ANDWELLAS DREAM "LOVE AND POETRY"
Alguien sostenía las ondas calientes del jardín. El viento seco del aperitivo golpeaba el toldo naranja del vecino de enfrente, mientras la barra de carga soportaba sus embates me dispuse a escuchar los dos primeros álbumes de The 13th Floor Elevators. Rocky Ericson había desaparecido unos días antes y decidí rendirle algún tipo de homenaje. Extraje de la misma estantería "The Psychedelic Sounds" (International Artists, 1966) y "Easter Everywhere" (Get Back Rcds, RE, 2001) con la intención de recuperar algunas lecciones olvidadas. Me exigí no rebajar a la banda tejana, dejar de tratarla como una mera referencia de los buenos tiempos pasados, incluidos en el cartel de las mejores formaciones del garaje psicodélico americano. Su archiconocido muro tut-tut de sonido pareciera a veces que chirría, otras veces se tornaba en una originalidad agradable. En algunos de sus surcos (no todos están preparados para ello), se esconden sabrosas vulvas de acid y garage.
Llevaba días intentando recuperar la sección de RAREZAS, así que acudí a la base de datos y me planté presto en la A, decidí no pasar de ahí. Dos discos se disputaron la corona, al final opté por la primera y más conocida obra de Andwellas Dream, ("Love and Poetry", Lightning Tree Rcds, RE 2006), originalmente editada por la CBS en 1969. Tenía muchos más datos de la otra banda, de Arcadium, pero la sensación que me causó la escucha de su "Breath Away" (Akarma Rcds, RE 2003) fue algo empalagosa. A estas horas sigo planteándome la oportunidad de la decisión final; creo que Andwellas Dream, en buena ley, no debería ser protagonista de ninguna sección llamada "Rarezas",... su "Love and Poetry" es una de las más celebradas grabaciones de psicodelia inglesa de los últimos años sesenta, una obra y una banda que se suponen conocidas por la mayoría de los aficcionados cultos. No, definitivamente no merecía ser rebajada a tal condición.
Busqué y rebusqué datos de la banda norirlandesa, aproveché para recuperar tiempos felizmente pasados entre revistas, desempolvé antiguos apuntes sobre links musicales relacionados (maravillosa la página web de pooterland, gran descubrimiento el blog johnkatsmc5), me entretuve entre los box-sets de la "Rubble Collection" (¡vaya!, me faltaba el segundo volumen, el que incluía los números del 11 al 20, allí donde precisamente aparecía Andwellas Dream) El texto oficial más relevante lo saqué del "Tapestry of Delights" de Vernon Joyson, en apenas un cuarto de página contaba la historia de la típica banda con talento abocada al fracaso, no por la falta de oportunidades (que las tuvo), sino por la ausencia continuada de reconocimiento general. De Dave Lewis, el principal compositor y líder de la banda, se ofrecen al lector interesado datos de obligada referencia, llegó a colaborar con Demis Roussos.
Admito que me costó no tirar la toalla. Varias razones me convencieron al final de no hacerlo, dos de ellas aparentemente importantes; una, la obra gráfica de C. Nevil Boussmayeff, de atractivo kitsch oriental en portada y contraportada del disco (esta segunda le confronta una conseguida nebulosa psicodélica), además la del equipo de diseño (a los que en justicia se les hace mención en los créditos, Lizzie Stilgoe y The Sons of Saturn); la segunda, una copia de la factura de compra (Diciembre de 2006) y el catálogo del vendedor, The Freak Emporium; me emocionó comprobar como pague por los portes desde Inglaterra el mismo precio que por el disco. Las otras razones pudieran parecer meras tonterías; indicar en los créditos Side 1 dos veces y no escribir correctamente el apellido del productor Rocky Shahan, bajista paquistaní miembro original de The Konrads (banda que incluyó en su primera formación a David Bowie), pero ninguna de ellas fueron argumentos suficientes para devolver el disco a su lugar de origen.
¿Cabría aquí hacer un inciso y reconocer la influencia beneficiosa de una inesperada aparición? Ocurrió a lo largo de diferentes momentos de una noche de insomnio. Vi caer una lluvia granizada de meteoritos humeantes, la tierra se resquebrajaba y desde sus entrañas surgían ruinas olvidadas, bajo el arco de una abadía demolida se protegía una mujer joven (su parecido con la dama de Shalott era patente), Júpiter parecía lanzar rayos desde su larga melena dorada. De inmediato deduje que podría utilizar su imagen como la de una diosa protectora, quizá también como musa inspiradora de un texto que se me escurría entre bocanadas de sueño atrasado. Quise levantarme para tomar alguna nota pero lo avanzado de la noche me retuvo encadenado a la cama. Al cabo de pocas horas supuse el influjo de los diarios de Mina Harker, la mano que mece la cuna en el "Dracula" de Bram Stoker, la impura visionaria que guía a sus compañeros tras las huellas de un vampiro en retirada hacia su castillo de Transilvania.
Me permitirán que hable de algunos apuntes recopilados en la cada vez menos libre red. Los escasos links interesantes en los que se encuentra alguna referencia a Andwellas Dream son "Irish Rockers, Irish Bands and Irish Rock Music Throughout The Decades", una magnífica página web donde cabe además gran parte de la información de interés sobre Irlanda y su escena musical y "Message For Love fans", proveniente de una página no oficial de la genial banda californiana. Allí se habla de The Methods como embrión de la primera formación en Belfast, su lugar de origen. Creada por Dave Lewis, ya hablamos de él, a mitad de la década de los 60, compositor de talento, guitarra y teclados. Le acompañan Nigel Smith al bajo y Gordon Barton a la batería. Se trasladan a Londres en 1968 y se dan a conocer actuando en el circuito de clubes de la ciudad. Cambian su nombre a Andwellas Dream, graban su primer Lp "Love And Poetry" para CBS en 1969 y otros singles a continuación con el mismo sello, algunos provenientes del mismo disco. Conocidos entre la audiencia más fiel, sus temas gozan de cierto éxito pero no el suficiente para asegurarles el apoyo continuado del negocio. Aunque logran grabar dos discos más los años 70 y 71, con el sello Reflection Records ("World´s End" y "People´s People") y ya con el nombre acortado a Andwella, su trayectoria culmina definitivamente un año más tarde. No es un gran historial. Quizá el prescindir del Dream les jugó una mala pasada.
Esta parquedad biográfica queda felizmente contrapuesta por la amplitud y grandeza del contenido de su primera obra. 13 temas en total que se ofrecen al oyente en una suerte de radiante combinación entre psicodelia de potentes riffs de guitarra, base rítmica roquera, un folk de vientos rurales y cosmopolitas teclados jazzy. En "The Days Grew Longer For Love" los riffs de guitarra contienen poderosos fogonazos proto-heavy, en la siguiente pieza, "Sunday", el fuerte ritmo roquero se complementa con la flauta hindú de Bob Downes, instrumentista invitado a la grabación (respetado estudioso de las variantes rítmicas asiáticas). En "Lost A Number, Found A King", los vientos de Downes se mueven entre un ambiente de folklore ensoñador, hay incluso texturas de la dinastía Ming. Mientras "Man Without A Name" arrima al oyente hacia riberas de un pop psicodélico, más en la onda Procol Harum, "Clockwork Man" lo hace hacia las planicies de Traffic, en ambos casos el desenlace es preciso, elegante. "Cocaine" cierra la cara A y aquí los teclados de Dave Lewis recuerdan los mejores momentos de Brian Auger con su Trinity, uno se transporta sin dificultad al efervescente escenario jazz de la Praga de Alexander Dubcek.
"Shades Of Grey" comulga en el mismo altar, riffs potentes de guitarra, esta vez más envueltos por una atmósfera que encuentra en la ingenuidad de su melodía su mejor valor. "High On A Mountain" suena a los injustamente olvidados The Smoke de "...It´s Smoke Time" (Metronome Rcds, 1967) en su etapa alemana; un pop aguerrido, eléctrico y bizarro, sus primeros acordes, los puentes, retrotraen al oyente al primer vigor adolescente. "Andwella" nos invita a un cocktail donde la guitarra y los teclados quedan perfectamente combinados, de su sonido surge un sabor muy en la onda Graham Bond Organization. "Midday Sun" tiene su necesario toque Beatles, también suena a Donovan, la melodía se alimenta de la fructífera cosecha inglesa en la última década mágica. "Take My Road" apuntala lo que ya viene siendo patente para el observador, la vertiente pop se ha hecho con el poder, los arreglos y la orquestación confirman este feliz hecho. "Felix" contiene un diáfano recuerdo de aquel guateque antológico, han dejado de sonar los temas más conocidos, las parejas se dispersan por el salón, el improvisado dj pone en el plato este single (el más radiado y conocido de la banda norirlandesa), solamente los más interesados se le acercan, maravillados ante la belleza hermenéutica de la canción le preguntan por el grupo, él les mira con una mezcla de orgullo y displicencia. "Goodbye" cierra el disco, igual que "The End" cerró el "Abbey Road", no puede haber final más conmovedor.
Confío en que pueda finalizar mi labor manteniendo todavía el interés del lector, cerrar con un breve brochazo algún comentario sobre los textos de Dave Lewis. Abro las ventanas y dejo que el aire limpio de la mañana suene a cuartetos de cuerda. Dudo de entrada si inclinarme por el ambiente de un Londres entonces pletórico (poco antes de su llegada se había celebrado el "14 Hour Technicolour Dream"), o por el influjo de la inexplicable belleza de los cementerios en su Belfast natal. Existen ciertas pistas que confirman mi preferencia por la segunda opción, parece que la hipnótica lectura de novelas góticas inglesas ha dado sus frutos. Los cementerios se mencionan en "Lost A Number, Found A King", la figura femenina, enigmática y sin alcance, se manifiesta en "Andwella", el paisaje romántico en "Midday Sun". En "Felix", la ambivalencia homoerótica,... en "Cocaine", un texto que anticipa el de J.J. Cale (y la posterior y exitosa versión de Eric Clapton), Lewis habla por primera vez de la droga, una visitante inesperada, la nueva dueña de la habitación, admito que por entonces lo que más me interesaba eran los efectos del laúdano.
Hola Javier.
ResponderEliminarNo hay ni que mirar la fecha del disco, pues se ve a la legua que es de 1969, año en el que los antiguos estilos como el beat, el freakbeat o la sicodelia estaban agotados y los grupos debían buscar su camino, unos aferrandose a los viejos moldes y otros tratando de dar un paso adelante, con resultados variopintos.
Este disco es un buen ejemplo de esto, de hacia donde tirar y se nota, pues parece que sean probatinas para decidir su futuro.
Los dos primeros temas son espectaculares y piensas que estas ante una obra maestra, pero cuando a la tercera ya aparece esa interminable parte de flauta, nos vuelve a la realidad y vemos que es un disco de búsqueda, los siguientes temas se vuelven bastante modorreros, aunque eso sí, de vez en cuando hay unos muy brillantes destellos con partes muy buenas, así hasta el penúltimo en el que de nuevo nos deleitan con un temazo como sin duda es "Felix".
Tengo curiosidad por escuchar sus siguientes discos para ver por donde tiraron.
En fín, para mi es un disco muy irregular, pero viéndolo como un disco de debut creo que tiene su mérito.
Saludotes
Jose
A mí me parece que el disco mantiene un muy buen nivel durante toda la grabación, con altibajos, pero sin que quepa considerarlos modorreros, me parecería muy injusto calificarlos de tal manera. Pero bueno, para gustos, ya se sabe. Sus siguientes dos discos no los he escuchado, pero por las críticas leídas están bastante por debajo de este "Love and Poetry".
EliminarSaludos y gracias,
Lo resumen muy bien José. Es una clara muestra del espíritu de aquel final de década, a medio camino entre psicodelia, rock progresivo y lo que se les iba ocurriendo, pero aun así es un gran disco. El problema, como siempre, es el exceso de oferta que había por entonces: no se podía estar a todo. Bueno y también la CBS tiene su parte de cuelpa, porque prácticamente no se gastaron un duro en promoción.
ResponderEliminarCreo que hiciste bien eligiendo a estos en vez de a Arcadium. Tú lo defines como "empalagosos", que también; pero además me resultan un poco depresivos, oscuros por momentos y un tanto aburridos. Es otro clásico menor, no lo discuto, pero cansa.
Saludos mil
Si, creo que la elección de Andwellas Dream fue más acertada. Es una obra más colorista que la de Arcadium, que peca de ser un tanto lineal, aunque tiene buenos momentos. Para mí, una de las lecciones de este disco es la de haber encontrado a un artista como Dave Lewis, compositor de talento. Su posterior carrerá así lo vino a demostrar.
ResponderEliminarGracias y saludos,
Javier.
A mí me parece un disco bastante “apañao”. Con sus altibajos, claro, pero eso es lo normal. Hay algunos que son alérgicos a las flautas y vientos varios, no soy de esos. Aunque cuando se acercan al progresivo me echan un poco para atrás, pero en general es un disco disfrutable. Y si encima vas leyendo el relato, encuentras detalles desde otro punto de vista distinto al tuyo. Y eso enriquece la escucha ¿no?
ResponderEliminarSaludossssssssss
Gracias Bab, bueno "apañao", "apañao"..., algo más diría yo. Es una obra notable por su sencillez de claroscuros, nunca pretende demostrarse en su totalidad, y sin embargo afianza el nivelazo de la música inglesa de la época.
ResponderEliminarSaludos,