Cuanto mayor encanto hay en un jardín abandonado,
Como una muela en ruinas cuyas aristas se sumergen en la
oscuridad.
Oí a un comerciante inglés contar sus esfuerzos
Por tener en Grecia un césped cuidado,
espejo de los parterres de Windsor,
Alfombra que sosiega perennemente la vista vencida.
Mejor le hubiera sido contemplar el hermoso
deterioro de la hierba,
Allí donde Piranesi pudo dibujar sus torrenciales piedras,
Ya destruidas por el vuelo de los turcos.
No salgáis al sol líquenes torturados,
Ramas podridas de bella madera mojada,
Dejad que la curva de la vida alcance de nuevo
A La larva somnolienta.
Majadahonda, 2/01/2013
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