Enfilamos quilla a los cachones, nos deslizamos en el mar
Divino, e
Izamos mástil y vela sobre aquella nave oscura,
Ovejas llevábamos a bordo, y también nuestros cuerpos.
Desechos en llanto, y los vientos soplaban de popa
Impulsándonos con hinchadas velas. (1)
Clive Harold Palmer comenzó un viaje iniciático desde Glasgow hasta Kabul después de la grabación del primer album homónimo de The Incredible String Band en 1966. Me gustaría imaginar su travesía desde Dover a Calais, apoyado en una gran balaustrada de proa, mientras un viento frío y húmedo como la sidra vieja azotaba su cara y, aunque sus pulmones aun no aspiraran el perfumado humo de Oriente, también me deleitaría ideando un escenario semejante al del viaje de los cruzados ingleses en el siglo XIII. El mito de la reconquista del Jerusalén mancillado por el Islam, contiguo a la peregrinación de un joven músico de 23 años buscando algún nuevo origen en la música.
Comienza así, él aun sin saberlo, la fascinante expedición que animará el segundo trabajo de una de sus posteriores bandas. Hablamos de COB (Clive´s Original Band) y de su postrer disco de 1972, "Moyshe McStiff and The Tartan Lancers of The Sacred Heart", un viaje de ida y vuelta que nos transportará por la Baja Edad Media, el Afganistán libre entonces de rusos y yihadistas, la India de Indira Gandhi, el refugio en Rodas de los Templarios y, ya de regreso a Albión, la campiña y la costa de Cornualles. Nada importan los distintos siglos que nos sirvieran como decorado histórico, todos ellos estarían mezclados en un cúmulo de acontecimientos que, paso a paso, formarían el germen de una de las obras más singulares en la crónica de la música folk inglesa. Esta es la breve historia del viaje de vuelta y el establecimiento de Clive Harold Palmer en la bella región meridional inglesa.
Estamos ya en 1968 y el flaco y espigado Clive, aquejado también de cojera sistemática (lo que le daba una figura más avejentada de la que realmente tenía), se muda a Penzance, el pueblo costero más sureño de la península de Cornualles. Allí, al abrigo de un ambiente típicamente marino y campestre, se habían establecido desde principios de la década de los 60 comunidades de artistas e intelectuales beatnicks que otorgaban al entorno, con el beneplácito de la mayoría de los habitantes oriundos, un ambiente de cierta liberalidad de costumbres, excentricidad calculada (tan querida por una parte de la sociedad inglesa) y refugio frente al conservadurismo imperante. Clive, un músico ya de relativo prestigio por su primera pertenencia a The Incredible String Band, se dedica a la fabricación de instrumentos musicales de cuerda y viento y, en el aspecto artístico, se deja ver con su antiguo camarada Wizz Jones en el Folk Cottage de Mitchell, uno de los pocos y singulares clubs de la zona.
Al calor de ese Folk Cottage irán paulatinamente apareciendo músicos como Henry "the jug" Bartlett y Pete Berryman con los que, acompañados a la voz de Jill Johnson, formaría poco después The Famous Jug Band, formación que grabaría un único album, el "Sunshine Possibilities", con el sello Liberty en verano de1969. A partir de ese momento no se disponen de demasiados datos de nuestro personaje ya que, parece ser debido a problemas personales, se ausenta una corta temporada y deambula por las calles de Londres y Edinburgo. A su vuelta a Cornualles el resto de la Famous Jug Band ha decidido, de forma unilateral, prescindir de los servicios de Clive y éste determina embarcarse en otras aventuras. La primera es la formación, junto a sus amigos Mick Benett (voz), John Bidwell (banjo y guitarra) y Tim Wellard (guitarra), de la banda The Stockroom Five que, bajo la influencia de la corriente folk americana, se aplican en dar su versión del country de raíces apalachianas. La segunda intentona, ya en la primavera de 1970, nos presenta al trío de Clive, Mick y John al frente de un nuevo grupo, The Temple Creatures.
Importante destacar a estos últimos mencionados , The Temple Creatures, ya que no solamente van a suponer el eslabón entre The Stockroom Five y COB, también van a constituir el antecedente más próximo y directo del sonido de la futura Clive´s Original Band. Aparecerán aquí por primera vez las influencias orientales (extensivo incluso a la ascendencia ruso-eslava y árabe) en la música de la banda, tanto respaldada por los viajes a la India y Afganistán de Clive como por las numerosas excursiones realizadas a Marruecos por Mick Benett. Esta presencia externa, felizmente asimilada por ambos músicos (y muy novedosa en el folk europeo de los primeros 70), no se circunscribe exclusivamente al espíritu y nervio propiamente lírico de las áreas geográficas que abraza, si no que también cuaja indefectiblemente en unas playas y orillas, las de la península de Cornualles, donde el anterior ascendiente tolerante de la comunidad beatnick ha abierto la puerta a la inmediatamente posterior congregación hippy, propensa a abrazar el más extravagante y remoto influjo étnico.
No sería justo avanzar hacia el siguiente capítulo en la formación ya definitiva y desarrollo musical de COB (Clive, Benett y Bidwell) sin hacer una breve mención a la familia de Denys Val Baker y del compositor Ralph McTell. Los primeros, núcleo cenital del escritor del mismo nombre y pater-familias a la vez de una extensa familia artística y proto-hippy, porque significaron el pesebre hogareño de gran cantidad de músicos en la escena mid-sixties de Cornualles, no lo olvidemos, por entonces zona emparentada con los efluvios lisérgicos y liberadores de la lejana California. Hay documentos gráficos de la época (1970), en las que aparece la heredad de los Val Baker, The Sawmills (un delicioso paraje en la orilla del río Fowey), convertido posteriormente (1974) en encomiado estudio de grabación; el segundo, Ralph McTell, músico, autor lírico y amigo de Clive desde su desembarco inicial en Cornualles además de, no menos importante, enlace, gracias a su manager Jo Lustig, con los más prestigiosos sellos discográficos de la ciudad de Londres.
En 1971 éste mencionado Jo Lustig firma un contrato con el sello CBS para proveerle de material enmarcado en lo por entonces se empezaba a conocer como folk progresivo. Ralph McTell ofrece a Clive, Mick y John la posibilidad de grabar un album y estos, ya por primera vez con el nombre de COB, Clive´s Original Band (aprovechando el nombre de Clive como miembro fundador de la Incredible String Band) aceptan la propuesta y graban su primer Lp titulado "Spirit Of Love". La banda recién formada se embarca en una serie de giras promocionales acompañando a un Pentangle de cuyo líder, Bert Jansch, Clive había sido compañero en sus primeras correrías por el brillante Edimburgo de 1962. El disco, excelente de acuerdo a las críticas de Melody Maker, vende poco y la banda, alejada de la corriente comercial del pop de aquel tiempo, acepta como compensación la grabación de un single con dos temas, "Blue Morning" y "Bones" que, aunque tienen giños evidentes al mainstream de las listas, guarda aun el secreto de un folk extraño y singular.
Del sello CBS pasan a Polydor en 1972 y graban el Lp objeto de esta entrada, el incomparable "Moyshe McStiff and The Lancers of the Sacred Heart". Un título que evoca bajo el nombre del protagonista el origen hebraico-escocés del cantante Mick Benett y de Clive Palmer y John Bidwell, como los Lanceros del Corazón Sagrado. Además, y aquí recordamos los primeros párrafos de la entrada, resaltar la preciosa portada del disco (muy de la época) que nos retrotrae a los tiempos de la Inglaterra del siglo XIII, cuando los caballeros cristianos retornados de la VII Cruzada servían como arquetipo en la figurada lucha contra el mal, aquí representado por el avieso dragón secuestrador y carcelero de la virgen (?) doncella. Ellos, como tres valerosos lanceros que, suposiciones que a estas alturas se permite el narrador, bien podrían emular a un Edmundo de Lancaster (auténtica rama Plantagenet) y sus escuderos. Portada que, para el que le interese saberlo, fue encargada a Paul Whitehead , autor de otros celebrados trabajos para High Tide, Andrew Leigh y Genesis ("Nursery Crime" y "Foxtrot").
Y al introducirnos en este "Moyshe McStiff" (como es popularmente conocido, evitando así lo extenso de su título) es cuando esa suma de sensaciones que comentábamos al principio de la entrada aparecen. La idea matriz del peregrino que vuelve a casa, bien sea en la figura de un caballero cruzado o de un Clive Palmer retornando desde Afganistán y la India, anhelando contemplar de nuevo su gente, su pueblo, el barullo del mercado y el olor del heno mojado, también los recuerdos de una niñez pasadas al calor del fuego hogareño. Todo ello rodeado por una suerte de salve agradecida que emula, como trasfondo del escenario, un espacio temporal de reconocimiento divino por el regreso con vida a la patria que, además, queda compensado en su vertiente más laicista por el ensalzamiento del amor humano como verdadero motor de la historia. Una verdadera loa a la fraternidad terrenal que, en el momento en que se produce (el hippismo todavía presente en 1972), no puede dejar de considerarse como el producto adecuado en el momento y lugar más idóneo.
Gran parte de las canciones que componen este "Moyshe McStiff" están construidas sobre material puramente religioso, bien sea en salmos de referencias bíblicas o en semblanzas ligadas a la pura imaginería sacra. Las creencias más íntimamente ligadas con la devoción, con la recitación salmódica y el misticismo se suceden en una casualidad de iniciación apta para aquellos interesados en traspasar los límites de lo puramente convencional y profano. La poesía clásica, entroncada a veces con raíces culturales greco-latinas, sirven también de inspiración en algunos de los temas. Todo acontece en armonía de tránsito espiritual que busca, al amparo de un tantra contemplativo, una revelación y una purificación, la propiciada por la Cruz Cristiana, la Estrella de David o el Santo Grial. Un himno, una elegía en definitiva, a la belleza humana redimida por el Amor, el eterno vínculo que destruye incluso las horas más hirientes. ("Vulnerat Omnes, Ultima Necat") (2).
Todo ello adornado por una instrumentación que congrega los cánones rítmicos del más genuino folk anglosajón con claras influencias orientales, árabes, ruso-eslavas, hindúes y africanas. Los instrumentos propios del folk europeo más tradicional, guitarra, banjo (la escuela victoriana del siglo XIX), flauta y armonio, vientos, clarinetes, dulcitar (un invento propio de Clive y Mick que suena como un sitar atemperado), junto a balaikas, tablas y percusión (en las gentiles manos de las hermanas Genny y Demelza Val Baker, auténticas musas ocultas de la grabación) se usan con tal tono y ritmo melódico, a veces rompiendo con tenue belleza la armonía inicial, que más pareciera asistiéramos a una celebración conjunta de todos los solsticios. La voz de Mick Benett, una de las grandes protagonista del disco, otorga al album un aura de convencimiento tal que creyéramos su interpretación como eco de los lejanos Cuentos de Canterbury.
I have no news to bring you, said the messenger
The rain goes to the river just the same
And still I watch you laughing in the garden
For the flame upon the altar is still burning.
("Chain Of Love") (3)
(1) Canto I, Cantares Completos, Ezra Pound.
(2) Memorias, Pío Baroja
(3) "Moyshe McStiff and The Lancers of the Sacred Heart"
Entrada dedicada a Clive Palmer y Alfonso Elías de Tejada.
Tremendo historión. Yo no oí los dos discos de la COB hasta muchos años después de su publicación: debió de ser en los primeros 90, cuando -tras la desaparición de los Pixies- los de nuestra quinta comenzamos a ir hacia atrás en vista de que por delante la cosa pintaba mal. Cualquier música que estuviese relacionada con la ISB era bienvenida, claro: el folk psicodélico había sido uno de nuestras mayores alegrías en la juventud, y podía volver a serlo.
ResponderEliminarY he de reconocer que ahora me entero de la muerte del señor Palmer. Recuerdo un comentario, no sé de quién, según el cual Palmer había sido el pegamento inicial que unió a Heron y a Williamson, que por lo visto no se llevaban especialmente bien. Aquella imagen de hippies encantadores no era tan real como creíamos. En fin, ya todo pasó. Pero gracias por recordarme a un músico que formó parte de uno de esos grupos míticos de aquella Arcadia de sándalo, pelos largos y algunas que otras sustancias ilegales.
También descubrí a COB bastante más tarde de sus grabaciones a primeros de los 70, creo que fue gracias a una temporada en que me sumergí muy extensivamente en el folk inglés. Para mí uno de los mejores, y más originales, grupos en este estilo, sin duda alguna.
ResponderEliminarPalmer murió en noviembre del año pasado y esta entrada intenta homenajearle, aunque sea tarde y de forma humilde.
Gracias y saludos,
Javier.
También descubrí a COB bastante más tarde de sus grabaciones a primeros de los 70, creo que fue gracias a una temporada en que me sumergí muy extensivamente en el folk inglés. Para mí uno de los mejores, y más originales, grupos en este estilo, sin duda alguna.
ResponderEliminarPalmer murió en noviembre del año pasado y esta entrada intenta homenajearle, aunque sea tarde y de forma humilde.
Gracias y saludos,
Javier.