ELVIS COSTELLO & THE IMPOSTERS "MOMOFUKU"
En la deliciosa tarea de ir desempolvando los discos de Elvis Costello hoy le toca el turno al "Momofuku", título que, por lo visto, tiene que ver con un personaje taiwanés que inventó la sopa de tallarines empaquetada (?).
Le acompañan en esta grabación los renombrados The Imposters, esto es, Steve Nieve a los teclados, Pete Thomas a la batería y Davey Faragher al bajo. Otros músicos de sesión, siempre Elvis se ha sabido acompañar de un elenco de colaboradores de primer nivel, Tennessee Thomas a la percusión, "Farmer" Dave Scher, al "pedal steel", dos Jonathan, Rice y Wilson en sendas guitarras (Gibson J-45 y Fender Telecaster), David Hidalgo (el de Los Lobos) con su Telecaster también, además de un coro de voces, el "Supergroup", compuesto por Jenny Lewis, el Jonathan Rice, "Farmer" y Davey.
Se puede colegir, sin temor al error, que dados los músicos participantes es éste un disco de guitarras, ya que en algunos temas llegan a ser cuatro las que participan. Siendo así, evidentemente, no deberíamos soslayar la extraordinaria labor que hace Steve Nieve a los teclados, "alma mater" de muchas de las estructuras rítmicas del album, al igual que Pete Thomas que, con su batería, comprende a la perfección el tiempo y modo de cada tema. El propio Elvis y Jason Lader ejercen en las labores de producción, dotando a la grabación de unos arreglos brillantes y una atmósfera apta para todos los públicos.
La cara A comienza con tres trallazos de fuerza cegadora. "No Hidding Place", tema muy costelliano con preciosa melodía, "American Gangster Time", con un contrapunto de teclado de Steve colosal y "Turpentine", cuatro guitarras entrelazadas sostenidas por una doble percusión y unos coros celestiales. Decae algo en los dos temas que siguen, "Harry Worth" y "Drum & Bone", siendo ambas dos piezas más lentas (la primera tiene incluso un aire de bolero) que rebajan la potencia inicial. Termina la cara con un corte que recupera el tono vitalista, "Flutter & Wow", aportando aquí David Hidalgo su toque personal con un Steve Nieve marcando con su piano un ritmo contundente.
La cara B se inicia con el que parece a primera vista el tema más puramente rock, "Stella Hurt", pero a medida que transcurre, los arreglos de piano y guitarra le otorgan una personalidad más abierta, más rica. Destaca además en esta cara el corte "Song With Rose", tema compuesto al alimón entre Elvis y Rosanne Carter, con una bellísima armonía vocal. "Mr. Feathers", la voz de Costello aquí va de "crooner" en un ambiente de vodevil que recuerda a The Kinks, "Pardon Me Madam, My Name Is Eve", las armonías vocales e instrumentales muy bien conjuntadas y "Go Away", en una atmósfera de "merry-go-round", mantienen el alto nivel de la grabación. Solo "My Three Sons" hace perder la atención al oyente. Un excelente resultado, en definitiva.
"Momofuku" aparece en un año, 2008, en que los seguidores del artista londinense andaban un poco mosqueados. Hacía ya cuatro años que Costello no entregaba algo reseñable ("The Delivery Man", también con The Imposters). En 2006 había editado una de sus rarezas, "My Flame Burns Blue" con la Metropole Orkest interpretando algunas de sus más conocidas versiones de antaño, un ejercicio más adecuado para mentes eclécticas, y se esperaba con auténtica expectación su nuevo trabajo. Este "Momofuku" de nombre tan exótico, no defraudaría a los viejos seguidores.
Le acompañan en esta grabación los renombrados The Imposters, esto es, Steve Nieve a los teclados, Pete Thomas a la batería y Davey Faragher al bajo. Otros músicos de sesión, siempre Elvis se ha sabido acompañar de un elenco de colaboradores de primer nivel, Tennessee Thomas a la percusión, "Farmer" Dave Scher, al "pedal steel", dos Jonathan, Rice y Wilson en sendas guitarras (Gibson J-45 y Fender Telecaster), David Hidalgo (el de Los Lobos) con su Telecaster también, además de un coro de voces, el "Supergroup", compuesto por Jenny Lewis, el Jonathan Rice, "Farmer" y Davey.
Se puede colegir, sin temor al error, que dados los músicos participantes es éste un disco de guitarras, ya que en algunos temas llegan a ser cuatro las que participan. Siendo así, evidentemente, no deberíamos soslayar la extraordinaria labor que hace Steve Nieve a los teclados, "alma mater" de muchas de las estructuras rítmicas del album, al igual que Pete Thomas que, con su batería, comprende a la perfección el tiempo y modo de cada tema. El propio Elvis y Jason Lader ejercen en las labores de producción, dotando a la grabación de unos arreglos brillantes y una atmósfera apta para todos los públicos.
La cara A comienza con tres trallazos de fuerza cegadora. "No Hidding Place", tema muy costelliano con preciosa melodía, "American Gangster Time", con un contrapunto de teclado de Steve colosal y "Turpentine", cuatro guitarras entrelazadas sostenidas por una doble percusión y unos coros celestiales. Decae algo en los dos temas que siguen, "Harry Worth" y "Drum & Bone", siendo ambas dos piezas más lentas (la primera tiene incluso un aire de bolero) que rebajan la potencia inicial. Termina la cara con un corte que recupera el tono vitalista, "Flutter & Wow", aportando aquí David Hidalgo su toque personal con un Steve Nieve marcando con su piano un ritmo contundente.
La cara B se inicia con el que parece a primera vista el tema más puramente rock, "Stella Hurt", pero a medida que transcurre, los arreglos de piano y guitarra le otorgan una personalidad más abierta, más rica. Destaca además en esta cara el corte "Song With Rose", tema compuesto al alimón entre Elvis y Rosanne Carter, con una bellísima armonía vocal. "Mr. Feathers", la voz de Costello aquí va de "crooner" en un ambiente de vodevil que recuerda a The Kinks, "Pardon Me Madam, My Name Is Eve", las armonías vocales e instrumentales muy bien conjuntadas y "Go Away", en una atmósfera de "merry-go-round", mantienen el alto nivel de la grabación. Solo "My Three Sons" hace perder la atención al oyente. Un excelente resultado, en definitiva.
"Momofuku" aparece en un año, 2008, en que los seguidores del artista londinense andaban un poco mosqueados. Hacía ya cuatro años que Costello no entregaba algo reseñable ("The Delivery Man", también con The Imposters). En 2006 había editado una de sus rarezas, "My Flame Burns Blue" con la Metropole Orkest interpretando algunas de sus más conocidas versiones de antaño, un ejercicio más adecuado para mentes eclécticas, y se esperaba con auténtica expectación su nuevo trabajo. Este "Momofuku" de nombre tan exótico, no defraudaría a los viejos seguidores.
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