BROKE LORD "DEATH OF A FLOWER"
Ya se trasladaban lentamente desde las orillas del pantano los cuatro carros tirados por bueyes y en un instante, que pareciera rememorar las hazañas de otros transportes antiguos, cargaban en sus grandes cubas de barro tanta cantidad de agua como les fuera posible para, en un colosal esfuerzo que también advertía de la amenaza del descoloramiento de sus pelajes tardíos, llegar hasta las carreteras más empinadas por las que, siguiendo las voces de los arrieros, cortantes como esas navajas que apetecen fraccionar el almuerzo muy entrada la mañana, sus agónicos pasos rezongaban añoranzas de establos calientes, también sus vahos explosivos anunciaban un inminente derrumbe vascular, a punto de ser condensados hacia un cielo de amianto, un nuevo anhelo revolucionario que buscaba liberarlos de una servidumbre que, hasta en el transcurso exacto de dos días, no serían capaces de experimentar porque las roderas de los caminos habrían quedado tan afiladas que sus pezuñas, resbalándose entre unas cúspides más altas de las que hasta entonces pudieron remontar, aplastaban las enormes bolas de estiércol que unos escarabajos, que les precedieron en una suerte igual de esquiva, habían abandonado tras vanos intentos de ascensión anteriores.
La música de BL se lee porque el autor asegura que así debe ser, los paisajes que deja a la vista del oyente/lector son de una total libertad interpretativa, y eso es muy de agradecer, de modo que esa opción pueda ondular entre la enigmática geografía de los primeros párrafos del "Volverás a Región" de Juan Benet, también entre las imágenes que perduran en la memoria de un hombre antiguo, un licántropo del Antiguo Régimen que ha tenido la suerte de vivir agazapado entre confesionarios, refulgentes salones de duquesas y jardines que se desvanecen, BL tiene además un perfil arcano de seminarista quizás libidinoso, que continua sangrándose y bebiendo tazas de vulnerario para curar las llagas y heridas fruto de sus postraciones narcolépticas, ahora queda desenmascarado como escritor y músico gallego, glotón y gatuno, un hombre que se sirve de su cultura renacentista, demostrada con creces en una trabajosa producción literaria que le ha visto transitar por numerosas publicaciones periodísticas, industrias propias, recuerdo aquí y ahora su magnífico libro "Santos y Francotiradores" (66rpm Edicions, Barcelona) y sus aventuras en la añorada Karate Press, cuyo artículo de su número final "Pescando Tiburones En El Lower East Side. Unsane, Ferrara y el ruido de la ciudad imaginaria" ha quedado grabado en mi mente como lo más sublime e imaginativo pocas veces leído sobre una escena urbana, cinematográfica y musical, trabajos discográficos con Gog y Las Hienas Telepáticas, además de este su primer disco como Broke Lord (Boullosa Luis is BL is Broke Lord is Broke, para que así quede más claro).
Y es de esa necesidad de descampar a un artista empapado entre brumas, que a veces me imagino de ron americano hasta las cachas, de ese corsario enterrado entre lijas de uvas autóctonas, todas aprovechables si no hubiera tal caldo primero, digo entonces que es desde ese reconocimiento por un probable castigado hígado mellizo, del que parte ese texto inicial, tan pretendidamente benetiano y atlántico en su intención, confuso sin duda en su resultado último, aunque no es solamente esa expuesta consideración intransferible, también el homenaje a un personaje que tuvo el genio para exiliarse en un tiempo más propicio, que no esperó en definitiva a encontrarse con la triste realidad de unas ciudades llenas de banderas inútiles, cuando ahora mismo una gran parte de las fábulas de nuestros mayores no han dejado de convertirse más que en metáforas de buenos y malos protagonistas, entre políticos salvapatrias y artistas condenados al olvido, parece que pocos creyeran ya en la siempre nueva y felicísima dicha de melodías fabricadas con humus pop, de compostaje post-folk con gusanera incluida, a la antigua usanza, o de un blues más bien gótico que cuajara mejor entre los velos dorados y verdes de las pozas cercanas al Finisterre.
Me he entretenido leyendo detenidamente todas las críticas que se han publicado sobre éste "Death Of A Flower" de BL, también las entrevistas que el autor ha dado en distintos medios, y he de reconocer que las referencias estrictamente musicales que me provoca el disco son más veces contrarias que semejantes, puede que sea por ser yo probablemente el de mayor edad entre los lectores/oyentes opinantes de este texto poético, y me encuentre ya en mínimos de proporciones de oxígeno y electricidad, la vida se torna para mí en un tantico de milagros, de días y de noches de descuento; BL habla de las influencias de los poetas metafísicos, de un Burroughs que puede que se esconda entre los versos finales de "Lost Groom",..."Well, fact is I´m the grand grandson of William Tell / Just put your bottle up, over your head...", adivino que también las enseñanzas de Blake, el culto a las divinidades del Cthulhu o la querencia por las bandas noruegas de black metal tengan algo que ver en sus influencias, pero lo que no encuentro son paralelismos con el rock neoyorquino de Lou Reed, ni siquiera en la voz ni en su narración, más parecida en su profundidad, en su tono, a las de Leonard Cohen o Nick Cave, ni siquiera veo cemento, ni humo saliendo de las aceras, ni basura, ni escombros acumulados entre esquinas, tampoco nuevo folk urbano, menos aun blues de orines y vómitos, será que soy así de bestia.
Si acaso existiera alguna connotación urbana, que no deja de haberlas en las guitarras de "Life Of Saints" y "Death Of A Flower", se me antoja más cercana al glam londinense del Mick Ralphs de Mott The Hoople, también a las grabaciones que T.Rex hiciera en la etapa de Toni Visconti, esos riffs de Asier Maiah contienen una alegría más cercana a pubs llenos de humo y de lenguaje cockney que a esquinas lóbregas de ciudades americanas, pero otra cosa es el imaginario puramente foto-cinético que las canciones de "Death Of A Flower" puedan provocar en el espectador, y aquí si coincido en que afortunadamente para nada se parecen a la gazmoñería típica de una infausta banda llamada Queen, en la mayoría de sus temas la base rítmica, magníficos Marco Serrato al bajo y contrabajo y Noli "Rattlesnake" Torres con las baquetas, ahondan en una atmósfera bellamente sórdida, de naves abandonadas en granjas y corrales agrícolas, pero con un toque mistérico-romántico, una suerte de liturgia negra en la que los coros de Macky Chuca, errática poetisa también de la periferia sagrada como BL, nos dispensan una bendición tan sensual, de tan engrasada cremallera femenina que...¿por qué no buscar por allí algunas de las fantasías sexuales que serpentean entre los surcos del disco?...
Difícil destacar entre las canciones aquellas que mejor conjuguen su mensaje lírico con el fondo musical, porque todas ellas tienen suficiente mérito para sonar una vez traspasadas las orillas de la Estigia, en las antesalas del averno, allí son muy exigentes, y es probable que no todas superen el examen de ingenios a las que se sometan, seguro que admitan ese tenebroso contrabajo en la entrada de "Lost Groom", y sirva de umbral para las felices torturas venideras, también el punteo y las líneas de bajo que conforman el esqueleto de "Through The Garden" (maravillosos esos susurros en lontananza de Macky), "Liberator" y "Chapel Within" (el más gustoso sacrificio), temas que anticipan hermosas ruinas de Piranesi y ayudan a cerrar el círculo que forma la serpiente cuando se enrosca; no creo que lo consigan en "Life Of Saints" y "Death Of A Flower" por lo comentado en párrafos anteriores, los riffs de las guitarras y el ritmo melódico nos sitúan en una fiesta todavía en su cúspide; "Dogs, blooming" prevé mejores tiempos aún peores, sus segundos finales suenan a un silencio ensordecedor, "With Us" hace creer al oyente en la próxima venida de la Santa Compaña, la incursión de ambos temas justo en la mitad de los 27 minutos largos de la grabación le sirve a esta de viga principal, el chasis del carro de bueyes permanece en todo momento sólido y equilibrado a pesar de los vaivenes del camino.
En estos momentos en los que se publican tantísimos discos, y hay muchos artistas con derecho a ser escuchados, el músico tiene que ir a lo esencial en cada canción que compone, tiene que tratarla como si fuera un álbum completo, así el oyente no pierda fácilmente la atención y deje de descubrir los paisajes que le propongan no más tarde de la tercera o cuarta audición, de tal manera que siga el hilo argumental del disco íntegro y sepa valorar el trabajo final del autor, y porque esto cuesta además mucho esfuerzo en una época en la que la sobreabundancia de productos nos limita la calma de la elección, el paladear el gusto agridulce de lo conseguido, las prisas por dar cumplida cuenta de otra novedad hace que vivamos en un continuo mundo de sobresaltos, brincando sin control de aquí para allá, y es por eso que igualmente el artista tiene que proteger su propuesta para evitar electrocutarse a la primera de cambio, y aquí BL consigue con ese halo de comediante de otro tiempo mantener el interés y la admiración del profano, cuando lo veáis recorriendo los caminos más apartados del bosque oscuro sabréis que él es el cruzado que estabais esperando, un 10 a Discos Belarmarh de Barcelona por hacernos conocer este delirio, a Raúl Pérez me imagino que por la paciencia infinita en la producción y a un tal James Plotkin al que me gustaría conocer, un usted me perdone a Macky por incluir esta última referencia de The M Press días después de haber sido publicada la entrada.
No sé porque, pero cuando escuché por primera vez a Broke Lord en la red me vino a la cabeza Juan Benet ("Volverás a Región" y "El aire de un crimen" son obras claves en mi educación literaria), qué casualidad. Me tengo que hacer obligatoriamente con el disco. Macky, por cierto, fue (o es) cantante de los explosivos y baleares Mostros.
ResponderEliminarAbrazos, Javier.
Al protagonista principal ya le conoces, hacerse, por lo tanto, a la idea de su personalidad musical te resultará más sencillo. Un disco necesario, así de claro. Con Macky mantengo alguna relación de admiración previa por su obra poética, aunque ya conocía, solamente por referencias en los medios, su actividad musical cuando llegó a España desde Argentina.
EliminarAbrazos,
Javier.
No tenía ni idea. He ido a ver su blog y luego he estado leyendo una extensa entrevista antes de escuchar el disco, y aunque parece que el propio personaje trata de asustar un poco resulta que me he encontrado con un disco cuyo contenido es bastante accesible. Ciertamente, aquí no veo a Cohen o a Cave, y como él mismo dice tal vez podría sonar vagamente a Reed en algunos momentos aunque solo por el tono de voz.
ResponderEliminarTanto esa voz como algunas de las estructuras me recuerdan más bien a algunas bandas de los años 80/90 del estilo Waterboys, Church, Jazz Butcher y similares; teniendo en cuenta la edad del personaje y que entre otras cosas es comentarista musical, es lo que más me cuadra (y por supuesto esa vaga influencia de Velvet Underground siempre le da un agradable sabor final al condimento).
El asunto literario siempre es más libre, más difícl de ajustar a una época como suele serlo la música. Probablemente sea más fiable su escritura que su música para hacernos una idea cabal del señor Boullosa.
Muy adecuadas tus reflexiones Rick. La primera referencia que se me ocurrió al oírle fue la de Cave, más que la de Reed. Sigo escuchando también toques glam, como comento en la entrada, en aquellos temas menos oscuros. En todo caso, y siguiendo el hilo de lo que muchas veces has comentado, cada cual ve cosas y encuentra paralelismos que no tienen porqué coincidir. Su legado literario, por otro lado, queda bastante bien reflejado en la lírica de sus obras musicales.
EliminarGracias como siempre y saludos,
Javier.