy a ver si hago un hueco en las basuras de mi hogar para refocilarme con Lee Inmortal.. Buena idea
ResponderEliminarDe vez en cuando viene bien mirar en la basura y ver si podemos sacar algo en claro. Casi siempre surte efecto.
EliminarSaludos y gracias,
JdG
Qué suerte que mi modesta propuesta/invitación dé lugar a un artículo como el tuyo, Javier. Estupendo ruido el que nos traes, ya estamos a la espera del de Gun Club…
ResponderEliminarUn abrazo.
Tú dame ideas Gonzalo..., (hay veces que ando seco) y ya me encargo de sacarle punta al lápiz. Por supuesto, ¡"legereté, fatalité et maternité"!
EliminarAbrazos,
JdG
Y viva la República, por supuesto. Se me olvidaba.
ResponderEliminarDesde luego que me uno a vosotros en esta reivindicación de la bandera tricolor como la única soberana de nuestro triste país, más por convicción histórica que por indignación con los desmanes borbónicos. Y bajo ese marco, los Inmortal Lee County Killers, la propuesta más radical del garage-punk-blues de los últimos tiempos, y grandiosos en sus derivaciones tras la disolución de los mismos. Todos estos sonidos estaban ya en esas grabaciones prehistóricas de tipos esenciales como John Lee Hooker o Howlin' Wolf. Me ha encantado tu entrada, me ha emocionado eso de "donde hay blues no hay dinero", pero sí hay dignidad, una dignidad que todos necesitamos para barrer la basura que van dejando los "sopranos" de turno. Saludos
ResponderEliminarEncantado Antonio te haya gustado la entrada. Una verdadera satisfacción escribir para personas como tú.
EliminarSaludos y gracias,
JdG
Tomo nota de esta recomendación querido Javier, pero ten cuidado con el egregio Gonzalo...que te mete en una manifa y acabas apaleado por la poli... je, je, je.
ResponderEliminarUn abrazo.
En todo caso Savoy, ya que él es txikarrón norteño, le dejaré de escudo protector, yo siempre en la vanguardia de la retaguardia.
EliminarAbrazos,
JdG