SCOTT DUNBAR "FROM LAKE MARY"
No es mucha la frecuencia, lamentablemente, en que este escriba cae en la necesidad de recrearse con aquel tipo de grabaciones que le devuelven a la más pura esencia del blues rural americano. Lástima que no ocurra con más frecuencia ya que estas escuchas siempre suponen una especie de ayuno beneficioso, sangría necesaria para tantas sesiones en las que la (sobre)producción y exceso instrumental campan a sus anchas, muchas veces alejando al oyente de la verdadera esencia de la música a la que pretende tener acceso, gozo y conocimiento.
Scott Dunbar ayuda a perder peso y mejora la salud del oyente. Hijo de un ex-esclavo (los antiguos romanos dirián "manumitido") nace en 1904 en la misma plantación de Deer Park en la que su padre ejercía tan noble profesión. Nos localizamos, por supuesto, en el sur más profundo de los Estados Unidos, condado de Wilkinson en el estado de Misisipí, estado que aún mantiene en una porción de su bandera el aspa estrellada del Sur, aquella enseña bajo la que lucharon entre 1861 y 1865 los estados "confederados", aquellos que apoyaron el mantenimiento de la esclavitud frente a esos otros "unionistas" del norte que defendían la abolición de tal lacra (actualmente vigente en muchos países, incluidos algunos de los considerados del "primer mundo")
Y si hago mención a la Guerra de Secesión americana es porque seguramente el joven Scott debió escuchar de sus antepasados más cercanos alguna que otra batalla relacionada con la misma, relatos de la confrontación entre los habitantes de un país con menos de 100 años de historia entonces, cientos de veces repetidos entre distintas generaciones que concluyeron en una lección final, la teórica liberación social de los afroamericanos, la ruptura de las cadenas que durante un siglo les atenazaron y que no llegó después de la Guerra a culminarse y, transcurrido más de otro siglo, todavía estaba por hacer.
Pero Scott era un buen chico y no se metió en problemas. Nada de reivindicaciones políticas (hasta los últimos 50 sus hermanos de raza negros no empezarían a dar los primeros pasos en favor de la igualdad de derechos), el alcohol lejos de su alcance por decisión propia, una única mujer que le dio seis hijos y trabajo como pescador en el Lake Mary del mismo condado de Wilkinson (cerca de Natchez, la población más conocida del condado), también complementado con la labor como "guía turístico" de la zona. Y, por supuesto para alegría y contento de los aficionados al blues, guitarrista e intérprete singularísimo de este estilo tan genuinamente afroamericano.
Huérfano de sus padres con apenas 14 años, Scott está fuertemente influido por el blues rural de su área geográfica y, ya cumplidos los 8, se fabrica él mismo una guitarra casera utilizando una caja de tabaco y el palo de una escoba, más unas cuerdas de alambre que pule con paciencia día y noche. Un par de años después es su mismo padre el que le compra su primera guitarra y, aunque Scott nunca supo leer música (tampoco las letras ya que fue siempre analfabeto), ya se vio casi con ánimo suficiente para lanzarse al fascinante mundo de la interpretación. Debería esperar, no obstante, algunos años más y ya en los primeros años de la década de los 20, Scott entra en contacto con una de las luminarias del "fiddle" de la zona, un tal Old Lee Baker que a partir de entonces será su mentor y protector musical.
Ya miembro oficial de la banda de Old Lee Baker, Scott inicia su recorrido por todos aquellos lugares del estado donde pueda ser escuchada su música, si bien nunca llegan a alejarse más de cien millas del mismo condado. Iglesias, porches de granjas, patios traseros de colmados, parkings, cementerios, bares de carretera, todos aquellos espacios tanto al aire libre como cerrados son testigos de las andanzas del grupo, y ésta escuela itinerante que dura casi treinta años hace de Scott un intérprete de gran prestigio local. Tanto que a partir de los primeros 50 decide independizarse.
El legado musical que Scott recoge e interpreta es básicamente el blues rural de los 20, 30 y 40, décadas en las que aun persiste en el blues la instrumentación rítmica básica de guitarra más el añadido de batería y, en el colmo de la sofisticación, algún piano de "barrel-house". Si a esto recordamos lo comentado anteriormente, el hecho de que Scott era lego en la lectura musical, nos encontramos con un intérprete que usa la guitarra muy de modo arcaico en cuanto al conocimiento técnico de los acordes, pero de una manera muy singular en lo que se refiere al tono que consigue del instrumento, una suerte de profunda reverberación acústica, muy primaria en cuanto a su ejecución, pero de una grandísima emoción melódica, y ello acompañado de su constante "stomping boot-heel", manteniendo el tiempo de la canción con el uso constante del golpe de su zapato en el suelo.
Éste "From Lake Mary" es el único disco oficialmente reconocido de Scott Dunbar. Inicialmente grabado en 1972 por el sello japonés (?) Ahura Mazda en sus estudios de Old River Lake, contiene un buen puñado de temas tradicionales que adquieren en los dedos y voz de Scott una interpretación muy singular. Interpretación que, al cabo de no mucho tiempo, tuvo su resonancia local y también nacional y que hizo de ésta grabación un acontecimiento de significativa importancia en el amplio mundo de la música blues. Temas instrumentales como "Memphis Mail" y "Richard Daley Blues", en los que Scott extiende el sonido de la guitarra hasta alcanzar un magnífico sonido similar al mejor "fiddle", todos los demás ya deleitándonos con su acusada voz de barítono, "Who Been Foolin´You", "Little Liza Jane", "Vicksburg Blues", "Forty-Four Blues", "That´s All Right Mama" y "Sweet Mama Rolling Stone", que me recuerdan a las muy primeras grabaciones del quinteto de Dartford, "Easy Rider", "Blue Yodel" y "Goodnight Irene", en todos ellos Scott haciendo gala de un excelente sentido del escenario, hablando a su público al principio y final de cada tema, haciendo con sus risas partícipes a los asistentes (se nota que son pocos, casi en familia) de sus ocurrencias. Una pura delicia agrícola, como me gusta decir con cierta frecuencia.
Ya aliviado después de la escucha del "From Lake Mary" de cualquier plus instrumental y/o de producción, como comenté al principio, limpio de todo exceso de grasa propio de arreglos extra en el estudio, vaciado el depósito de cualquier sedimento eléctrico, me dispongo en este mismo momento a volar como una pluma, me dejaré llevar por el croar solitario de los anfibios de Lake Mary y, a la primera voz del viejo Scott, echaré un nuevo tronco en la hoguera y miraré como el humo se aleja lentamente hacia los polvorientos caminos.
Me parece un disco esencial dentro de lo que es el blues del delta del siglo pasado, hace un par de años lo encontré en un blog y lo pude disfrutar; hay algo diferente en la manera de cantar y tocar la guitarra que no había escuchado anteriormente. El tema "Easy Rider" es una maravilla. Estupenda reseña, un saludo.
ResponderEliminarMe recuerda mucho a Son House por su simplicidad y "materia prima" bluesera, valga la expresión. Un gran disco, si señor.
EliminarGracias por tus comentarios Antonio.
Saludos,
Javier.