GRAM PARSONS "GRIEVOUS ANGEL"
Disculpen mi ausencia estos días atrás pero he estado viajando por la Rock And Roll Hall Of Fame, versión celestial. Y entre muchas cosas, que algún día si me permiten les contaré, tuve oportunidad de entrar en el conocido como Último Reducto del Olimpo Musical (MOLS en sus iniciales inglesas, allí el latín se perdió hace tiempo), una extensa sala VIP allá en la más elevada nube donde, entre suaves cojines de algodón blanco, aparecen tres tronos. En el centro se sienta Elvis, a su derecha Hank y a su izquierda Gram Parsons.
Les quiero decir que me sorprendió enormemente una especie de murmullo, parecido a un monótono rezo monjil, que recorre sin pudor las estancias de tan alto y singular lugar. Viene a decir algo parecido a que Gram "no está contento, no está feliz...", aun a pesar de su jerarquía celestial, debido a que en la tierra, que dejó apresuradamente hace 40 años el pasado día 19, se sigue sin reconocer su enorme aportación a la historia de la última musica popular, aquella que inició y consolidó el maridaje definitivo de lo antiguo con lo nuevo, el country de sus mayores con el rock de su generación, del cual él fue el padre y actor principal. Aquel que, como un orfebre entre los viñedos, fue más allá dando entrada en esta fusión a los estilos negros del soul y del gospel, creando esa maravillosa locura por él mismo bautizada como "Cosmic American Music". Y , a pesar de sus valedores terrenales Richards, Costello, Petty, Yoakam, Jayhawks, Crowell y otros, se sigue manteniendo entre la mayoría de los mortales su figura como la de un displicente niño bonito del Sur, lleno de pasta, cuya principal actividad consistía en ponerse muy ciego con Keith, mientras componía e interpretaba música en sus ratos libres y que, al final de su corta carrera, se autoinmoló en un escenario propio del último héroe romántico.
He elegido hoy el "Grievous Angel" entre la discografía de Gram por la demoledora similitud entre su título y la vida del artista. Podía haber elegido otra obra, todas ellas de gran calidad, unas más reconocidas que otras tanto en su faceta grupal como en solitario, pero al final he preferido acercarme al trabajo con el que Gram se despide de nosotros, la obra de "un poeta reconfortado por la mórbida lucidez que le permite ser consciente de su deshaucio" (Jaime Donzalo "dixit", Ruta 66 número 15, Febrero 1987). Mañana será otro día y su otro trabajo en solitario, "G.P.", entrará en los anales de este humilde blog.
Y es que, damas y caballeros (parece que se me empieza a pegar el aroma aristocrático del rancio Sur), aun sabiendo que puedo entrar en tópicos al uso, ya no se fabrican músicos como Gram Parsons. Su propia historia, y con ella su apéndice musical, bien hubiera merecido el protagonismo en las mejores obras literarias de Faulkner, Williams, O´Connor o el último Corman McCarthy. Heredero de una vasta fortuna, su infancia y adolescencia transcurren entre las soleadas y húmedas tierras de Florida y Georgia. Educado en los mejores colegios de la zona, aficionado a la música desde temprana edad, interpreta con aplomo al piano las rancias melodías sureñas cuando apenas cuenta 9 años, además de versionear las canciones de su primer ídolo Elvis, al que ve en concierto ese mismo año 1955, y compone su primera canción, "Gram Boogie", titulo acorde con el sentimiento de felicidad y plenitud que debía entonces llenar la corta vida de nuestro artista.
Pero la caprichosa historia se tuerce unos pocos años después debido a las muertes traumáticas de su padres, él volándose la tapa de los sesos en 1958, su madre de cirrosis aguda un año después. A Gram, que había adoptado el apeliido de su padastro, un tal Robert Ellis Parsons, arrisbista de Nueva Orleans que, según comentaban las comadres del lugar, había sido colaborador del infame Batista en Cuba, además con fama de granuja, oportunista, gígolo y borracho, el mundo se le cae en pedazos y, afortunadamente, encuentra en la música una vía de escape que le salvará momentáneamente.
Sus siguientes pasos musicales se dan en esa difícil época. A principios de los 60 es el líder de agrupaciones de corto recorrido, The Pacers, The Legends, The Rumours, utilizando el rock´n´roll y el rythm & blues como su banderín de enganche estilístico, hasta que en 1964 aterriza en la Gran Manzana. Allí, impregnado por el aroma folk de la época, intenta despuntar con bandas como The Village Vanguards y The Shilos, conoce al Richie Fury que, junto a Stephen Stills, merodeaban también por los cafés del Village. Se instala en el Bronx, con su última agrupación de entonces Gram Parsons And The Like, mientras los fondos económicos siguen llegando sin pausa. Su estancia en el Norte se extiende hasta la primera mitad de 1967. En septiembre del año anterior entra a estudiar Teología en Harvard, centro que abandona al poco tiempo sabedor que no es lugar para él. En el cercano Boston tiene oportunidad de asistir a un concierto de Merle Haggard, intérprete que le influirá mucho posteriormente y conoce a un tal Brando DeWilde, actor muy joven famoso por su aparición en el "Raíces Profundas" junto al siempre repeinado Alan Ladd, y que ya instalado en California a finales de 1967 le presentará allí a lo más "hip" de la zona.
Pero antes de su marcha a la dorada California, Gram ya muy imbuido del estilo country, y más aun, de su variante Bakersfield, aquella que desarrollara el gran Buck Owens (con la ayuda de Merle) en la localidad californiana del mismo nombre, y que se basaba en electrificar fuertemente con guitarras Telecasters y Mosrites sus acordes para conseguir un sonido que entonces llamaban "freight train", un "honky-tonk" metalizado contrario a las babosadas pop que entonces primaban en el Nashville de la época, y que se llegó a conocer más tarde como "country and western", reúne a antiguos colegas de Florida y de Nueva York para formar una nueva banda, la legendaria International Submarine Band. La jugada no le sale a Gram como quería. ¿Un grupo con nombre psicodélico tocando country?. Los oyentes neoyorquinos pudieran estar en 1967 acostumbrados a los colocones de hierba o ácido, pero la propuesta de la I.S.B. era demasiado fuerte para las audiencias del East Village o los estudiantes bostonianos. "Ningún gustito pa´ mis orejas", como diría el gran Raimundo Amador de "Gerundina" muchos años más tardes.
Quedamos pues en que Gram con su banda I.S.B. vuelan hacia California en el verano de 1967. La llamada de su amigo Brando DeWilde, instalado entonces en Los Angeles, ante la perspectiva de participar con una canción en una película, la famosa "The Trip" junto a Jack Nicholson y Bruce Dern, les abre la vía de acceso. Peter Fonda se encargaría de convencer al director Roger Corman.
Uummm..., ¿una banda de country pretendiendo aterrizar en la California del paraíso hippy? Las expectativas no eran en principio demasiado halagüeñas, pero eso es algo que examinaremos con mayor detalle en el segundo capítulo. Mientras tanto, suena incesantemente en mi receptor ese maravilloso "Brass Buttons" del:
"My secret thoughts known only by a few
It was a dream much too real to be leaned
Against too long
All the time I think she knew"
Gram rememoraba a su desgraciada madre..., y la pasta seguía llegando a chorros.
ansioso por la continuación de la historia del bueno de Gram. A mi gusto con gene Clark y roger Macguinn los creadores de lo que hoy se llama Americana
ResponderEliminarSi, Gene y Roger son también dos grandes padrinos de la americana.
EliminarGracias y saludos,
Javier
Maravillosa entrada de uno d los musicos mas influyentes de la historia
ResponderEliminarSu influencia es ENORME, y lo seguirá siendo, pero sin embargo que pocos lo mencionan...
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Estupenda entrada, espero impaciente el segundo capítulo...
ResponderEliminarPues habrá una tercera y última parte.
EliminarGracias y saludus,
Javier.
Genial post, continúo con la serie. me encanta Gram parsons aunque no lo conozco todo lo que debiera. Saludos
ResponderEliminarGracias Chals. Eres un chaval, todavía te queda mucho tiempo para conocerle bien.
EliminarSaludos,
Javier.