GOG Y LAS HIENAS TELEPÁTICAS. "CHOKE / DROWN"
Reconozco que la nauseabunda relación que mantengo con la
publicación Karate Press me pone del revés, esto es, hace que mis vómitos me lleguen a gustar, encuentro en ellos el
simulacro de agonía inesperada que Jimi Hendrix o Keith Ellis debieron sentir
antes de estirar la pata. Debo aclarar que esta sensación tiene procedencia por mi ánimo
auto-destructivo, cuestión que afortunadamente va quedando disminuida conforme van pasando los
años, uno ya no tiene las suficientes agallas para deambular por un camino que no conduce hacia
ninguna parte. Además, cada vez me apetece menos llegar hasta un final incómodo
mientras pueda seguir escuchando a Gog y Las Hienas Telepáticas, otra cosa será
cuando decidan dar papela a la formación, a tanta desolación seguro me abocaría
el desánimo y la frustración vital. Queda dicho.
Para mayor desasosiego, padezco desde hace mucho de insomnio y, con demasiada frecuencia, me levanto como un autómata a cualquier hora de la noche para enfundarme los
cascos y escuchar lo que se ponga a tiro. En esta ocasión elegí su
"Choke / Drown" (gracias a Luis Boullosa por su generosidad), disco grabado por la banda gallega (¿o no es gallega?)
ignoro cuando y la verdad es que tampoco estoy tan necesitado de saberlo. Les
aseguro que en la decisión de escuchar los temas del trabajo mencionado a esas
horas aun tan oscuras, sin ningún estimulante que sirva al oyente para espolear
sus insomnes neuronas, pesa casi en exclusiva la ya continua desesperación por
negarme Morfeo sus añorados abrazos. Quisiera pensar que tal
resolución sirviera para curar la ansiedad de un día completo de fallos, no he
probado hoy los labios de ninguna admiradora, me ha sentado a sapos el café doble
después de comer y, para ahondar en el descalabro motivador, siento
recientemente unas ganas tremendas de coger la bomba y tal. Dados los antecedentes juzguen ustedes si merece la pena continuar con la lectura del texto.
Me resulta aterrador anotarlo pero conforme van pasando los años
voy acercándome cada vez más a la necesidad de la violencia reivindicativa, me
apremia el hecho de asomarme a un balcón cualquiera de la calle Mayor y cuando
pase la pareja real mandarles un recado cargado de dinamita. ”Madrid es una
ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas) / A
veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45
años que me pudro, y paso largas horas oyendo gemir el huracán, o ladrar los
perros, o fluir blandamente la luz de la luna” (Dámaso Alonso, "Insomnio”,
“Hijos de la ira”). No sería justo alinear a Gog y Las Hienas Telepáticas con
mis extravagancias fanáticas pero, debo confesarlo, el título (y el despiadado contenido) del poema y la escucha continuada de su
mencionado "Choke / Drown", me han dado pie para sumergirme en los meandros de la noche. Parece que se
acaban los años del pastoreo hippie de CSN&Y, o al menos deberían tener un
reflejo más actualizado hacia la Madre Naturaleza y los rollos veganos, así que he
llegado al convencimiento de que el rock´n´roll debe seguir haciendo daño, su
armamento debe seguir cargado de futuro, luchar en primera fila y dar la razón
al Gabriel Celaya del barrio de Prosperidad: “Porque vivimos a golpes, porque si apenas nos dejan / decir que somos
quienes somos / nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno / Estamos
tocando el fondo” (“La poesía es un arma cargada de futuro”,
“Cantos íberos”)
Y ya basta de
reivindicaciones laborales por hoy. Vayamos al grano.
También, para
paliar en cierta medida esas ansias destructivas, y darle de paso a la mancha
arcoiris un tono más pitiminí, pienso que el rock debe seguir prodigando la vena del humor
y del guaseo lírico. Y en ese campo confieso que los textos de Gog y Las Hienas
Telepáticas en este “Choke / Drown” se las traen. Corre por sus líneas un
inglés de rotundo acento español, empapado de una inflexión castellana que
refuerza el significado de cada palabra, de cada frase. Es tan exacto en su
pronunciación cañí que su inglés acaba sonando estupendamente, ni siquiera la fonética más
puramente cockney podría llegar a tales niveles interpretativos . En algunos
pasajes la corista vedette Mary Chuka pone orden ante tanta emigración incontrolada, y
con ello acierta a debilitar en parte un rock tan machote. La carcajada al final
del "The Servant" y la rotunda expresión del "joder", una
vez culminado el "City of Knockout", no dejan de ser algunos de los
momentos más inolvidables del album.
"I´m not , I´m not / I´m not your
fucking servant, little idiot"...(The
Servant”)
Siguen las nubes de estos últimos días de Junio (poco antes del concierto de
Danny & The Champions of the World (¿quién no se puede consolar ante tal
próximo evento?...) creyendo en sí mismas, en su previsto antídoto contra la
futura sequía, tal galope de calor acumulado llevan en sus venas abiertas que
hacen pensar que la batería de Noli “Rattlesnake” Torres es realmente el latido
de su corazón sustituyendo a parte de la base rítmica. Existen resonancias en los
acentos de algunos temas que recuerdan a The Cramps, también estruendos en los
acordes de la guitarra de Joao Avalanche, y su no forzado ensamblaje con el bajo de Cowboy
Iscariot, que propician el retorno de mi anima
lupis a los primigenios conciertos de Rock Ola, cuando las bandas de entonces presentaban
sus canciones con la hermosa ingenuidad de los novatos. Hay una certeza
sentimental en cada una de las estrofas tal que hace que la primera impresión
del disco sea excelente, nada desencojona, existe una concluyente uniformidad
en el sonido que hará imposible ninguna atrocidad post-producción. Me
gusta el sonido que crean de puerta de polígono industrial, retratado también
en la imagen en la que aparecen los tres miembros de la banda anteriormente
mencionados, y que en alguno de sus poemas se expresa en su más perfecta
coherencia; "We live outside the
city walls / Trying to hide but life will get us away" (“Moon of the Parking Lot”)
Los 11 temas que componen este “Choke / Drown” no se limitan en ser exclusivas variaciones
melódicas que conducen al oyente hacia territorios más o menos conocidos, el
estilo de la banda quedaría bastante bien emplazado en el territorio de los
chatarreros del ritmo, tan queridos en las tierras españolas. Y así mismo afirmo que también me agrada de la banda su campante tremendismo compositivo, su falta de experiencias
nuevo- psicodélicas (tan de moda últimamente), su acople al ritmo del tractor
Ebro más tradicional. Texto por texto, por ejemplo, "You´ve been destroying the town / With your friend, the Wonder Man",
(“The ballad of James Flour and The
Wonder Man”) claro significado melodramático; melodía por melodía, la
base rítmica recoge en esa misma canción la nunca bien ponderada leyenda de
nuestro rock de carajillos y aguardiente. Y tal que así llegan a su cima,
después de muchas audiciones, las ideas que se consolidan entre los múltiples
textos líricos tan bien expresados: "You
never choose companions / Even when you´re blessed with a good dog or a son".(“The Hustler”). En este preciso
momento me gustaría oler la gasolina de una estación de servicio, ubicada en carretera
comarcal a ser posible.
Me espera una ciudad dormida, casi sin despertar de una resaca de exclusiva
propiedad (y de futuros croissants viejos con mantequilla). El suelo de la
estación de cercanías de Delicias refleja en sus andenes los cambios de
guitarra de "The Line",
(voy a escucharlo ahora una vez más). "Why
don´t you hate me? / Why don´t you hate me? / I know the time has arrived to
reveal the underbright”, y existen
menciones a volcanes y a flujos de espermas de lava que se asemejan al sonido
de unas lavativas congestionadas que The Cramps, nueva mención a la banda americana, emplearon en antigua y plena
juerga fronteriza. Los riffs de guitarra raspean el cielo incómodo de la
derrota. Eso mismo pasa cuando "City
of Knockout" irrumpe sin permiso en una estancia que aun huele a
orines. “Where are we heading? / City of
hicks and boors” Existe un rescoldo trasero de excelente melodía ritmica, puramente rocquera y de alto octanaje pop, bien engrasada, mientras escucho el "Fucking Desierto", "Senseless thoughts go everywhere"...,
y es lo que pasa. La mínima expresión del sin sentido alcanza las mayores cotas
del baile. Los paletos y los horteras presentan sus credenciales ante Felipe VI.
¡Que construcción!, ¡qué cemento de tan alta calidad!, ¡tan magnífica
estructura no podría venir más que de la tierra de lírica trovadoresca pasada
por la Turmix!. Se desparrama su esqueleto todo en los limpios acordes de
"The Ballad of James Flour and
The Wonder Man"!, el punteo del bajo abre surcos de cebada rubia y
percebes. Macky Chuca se luce en unos magníficos coros en "Hope´s Hero", su voz suena a desayuno del domingo,
antes de una misa imposible. "I will
end this pest with the sword from my chest". Repican las espadas
de unas cruzadas que remiten a tiempos medievales, tan queridos por un Quevedo
que presumía de comerse el primigenio pegamento de la Biblia de Gutenberg.
Y sigue la inspiración lírica para recrearse
en muchas de las líneas de este “Choke /
Drown”. "He´s been seen in seven
states / Bluffing and gambling in his way / And why not? / Why not / Why don´t
you go and fuck your dog" , (“The
Hustler”). Aquí aparece el
recuerdo del mejor Charles Bukowski. En "You can just kill me tonight & tomorrow you´ll find / and open
grave / empty cans of beer and a fading silouette" ("Leaving Trains"), se nos
muestra el anticipo de una maravillosa escena fílmica, semejante por potencia
visual a aquella versión cinematográfica del "A Sangre Fría" de Tennessee Williams, en la que uno de
los protagonistas se aseaba en el lavabo de una estación de autobuses de la Greyhound
Company. Su expresión de dolor, mientras buscaba la píldora curadora, seguramente serviría de anticipo a textos
como: "We live outside the city
walls / Trying to hide but life will get us anyway" ("Moon of The Parking Lot").
Podríamos seguir
así hasta que el nuevo día traicione con su terrible calor el fresco resplandor
de esta madrugada, pero debemos finalizar. De hecho, al terminar de escribir estas líneas, han pasado
ya algunas jornadas desde su inicio, pero Junio sigue despierto, aun no ha
terminado el mes en que hace un mes que todos hicieron su primera comunión. El
desenlace, si es que hubiera necesidad de terminar algo que no tiene final, no
puede ser más intrincado. El insomnio funciona en su basura como un peligroso nutriente
de sombras y dudas rocambolescas, cada vez más deformes en sus gráficos e imágenes. De hecho,
el dibujo de la portada y contra-portada de este “Choke / Drown” (magnífica
obra de Alba Fernández) no invita a conciliar el sueño, parece que persiguiera
la continuidad de la pesadilla. Cuando les ocurra el transtorno del sueño, como a mí me acontece ahora, vuelvan hacia lo más oscuro de su ser y urgen en su angustia. Gog y Las Hienas
Telepáticas les estarán esperando.
Espléndido, Javier. Me has hecho ansiar el disco en cuestión mientras tus palabras lúcidas, salvajes y libertarias traían a mi cabeza a Felipe VI, Rajoy o Botín (padre o hija), pléyade de esperpentos bajo casaca de seriedad que gobiernan nuestros hispanos destinos.
ResponderEliminarSalud, República y Poison Ivy, compadre.
El calor, el calor, que no me deja dormir, aparte de los malos pensamientos...
ResponderEliminarAhora mismo estoy enfrascado escuchando a The Lyres, antes se pasaron por los auriculares The Real Kids, y tengo a la espera a The Cynics.
Eso.
Javier.