JONATHAN WILSON "FANFARE"
Al inicio del verano, recién pasados los días de la festividad del fuego, cuando los necesarios augurios quisieran llegar tan altos como las llamaradas, y el humo y los rescoldos en la tierra propician el abono benefactor para las próximas simientes. También las ruedas prendidas de paja y alquitrán ardiendo, descolgadas y rodando desde lo alto de las montañas, cabalgando sin rienda hasta el frescor de las nuevas llanuras verdes, anunciando una nueva suerte de revolución campestre. Tal es así el papel de una Naturaleza a la que quiero hacer más viva, más impactante, por la acción de un propósito, cómputo feliz de muchos siglos y generaciones pasadas, ineludiblemente imbricado en el juego de la vida y de la muerte. Y la breve espadaña en el jardín, afilada su punta por el reflejo de un sol verde, acoge el aire bueno que sigue a la tormenta. Muere Junio y empieza el verano.
Comienza también la tarde y siento su pesado ADN caer mientras suena el "Fanfare" de Jonathan Wilson invitándome a descalzarme, a sentir el calor en las plantas de mis pies que se elevan en burbujas de leves colores. Hay un sedimento de polvo acumulado entre las estrías y huecos de la madera, una brevísima patina de vuelos de moscardones que han recorrido, días antes, ese mismo territorio en el que ahora me encuentro. Voy, estoy, buscando, redescubriendo ese antiguo camino que hace muchos años dejé semioilvidado, cuando en otros ámbitos del verano escuchaba a Pink Floyd con la reverencia del neófito. Suena la música pero, en verdad, suena el silencio del primer verano recordado. Aquel que surge en el trasfondo de tantos sueños (siestas) al fragor de una temperatura narcotizante, una brisa que alimentaba un corazón sosegado, a punto de considerar el mundo como una celebración interminable de sabor a pipas de girasol y olor de trilla. "Dear Friend", me invita a reconciliarme con el tiempo pasado.
"Her Hair Is Growing Long" (como el mío ahora), una suerte de acogimiento para que la brazada airosa de todas las mujeres a las que admiré no quede relegada al mero vaivén de la memoria, sus cabellos ondulando bajo puentes de lino y esparza. "Love To Love" me encuentra cogiéndote de la mano, la que sabe a pan y a sal, recreando contigo un arco voltaico de estrellas en los cines de barrio, sandalias de cartonaje bíblico entre las que copulaban los saltamontes, tus axilas limpias reflejando sombras de un erotismo aun no comprendido. "Future Vision" abriendo puertas y prados de olor de lluvia. Un tic-tac apenas controlado por la caída de una y otra gota de rocío entre las zarzas, las moras de un rojo coagulado al alcance de tus labios medio abiertos, aquellos por donde escapaban esas palabras que nunca te oí decir. Y "Moses Pain" era esa mies vista desde el espantapájaros, la visión de sus ojos de trapo alcanzaban hasta los confines de John Steinbeck, ese horizonte de doradas espigas jamás sometidas, susurrando el primer eco del folklore sureño, tantas veces después amado.
He sentido la instantánea dulzura del campo, la de Neil Young, cuando me dejaba arrastrar por las melodías de "Cecil Taylor" y de "Illumination", un aire rubio y caliente sobre el que vuelan unas pocas nubes de algodón, una quietud de mariposas que revolotean entre espinas, lentas como un tiempo casi detenido, mi madre desde el porche tejiendo el jersey del nuevo hermano, mi padre acariciando las cabezas de los mastines que olían a la Castilla de Oklahoma. Ya mayor, muchos años más y a punto de padecer el maravilloso presidio del amor, rodear mis brazos y manos con bucles eléctricos hacia el viento, cercano ya de las experiencias narcolépticas que tanto me enseñaron. "Desert Trip" es ya el viaje hacia el interior, a la orilla y al barro de las ranas, y cuando se abrían sus ojos y me miraban sentía el espanto de ser yo el que profanaba su santuario, una pequeña cabaña sobre el agua, la caña de pescar y los pies descalzos, como ahora.
Es el color de la piel, salpicado por lunares de almendra, el que deseo perpetuar en esta tarde, en su tono cetrino y en su presencia descarada, simplemente. Ya el sol empieza a correr el velo de las cortinas y "Fazon" me saluda desde la distancia. Es un sonriente último rayo el que se cuela por la buhardilla, unas veces brillante como un haz de trigo, otras apagado por la penumbra de un cielo caprichoso, un cielo de finales de Junio. Me conmueven las despedidas de "New Mexico" y "Lovestrong", como cuando abandono una casa antigua, grande, llena de recuerdos, también de olvidos, aquellos que te llaman en las esquinas, que invitan a quedarte un rato más. Crujen al final las maderas en borbotones pálidos, hierve húmeda una chimenea hace muchos años apagada, el sonido del piano parece que desenreda las telarañas, una ventana entornada golpea contra su marco carcomido. Hay un chasquido final de libélulas. Calma chicha.
Un tipo llamado a hacer grandes cosas en solitario, con una carrera de producciones y colaboraciones musicales excelente: Roy Harper, Dawes, Chris Robinson, Bonnie Prince Billy y hasta con el mismísimo Elvis Costello...el tema "Dear Friend" es uno de los temas que más escuché en su momento. Saludos
ResponderEliminarYo ya soy seguidor suyo, inquebrantable y a la primera. Eso dice mucho del artista.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Un buen disco para el verano pero que salvo la portada con ese cielo azul parece de otoño. para quienes huyen del calor
ResponderEliminarBueno, es que me enrollo con cualquier idea, y como hacía calor ese día...La verdad es que es un disco sin estaciones fijas, las tiene todas dentro.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
El año pasado cogi este disco con mucha fuerza pero se evaporo enseguida y hace meses que no lo pincho, despues de leerte me dan ganas de volver ha hacerlo y lo hare.
ResponderEliminarSaludos.
Para mí es de lo mejor que he escuchado últimamente sin duda. Tiene una riqueza descomunal.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Javier , muy buena literatura para envolver este maravilloso disco.
ResponderEliminarJonathan Wilson , compone una gran obra maestra gestionando perfectamente las claras influencias de su música: Pink Floyd (en Fanfare) ,The Beatles/Steve Miller (en Dear Friend) Crosby Stills and Nash (en Cecil Taylor), Traffic, Beatles, Tom Petty ( en Love to Love), Neil Young (en Illumination), Steely Dan (en Fazon), y Dylan con final Bob Seger en una de los himnos del disco (Moses Pain). Sublime .
Totalmente de acuerdo en tus apreciaciones Jordi..., maravilloso disco, gran obra maestra y sublime. La lectura de tu entrada hace ya algunos meses me decidió para comprarlo. Gracias pues.
EliminarSaludos,
Javier.