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5 dic 2025

GONZALO ARÓSTEGUI: "EXTENSIÓN Y FURIA DEL RELÁMPAGO"

 


Tengo un libro en las manos, sobrepeso su materia, acaricio las tapas, me abanico entre sus páginas, intento recuperar esas esencias de aires olvidados. La fotografía de la portada - sobre el perfil de una sierra ruge un relámpago entre nubes psicodélicas - se asemeja a una imagen bíblica. Es este el último libro de Gonzalo Aróstegui Lasarte, "Extensión Y Furia del Relámpago", un poemario que recoge y extiende su creación poética

Conozco a Gonzalo Aróstegui desde hace ya más de una década, nos unen vínculos profundos, el amor mutuo por la música, un ideario político similar, el compartir la escritura como expresión de nuestra cultura y auto-educación secular. 

No obstante, después de (re)leer el libro de Gonzalo me asalta una duda inevitable: ¿conozco realmente a Gonzalo? Por las páginas de este poemario transita un personaje muchas veces reflejo de su propia experiencia, oscuro, duro, protagonista de una realidad ciertamente cruda. Interrogante más patente, si cabe, para aquellos que teníamos una idea preconcebida del protagonista: divertido, ocurrente, animoso, compañero ideal en cualquier quedada entre amigos cercanos.     

Antes de entrar en materia (algo que puede poner en solfa la calidad del analista) suelo repasar mis últimas lecturas poéticas, no vaya a ser que, por la escasez de referencias (como suele ser el caso) se encuentre uno en situación precaria. Tan solo una me viene a la memoria recientemente, el "Romancero Castellano, Cancionero de Romances", (Edición Amberes: 1550, Biblioteca Castro, 2004) leído el año pasado. Muy poca cosa (aunque no por la envergadura literaria de la obra mencionada) para un supuesto crítico literario.

Me permitirán Vds. que me sirva de la idea central del concepto de romance, "la épica", como nudo conector entre las diversas partes en las que se confecciona el poemario de Gonzalo.

Subdividido en cinco apartados. "Aforismos, Observaciones y Consideraciones", "Amor", "Arte", "Política" e "Infancia", concluye el poemario a modo de epítome con el mismo título del libro, "Relámpago"

He creído encontrar en buen número de los poemas pertenecientes a "Aforismos...", pues, una suerte de épica. Épica del desasosiego, en la mayoría de ellos late un submundo de desazón, de inquietud ante una experiencia vital negativa, adversa, el paso del tiempo enfrenta al protagonista ante un escenario no deseado, hemos perdido la ingenuidad de la infancia. "Hay simplemente miedo, hastío / Incapacidad y extrañamiento" ("Destrucción"). También late, aunque más moderada, una épica esperanzadora: "Son solo momentos / En los que te vienes arriba / Aunque te aferres a ellos / Como a la mirada de tu hijo" ("Cierta Esperanza")

En "Amor" - yo, perverso seguidor de La Diosa Blanca - me encuentro más cómodo. Configuración en esta parte que se estructura en base a varias ideas: la excelencia de la imagen del cuerpo femenino, la batalla entre deseo, tentación y fidelidad, el dolor y la tristeza como fruto de esa batalla y, finalmente, un arrebato de esperanza en uno de sus últimos poemas ("Aquí y Allá (Hombre Mirando por la Ventana"): "Esperando un nuevo paseo / que cercena mi angustia / me acerque a la ventana / distinga a mi homólogo / me dirija hacia ella / y le vuelva a susurrar / TE QUIERO".

En "Arte" y "Política" Gonzalo hace recuento y homenaje a sus artistas favoritos, músicos, bandas, pintores, escritores; entre estos últimos destacaría el poema "Maria Guivernau" en el que cede el paso a la propia voz de la poetisa. "Que morderá mi carne / disfrazado de ternura"... "Y ya no me hablan más tus ojos / en esa imagen que contemplo", hermosísimos versos, todo un detalle por su parte. En "Política" se rinden honores a figuras como Salvador Allende, Rosa Parks, mártires de la Guerra Civil como Maravillas Lamberto o las viudas de Sartaguda, las víctimas del 11 de Marzo de 2004, las hermanas de Franz Kafka, asesinadas por los nazis. Queda también espacio aquí para las reflexiones propias repudiando el sionismo, la explotación capitalista, el empleo precario, la situación del emigrante. Rechazo, también unánime, frente al abandonismo de buena parte de la ciudadanía frente al auge del fascismo. Efecto llamada a la concienciación y a la necesidad de la movilización política.

 En la postrera parte, "Infancia" prima la idea de introspección. Excelente la construcción formal del primer poema "Intermitente", ese "tic tac" marcando el traspaso del tiempo entre la infancia y la madurez. Emocionante el homenaje a su compañero colegial en "Carta a Godo", ese "E intento que no haya pena / En el recuerdo / ... Si no alegría por aquella infancia / ... Que continuó con tu sonrisa" viene a demostrar el potente anclaja de la experiencia juvenil en el autor. Conmovedor. 

El último título homónimo de "Relámpago" cierra el poemario. La ley del "eterno retorno" ha cumplido su premisa. Hemos leído el libro, hemos asimilado la experiencia del poeta, su sentido de la soledad:..."Estás solo / Nunca olvides / La última de las razones"..., enfrentado a su soledad, también existe la misma sensación para el lector.

Un breve apunte para finalizar. El lenguaje empleado por Gonzalo es el de prosa poética, no sigue "stricto sensu" la estructura formal de la poesía lírica. Este echo facilita tanto la propia lectura del poemario como el hecho de "encontrarse" con el poema de sopetón, entre versos aparentemente inócuos, simples, cercanos, alejados de una floritura sin cuento, fácilmente. Rememorando aquí al poeta inglés William Blake en su "Augurios de la Inocencia":... "Ver un mundo en un grano de arena / Y un cielo en una flor silvestre / Toma la infinitud en la palma de tu mano / Y la eternidad en una hora". Es en esa misma hora en la que hemos leído el libro cuando ocurre. Somos eternos. 

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